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Quienes se entregan a la venganza y se toman la justicia por su mano, rara vez saben dónde está el límite.

El alfa estrecho entre sus brazos a su madre quien intentaba alejarlo, él sonrío de lado 

- He vuelto, madre - Hablo entre dientes, con una sonrisa falsa

- M-me... lastimas - dijo en un jadeo el omega, tratando de captar el mayor aire posible. El de ojos carmín lo libero bruscamente haciendo que Quackity se tambaleara. 

Los demás veían la escena algo incomodos, incluso su esposo que estaba detrás de él sin saber que decir o hacer. - Rorier... - el pato miro a su hijo quien miraba al rededor con una sonrisa en sus labios 

- Así que esto es estar afuera - extendió sus manos y miro sus dedos, después estiro el cuerpo y miro al cielo. Tomo una gran bocanada de aire antes de volver hablar - Extrañaba salir - dijo con presunción

Los demás lo vieron extrañados y un tanto desorientados, no entendían de que hablaba. - ¿Qué? - pronuncio Luzu. El alfa poso su mirada en su padre, se acerco a él quedando frente a frente, muy cerca, rojo con rojo, mirándose. - Padre, te sientan los años. Te recuerdo con algunas arrugas menos y el pelo con mas color - dijo tomando un mechón de la cabeza de su padre 

Luego volvió su mirada a su madre - Y tu, sigues igual de hermoso como cuando me fui... Aun que claro, tu mirada madura se ha desarrollado, supongo que ninguno de los dos son lo que eran antes, cuando vivíamos los tres en el bosque. - Los miro a ambos, su sonrisa los incomodaba - Es extraño, pensé que nunca los volvería a ver, tal vez ya me había resignado, pero, cuando olí a ese - tomo un respiro, pareciendo pensar lo que iba a decir. Miro a su madre a los ojos inclinándose hacia enfrente
- A ese Omega en celo, entendí que ustedes realmente me necesitan o sino no harían algo tan estupido como eso ¿Verdad? 

La mirada apenada de su padre y  madre se desvió, el lobo sintió su sangre hervir sin embargo guardo la calma y solo pudo soltar una risita - Pues, bien ¿Por que no empezamos ya?

El caminar del alfa era tan distinto al habitual de Roier, los guardias, incluso sus padres, lo veían con extrañes. Cellbit que iba detrás de ellos tenia un ligero problema en sus pantalones. 

Ese alfa no actuaba como un alfa, no, mierda, claro que no. Su caminar era mas como el de... ¿Un Omega? 

El lobo mantenía sus ojos al frente, sus caderas se movían casi, sensualmente, su pecho al aire, sus manos en un ligero movimiento y lo mas extraño, sus feromonas eran densas, como si tratara de llamara a algo o alguien. De vez en vez le daba miraditas a Cellbit robandole una sonrisita.

Detrás de él iba el niño hibrido, como si lo estuviera cuidando, como si fuera su guardaespaldas. El niño se acercaba al lobo y Roier le daba pequeñas palmaditas en su cabeza sonriendole tiernamente. 

- Quiero a todos los niños que estén en las alas medicas en las fabelas. También quiero que se detenga la fabricación de los sueros, hasta nuevo aviso. Quiero a los guardias encubiertos, ahora. Traiganme a todos los betas que manejas armas y- 

- Espera, espera, para tu coche, mijo - La interrupción de su madre lo hizo callar. Roier lo miro de soslayo  - No podemos dejar a hacer sueros, los niños ya casi están listos para pelear 

El de ojos carmín ladeo la cabeza - No lo entiendo, esto lo hiciste por mi ¿No es así? tu nos lo dijiste, esto es por nosotros, nos pertenece ¿Ahora no quieres mi ayuda? - Su tono de voz fue exagerado, mostrar dolor. Su madre se quedo en silencio sin saber que contestar

El ojirubi sonrió de lado cuado su madre se quedo en silencio. - Bien, traigan a los betas que manejan armas, y necesito que alguien me informe como esta la capital y el pendejo de Spreen, ahora. - Aquello ultimo lo dijo con voz de mando haciendo que los guardias que los seguían se pusieran en marcha con un "Si, alfa" 

𝙻í𝚗𝚎𝚊 𝚍𝚎 𝚏𝚞𝚎𝚐𝚘 ~Sproier~ 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora