II

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Y Adeline monitoreaba día y noche a su esposo, comenzó a dormir menos, a comer menos. Usaba suplementos y se extraía muestras de sangre para compararla con la de su esposo, a veces pedí una segunda opinión de Will. Sabía que los síntomas podían empeorar con facilidad, ya había pasado de la dificultad para respirar y la tos crónica, incluso tosía sangre y la mujer quería encontrar una cura antes de que los coágulos de sangre quemaran su esófago. Comenzó a comprar medicamentos adicionales con la esperanza de aminorar su dolor, pero él dejó de llorar, no tardó tanto en acostumbrarse.

En dos años ya llevaba cuatro neumonías, la última casi lo mataba. Al llevarlo al laboratorio, descubrieron que ya estaba en etapa inicial de cáncer de pulmón, la debilidad en los músculos era cada vez mayor, desarrollando de paso la osteoporosis. Adeline sentía la impotencia de su esposo, una noche, luego de dejar a su esposo en observación, se encerró en el baño a llorar saber que pronto lo perdería, pues no había mucho por hacer, salvo aminorar sus últimas horas.

—Brent sugirió que fuéramos a la granja de Taylor.

—¿Crees que eso ayude?

—El aire fresco les hace bien a todos— le dio un sorbo a su bebida, no veía a su hermano, sino los distintos estudios sobre la mesa—. Quizá deberías llevar a papá.

—Está bien.

—¿Crees que no me doy cuenta? Hay que llevarlo al médico.

—Lo llevaremos después del viaje.

—Sin falta, no quiero pasar por esto una segunda vez.

—Es el padre de ambos y lo cuidaremos los dos.

Adeline estrechó la mano de su hermano antes de entregarle los avances, Will dio el visto bueno y pidió audiencia con sus superiores para comenzar a hacer más pruebas en seres vivos, ya que no era de dominio público que experimentaba con su esposo. Sólo lo sabía el asistente de Will y era de lealtad probada. Pronto fue aprobada su petición y llevaron cinco simios, los cuales enfermó primero para después comenzar a curar con medicamentos similares. La investigación se vio un poco estancada al ver que no mejoraran y le exigieran resultados a la mujer.

—Tiene hasta final de mes.

—Entonces quiero una audiencia el día primero para mostrar un avance.

—Sino cerraremos el proyecto.

—Sino me financiarán para probarlo en personas.

—Empiece a buscar opciones.

—Tengo un par.

Adeline tajó el asunto con el administrativo, dio media vuelta y volvió a su laboratorio. No recibió a nadie más, no aceptó llamadas de absolutamente nadie, pues estaba decidida a encontrar una solución esa misma tarde. Sacó otra muestra de sangre y buscó la enorme compatibilidad con su esposo, cosa que desconocía hasta ese momento que hizo un examen aún más exhaustivo. Pidió reunión con Steve Jacobs a primera hora del día siguiente.

—No te cansas.

—No hubiera entrado aquí de no ser así.

—No pudiste haber logrado una cura en una noche, lleva años de...

—Voy a tener un bebé.

—Eso se avisa en Recursos Humanos.

—¡No! Encontré a una persona con EPOC con la que soy compatible en todo: órganos, sangre... ¿y si creo a un hijo genéticamente compatible de donde sacar la cura?

—¿Puedes lograr eso?

—Estoy en proceso de quedar embarazada.

Jacobs la instó a llevar registro de todos los cambios que pudiera sobrellevar su nuevo estado. Al mes siguiente se confirmó que yacía encinta, Will le cuestionó si era de su esposo, ella sonrió confesando que era la primera vez que estaba con un hombre. Los hermanos fueron a un bar para hablar sobre eso, sobre cómo se había metido en eso, no sabía si decirle todo el proceso que planeaba para ese bebé. La llevó a su casa y ahí estaba Brent, batallando para levantarse, pero listo esperando a su esposa.

—Hoy tardaste.

—La revisión tardó...

—Hueles a alcohol.

—Will bebió— se encogió de hombros—, ¿cenaste?

—Sabes que la comida no me sabe.

—¿Quieres que te ponga la sonda?

—Está bien así.

—En cuanto nazca el bebé, podré curarte.

—Apenas inicia el embarazo.

—Cuando esté más avanzado, podré tomar una muestra de su ADN y lo usaré en ti... y no, no le hará daño.

—Quiero verlo crecer para que no te quedes sola.

—Eso jamás pasará, todo mi trabajo es para estar juntos siempre.

La madre del mesíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora