Adeline Rodman tiene un esposo con EPOC, decide entrar a los laboratorios GEN-SYS para encontrar la cura. cuando su padre avanza en Alzheimer, el trabajo presenta una falla y la vida de los hermanos cambia radicalmente al convertirse en protectores...
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—Papi— Adeline fue a abrazar a Charles luego de que este despertara de su siesta.
—¿Dónde está César?
—Uno no puede tener hijos porque lo olvidan— y se escuchó el ladrido del perro.
—¿Compraste un perro?
—César necesitaba un amigo, ¿no crees?
—Qué buena idea— se colgó de su brazo, así que condujo a su padre hasta el patio trasero. A Charles se le iluminó el rostro cuando vio a César corriendo detrás del labrador mientras lo regañaba, Will estaba en una de las sillas riendo ante la situación—. ¿Cuándo lo trajeron?
—Siéntate, papá, qué bueno que llegas.
—¿Quieres comer? Traje hamburguesas.
—Gracias, gracias.
César le regañaba por correr, mientras el pequeño perro sólo lo veía. Con el pasar de las semanas, completaron la rutina: el niño se levantaba temprano para abrir la puerta y que Zaius entrara para comer croquetas mientras él se bañaba, el labrador corría a sentarse en el tapete en espera de que su amo terminara. Al terminar de vestirse, cepillaba el cabello y tiraba todos esos pelos en el bote. Will bajaba a servirse café y los dos niños sentados a la mesa, César le ponía su traste con comida para que ahí le sirvieran y comer juntos. Adeline le preparaba lonche a su hermano y comían todos a la mesa, a veces los acompañaba Charles, otras no. Se escuchaban durante el día los regaños de Adeline porque su hijo y su perro corrían por toda la casa, así que los sentó a los dos y les explicó que debían esperar porque debía limpiar toda la casa y, contrario a lo que esperaba, César limpiaba las heces del perro, regaba un par de las plantas, así que Charles puso en el patio de atrás las sillas plegables y una mesita para la jarra de limonada, una charola de carnes frías.
—Ya van varios meses.
—Creo que le gusta su compañía.
—Al menos es responsable.
—Nada que no haya hecho antes.
—Somos buenos padres, ¿no?
—¿Vas a dudar ahora? Sólo no me pidas robar otro simio.
—Suficientes robos para toda una vida.
—Tengo la teoría de que César le está dando su fórmula a Zaius.
—¿Lo has visto?
—No, eso es lo que me preocupa, que se la dé a mis espaldas.
—Hablaré con él.
—Por piedad, porque, de ser verdad, lleva un año experimentando con el perro y ni siquiera lo sabe.
—Ya llegué— se anunció Caroline.
—¿Por qué tiene llave?
—Mira tu hijo, es hermoso.
—El más hermoso de todos, qué bueno que no sacó nada de ti— sonrió y se fue a sentar afuera para seguir su lectura mientras los otros dos jugaban afuera.
—¿Cómo les fue?
—Bastante bien, a decir verdad.
—¿Le dijiste?
—No, aún no.
—Quizá deba decirle yo.
—No creo que sea buena idea que vengas... no es buena con los cambios y vino a vivir acá para sanar su depresión.
—Debería ver a un psiquiatra.
—Somos todo lo que le queda.
—No estoy diciendo que la vas a dejar ahí, sólo que le van a hacer estudios psicológicos para saber si los necesita, o medicamento, o ser ingresada.
—Adeline no está loca, está sanando como puede, con lo que tiene y sin dejar su trabajo. Es funcional.
—Will, no dije que no.
—Creo que deberíamos dejar el tema, porque no vamos a ponernos de acuerdo en eso... no tienes derecho a opinar sobre su salud.
—Will, ¿y Brent?
—Pidió unas vacaciones para ir a la granja. Quiere darle la sorpresa a Ady.
—¿Por fin iremos?
—Cuando él nos avise.
—Buscaré un vestido para tu hermana, debe verse bien para su esposo.
—¿Por qué mejor no vas a jugar con Zaius?
—¿Sí? Sí, creo que es mejor.
—¿Me vas a contar?
—No— dijo luego de un momento—. Eso le corresponde a Adeline.
—Ese es el problema.
—¿Te quedarás a comer?
—Claro, por qué no.
Caroline no estaba del todo convencida y no le gustaba la dinámica de poner al perro y al simio a la mesa como si fueran personas, por lo que Charles y Adeline decidieron poner la mesa grande en el patio de atrás. Will y Caroline llevaron la lasaña, las papas asadas, pan de ajo, un buen vino para acompañar, Charles sugirió que hicieran también una ensalada. Para el perro adaptaron la lasaña, ya que, así como con César, querían integrarlo incluso con la comida. Cinco sillas y, por primera vez en mucho tiempo, el perro en el suelo. Caroline puso su plato casi en la entrada de la casita de madera, pero César fue a ponerlo al pie de su silla. César besó a su mamá antes de tomar asiento.
Perfecto, ya sentamos las bases de la dinámica entre todos los personajes. Espero hayan disfrutado a César chiquito, no tendremos otro bebé hasta la segunda película.
Que hablando de eso, ayer hice las portadas de las siguientes películas y tengo ganas de hacer un fic corto sobre los primeros años posteriores a César, con la dinámica entre Nova y Cornelius.
Yo sé que este espacio es de los fics, pero quería contarles que en la madrugada publiqué el cuarto video del canal. Por si gustan ir a darse la vuelta https://youtu.be/W6tt3XSxP2U