AMOR DEL BUENO

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Jay y Jake ya se encontraban trapeando el suelo de la fonda y sacudiendo los manteles, a petición de Doña Carmen. La fonda de su mamá cerraría temprano puesto que tenía que ir a comprar algunas cosas y aparte no había mucha gente.

Mientras Jake limpiaba las mesas Jay se encontraba trapeando los pisos.

— Oye, ¿y este qué? ¿No va a mover ni un dedo? — dijo Jake, señalando con la cabeza hacia Ni-Ki, quien estaba recargado en la barra, con el teléfono fijo de la fonda en mano y una sonrisa de oreja a oreja.

— Ay, mi chiquito, pero cómo me haces falta. ¿Cuándo te vas a escapar de esas clases que te tienen hasta el gorro — Ni-ki, con su voz melosa, le decía a Sunoo al otro lado del teléfono.

— Ay, Ni-Ki, tú sabes que si por mí fuera, ya estaría ahí contigo bien acurrucado... pero con estos exámenes de la prepa y los cursos extra... — suspiró.

— Ándale, pero si te ayudo con tus tareas, ¿no? Te explico todo rapidito y así tienes más tiempo pa mí mero, andale mi requetelindo chiquito — insistía Ni-Ki, jugueteando con el cordón del teléfono.

Jay y Jake no perdieron la oportunidad y, acercándose sigilosamente, escucharon la conversación. No pudieron contener las risas y, en un tono burlón, Jake se acercó,

— Ay, mi Nicolás. ¡Échale más mentiras, ándale! ¿Por qué no le dices que eres un genio y ya? Que eres re bueno pa todo ¿no?

— Pero si pa lo único que es bueno es para hacerse menso — Jay se acercó dándole un golpe con el trapeador — . Órale, que si no vas a ayudar no estorbes mano.

Ni-Ki, se quedó callado por un corto momento, sintiendo las mejillas arder a mas no poder.

— Ya, ya, está bien. Les ayudo, pero luego me dejan en paz, ¿eh?

Mientras Ni-Ki se sobaba su cabeza, Jake, con una sonrisa traviesa, se acercó sigilosamente y le arrebató el teléfono de las manos.

— Oye, buenas mi Sunoo, ¿cómo andamos? — hizo una pausa breve que ni siquiera le dio oportunidad de responder — . ¿Bien? Que bueno. Óyeme ¿sabes si Sunghoon va a caer por aquí hoy? ¿O también se metió a esos cursos?

— Oh, sí. De hecho, ya salió para allá con Jungwon. Van a dar la vuelta por la fonda y... — solo con eso Jake sonrió en grande y soltó el teléfono.

Ni-Ki, recuperando su teléfono con un puchero, volvió a hablar con Sunoo, pero justo cuando estaba retomando la conversación, Sunoo interrumpió.

— Ay, Ni-Ki, ya me tengo que ir, ya sabes cómo se pone la maestra si llego tarde.

— Está bien, hablamos luego. Cuídate chiquito — dijo con un suspiro resignado, se despidió.

Justo cuando Ni-Ki estaba exprimiendo el trapo, un sonido de motor llamó la atención de todos. Afuera, un auto se estacionó, era Sunghoon al volante, con Jungwon a su lado.

Jay y Jake se precipitaron hacia la puerta, tropezando entre ellos en su emoción.

Sunghoon salió del auto, se ajustó su chaqueta y lanzó una mirada cautelosa alrededor antes de dirigirse hacia Jake. A pesar de la situación, no pudo evitar que sus ojos se suavizarán al verlo.

Jake, con esa chispa coqueta en la mirada, le devolvió el gesto con un guiño apenas perceptible, ambos se fueron a dar una vuelta por la calle.

Jungwon, por su parte, caminó hacia Jay, quien lo recibió con un abrazo que se permitieron. Jay siempre tenía ese toque de atención que hacía sentir a Jungwon como si fuera el único en su mundo. Ambos chicos pasaron al local y tomaron asiento en una de las mesitas.

𝐔𝐍 𝐀𝐓𝐀𝐉𝐎 𝐇𝐀𝐂𝐈𝐀 𝐄𝐋 𝐀𝐌𝐎𝐑 - 𝐉𝐀𝐘𝐖𝐎𝐍/𝐉𝐀𝐊𝐄𝐇𝐎𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora