Las noches que paso junto a Roier eran innumerables.
Recuerda esa primera vez tan vividamente que incluso le es increíble por el estado de celo en que se encontraba.
Siempre recordó lo peculiar que era Roier, su cuerpo era tan distinto a otros betas, era alto, no tan alto como él pero si más que la mayoría de betas que llamaba amigos, tenía una fuerza mayor a los otros también, una vez lo vio cargar con dos costales de tierra en su hombro como si no fuera nada, también tenía una buena intuición para cazar y ganar experiencia al enfrentarse a bichos en las cuevas.
Sin embargo algo que siempre le pareció extraño pero cautivador en Roier, era el como lo hacía sentir cuando estaban los dos solos.
Era como si Roier fuera el único que comprendiera a su pobre lobo herido dentro de él. Porque aquel "beta" llenaba cada uno de sus vacíos internos y lo hacía sentir completo consigo mismo.
No podía explicarlo con palabras, porque era tan difícil y extraño que el mismo se confundiría pero de algo si estaba seguro. Llegó a amar a Roier.
Sin embargo, nunca supo cómo era el amor, nunca recibió una muestra de afecto, ni un cumplido. Por ello en su tonto sueño de tener a Roier para el solo, creyó que reteniendolo de la manera más egoísta posible, lo obtendría.
Nunca entendió a qué se debía ese sentimiento tan fuerte de hacerlo suyo, de ser suyo. Esa necesidad de estar con él a toda costa, de verlo dormir sin apartarse de su lado, de sostenerlo hasta romperlo y volverlo a reponer. De verlo llorar y limpiarle sus lágrimas aún si él era la causa de ellas. De besar sus labios y fundir sus cuerpos. De destruirlo por dentro.
No lo entendía hasta esa tarde.
Destinados. Eran destinados. El lazo más fuerte entre castas, no solo significaba que eran el uno para el otro sino que los dioses querían verlos juntos.
Los destinados, según las mitologías y leyendas, eran seres que en una primera vida, los dioses les negaron compartir su amor, un amor tan profundo y doloroso. Sin embargo en las próximas vidas estarían juntos a toda costa, sin importar dónde, como o que, los dioses debían cumplir con esa petición.
Los destinados eran parejas cuyos lazos eran casi irrompibles, eran una cuerda de doble hilo, juntos eran la pareja que podia gobernar naciones enteras.
Nunca creyó que él fuera el elegido para ese papel. Si, sus padres le dijeron que crecería para ser el dominante de todo QSMP pero sabía el trasfondo de todo aquello.
Su padre y madre le quitaron el trono al verdadero gobernador a cambio de dejarlo con vida. Su padre lucho una noche entera con el alfa que debía ser el verdadero dominante y su madre...
Su madre estuvo a punto de matar a un Omega en plena cinta solo por el poder.
Sabía que la pelea por ese trono había sido tan llena de sangre de inocentes y guerras sin sentido que el costo para recuperarse de aquello fue de al menos dos años.
No sabe más, sus padres nunca hablan de eso y solo se enfocan en seguir como si todo lo que tuvieran de verdad les perteneciera.
Tampoco imagino que el mismo hijo legítimo a heredar el trono fuera el mismo que lo está dejando en ese estado. Nunca imagino que Roier fuera un alfa, ni mucho menos un alfa con mayor categoría que él.
Ahora entendía de alguna manera que todo lo que alguna vez le hizo sufrir a Roier se le regresaría, lo acabaría por dentro, lo haría sentir miserable y nada cambiaría solo si Roier quisiera. No sabía dónde estaba, no sabía que estaba haciendo pero lo que de lo que si estaba seguro, es que Roier había despertado a su alfa.
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𝙻í𝚗𝚎𝚊 𝚍𝚎 𝚏𝚞𝚎𝚐𝚘 ~Sproier~ 🔞
FanficEl dolor que me causa es tan grande como el mismo amor que siento por él. • HISTORIA DIRIGIDA A UN PUBLICO MADURO DE MAS DE 18 AÑOS DE EDAD • Ship de cubitos. • La historia será borrada de inmediato si llegase a dar con algún participante de QSMP...