SIN CANCIÓN

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La falta de luz les había dado un espacio de privacidad, uno que aprovecharon para expresar su afecto y sin la necesidad de usar palabras que digamos

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La falta de luz les había dado un espacio de privacidad, uno que aprovecharon para expresar su afecto y sin la necesidad de usar palabras que digamos.

Jake, por su parte, se maravillaba de cómo incluso sin ver, podía sentir tan intensamente la presencia de Sunghoon en todo su cuerpo, y aquello le encantaba.

De repente, se escucharon pasos acercándose, pesados y seguros, hacía ellos. Jake y Sunghoon se separaron instintivamente, sus corazones latiendo con fuerza, no solo por el beso que pudo pasar a ser algo más o con tan solo el poder ser descubiertos por alguien más que no fueran sus amigos.

— ¿Jake? ¿Sigues aquí? — preguntó Don Andrés, su voz resonando en el espacio cerrado.

— Sí, jefe, estoy aquí — respondió Jake, su voz tratando de sonar natural a pesar de todo.

Antes de que Don Andrés pudiera decir algo más, la luz regresó de golpe, inundando la habitación y revelando a los dos jóvenes parados incómodamente uno al lado del otro con la ropa alborotada al igual que el cabello. Jake y Sunghoon parpadearon, deslumbrados y nerviosos, sus rostros expresando sorpresa y un ligero pánico.

Don Andrés miró a los dos, una ceja levantada en interrogación.

— Ora. ¿Están bien? — se burló — . Parecen como si hubieran visto un fantasma.

— No es que... yo pus.

Ni-Ki decidió salir de su casa para despejar la mente después de aquella escenita que tuvo la mala suerte de presenciar en el cuarto de su hermano.

Mientras caminaba, notó unas figuras familiares a lo lejos: era Don Andrés con Jake y Sunghoon. Al acercarse, una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a sus dos amigos poniéndose nerviosos ante la presencia del papá de Jake.

— ¡Don Andrés! ¿Cómo anda? — saludó Ni-Ki.

Don Andrés se giró, su rostro endurecido por la preocupación se suavizó al ver a Ni-Ki.

— Ah, Ni-Ki, siempre es un gusto verte. Estoy bien, aquí con estos dos jóvenes que parecen estar tramando algo — dijo con sus ojos aún estaban fijos en Jake y Sunghoon.

Ni-Ki rió, sabiendo que necesitaba distraer a Don Andrés para darles un respiro a sus amigos.

— ¿Tramando algo? No creo que sean capaces de hacer algo sin que usted se dé cuenta — bromeó, guiñando un ojo a Jake y Sunghoon.

Don Andrés se rió, y por un momento, la tensión pareció desaparecer.

— Tienes razón, Ni-Ki, pero dime, ¿qué te trae por aquí a estas horas?

Aprovechando la oportunidad, Ni-Ki comenzó a contarle a Don Andrés sobre su día, sus proyectos y sus pensamientos, asegurándose de mantener la conversación lejos de Jake y Sunghoon. Mientras hablaba, Jake y Sunghoon intercambiaron miradas de agradecimiento, sabiendo que Ni-Ki había venido en el momento perfecto.

𝐔𝐍 𝐀𝐓𝐀𝐉𝐎 𝐇𝐀𝐂𝐈𝐀 𝐄𝐋 𝐀𝐌𝐎𝐑 - 𝐉𝐀𝐘𝐖𝐎𝐍/𝐉𝐀𝐊𝐄𝐇𝐎𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora