Don't Even Think About It

26

Me desperté en la madrugada, iba a visitar a Theo pero recordé que había una fiesta en ravenclaw, claramente ahora si no fui.

Salí por los pasillos intentando olvidar mis pensamientos. Luego me encargaría de ellos y de hablar con las personas.

¿Me ayudará fumar? Por algo los chicos fuman, ¿no? Pero donde encontraría un cigarro ahora.

Había un chico en la sala común que tenía una caja con cigarros en la mesa.

Me acerqué a él.— ¿Puedo?— pregunté señalando su caja.

Raramente accedió, me dijo que tuve suerte de haberlo alcanzado porque el ya se iba a dormir, me lo dio y después lo prendió por mi. Y se fue.

— ¿Y qué hago ahora? ¿Me lo trago?— me pregunté a mi mismo y antes de colocar el cigarro en mis labios escuche mi apellido.

— ¿Granger? ¿Qué mierda haces?— hablo Draco acercándose. Estaba despeinado, no llevaba su saco.

En cuanto se acercó agarro mi cigarro y lo hecho a la fogata.

— Suelta esa mierda— habló cerca de mi.

Ahí fue cuando percibí su fuerte olor a alcohol, pero también había un olor que no podía ignorar, no era como su típica loción masculina.

Tenía otro olor, fuerte pero me gustaba, me empezaba a dar calor, Draco lucia tan guapo.

— ¿Estás borracho?— pregunté.

— No, se lo que hago— dijo Draco.

No se si realmente estaba borracho o no, pero lucia estable.

— Granger— dijo mi nombre con un tono que... mierda, me hacía sentir, ¿atraída?

— ¿Ajam?— espere su respuesta.

Su única respuesta fue agarrarme con poca fuerza y pegarme a su cuerpo. Comenzó a besarme.

Podía soltarme, su agarre no era fuerte. Pero no quería, sus labios eran tan buenos. El ambiente se volvía caliente. Entonces le seguí el beso.

El me agarro de la cintura y yo coloqué mis manos en su pecho.

De un momento a otro el beso se había vuelto más apasionado y brusco. No era como un beso de Cedric durante el sexo, esto era más ardiente.

Pero como la intensidad subió solté un leve gemido en sus labios.

Draco me agarro de los muslos y yo enredé mis piernas a su torso.

El beso seguía. Por suerte no había nadie más en la sala, Draco bajo sus besos a mi cuello mientras se dirigía a los pasillos.

Rápidamente llegamos a su habitación, lo supe por el olor fino y a pinos.

Pronto, me dejo en la cama, se colocó encima de mi sin dejar caer todo su peso.

— Te destrozare— hablo Draco viéndome a los ojos.

Yo asentí como una boba y el sonría ante eso. Sacó su camisa dejando ver su torso marcado que no era la primera vez que lo veía pero ahora era de cerca.

Comencé a besar como pude su pecho y acariciaba su espalda. El me aventó a la cama y levantó la blusa que llevaba y la sacó mientras yo levanto mis brazos. Rápidamente comenzó a besar la parte que mi sostén no cubría de mis pechos.

Yo gemía su apellido, no me atrevía a llamarlo por su nombre.

Después me quito el sostén y comenzó a masajear y dejar chupetones en mis pechos, parecía disfrutarlo. Pero yo veía estrellas.