𝙻í𝚗𝚎𝚊 𝚍𝚎 𝚏𝚞𝚎𝚐𝚘 ~Sproier~ 🔞

23.1

 ⛄︎

"Luzu sostenía a Quackity por la espalda, su respiración era calmada, signo de estar durmiendo. 

Aquella situación lo estaba poniendo, de alguna manera, nervioso. Sabia el potencial que Quackity podía llegar obtener, el poder e incluso a toda persona que el quisiera, tenerla en la palma de su mano. Un ejemplo de esto fue lo sucedido en Karmalad. 

Los dioses le habían otorgado el mayor poder que un omega pudiera tener, sus feromonas. Aquel olor a durazno que a él lo volvía loco, también podía ser el culpable de una destrucción total. Un solo omega fue capaz de crear una revolución, levantar en armas a todo un pueblo con su palabra e iniciar la decadencia de un país entero. 

Quackity creo planes tan bien detallados y  elaborados para matar al que  alguna vez le arrebató a su hermano, Titi, sin embargo nunca imaginaron que los culpables estarían aliados a los gobernantes de Karmalad, Vegetta y Rubius. Ellos habían levantado un imperio a base de corrupción y sangre de inocentes. Quackity se dio cuenta de aquello y queriendo eliminar el mal, los dioses le otorgaron la oportunidad. 

Nadie se esperaba que las feromonas de aquel omega pequeño y flacucho causaran tanto desastre. Los que mataron a Titi cayeron en desesperación y entonces la gran explosión dio inicio, sapo peta los saco de ahí a todos, estuvieron a punto de morir, sin embargo ahora estaban ahí, de alguna manera, a salvo. 

Quizá era porque Quackity aun era demasiado joven, quizá su lobo aun no veía la realidad de las cosas, pero ese hibrido, ese omega que es dueño de su corazón podia llegar a ser la persona mas peligrosa que alguna vez piso la tierra. 

Estaban en aquella isla, que por ley le pertenecía a  Quackity, o al menos eso le dijeron. Su familia, la casta de Quackity, le había otorgado aquel país solo para que él y sus generaciones gobernaran como solo los de su linaje podían hacer.  

Suspiro sobando sus cienes, llevo su nariz a la glándula de olor en la nuca de su omega y respiro hondo llenándose los pulmones de durazno. Su omega lo tranquilizaba tanto como lo preocupaba. A la mañana siguiente debía de levantarse temprano y buscar algún trabajo para poder sobrevivir en aquel pueblo, debían irse tarde o temprano y buscar la maneara en que Quackity cumpliera con su papel de próximo gobernante. Tuvieron suerte esa noche de encontrar una cabaña limpia y barata donde pudieron pasar la noche pero no sabia cuanto podrían estar viviendo así. 

- Luzu... - La vocecita de su omega lo saco de sus pensamientos 

- Patito... Duerme, aun es noche - Le dijo sobando el vientre plano de su omega 

- Pero... tu no puedes dormir. Lo siento en el lazo - explico el mexicano con voz avergonzada

Luzu cerro los ojos, era cierto, los compañeros podían sentir los sentimientos del otro mediante el lazo. - L-lo... siento - se disculpo con las mejillas ligeramente rojas 

El omega se quedo en silencio por unos segundos hasta que se volteo para mirarlo - Lamento que estes así... Es mi culpa... si tan solo no fuera tan entrometido... Si tan solo yo... Si tan solo no hubiera hecho lo que hice, tal vez aun tendríamos nuestra vida 

Luzu negó rápidamente - No... no, tu no tuviste la culpa de nada. Aquello no era vida, era solo una mentira, todos hicimos cosas malas, fuiste el único que quizo repararlas de alguna forma u otra. Y de todos modos, si tu no hacías algo, los dioses lo habrían hecho, tu nos diste la oportunidad de sobrevivir, le otorgaste el perdón a Vegetta y a Rubius, aun teniendo la oportunidad de matarlos, aun cuado el muy imbecil de Vegetta te grito. Aun con todo ello, tu te sentiste culpable de arrebatarles lo que tenían a base de mentiras. - Luzu tomo de las mejillas a Quackity - Encontraremos una forma de salir adelante... Te lo prometo, confía en tu alfa.