CAPÍTULO 5

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🩵🩷 MINI MARATÓN 2/3🩷🩵

- ¿Y bien? - preguntó Nanami mientras conducía.

Soltando un tendido suspiró, Haibara se acomodó. - Digamos que es un poco preocupante. El niño abandonó por completo su rutina, y además de mostrar claros signos de ansiedad por separación, su consumo de alimentos disminuyó en un 67%, lo que es alarmante considerando la edad que tiene. - hojeó sus anotaciones.

- Estoy seguro de que la situación del omega no es diferente. Podría apostar a que es incluso peor. - ellos han trabajado juntos en innumerables casos, pero es la primera vez que lidian con algo como esto, por lo que incluso ellos están en un proceso de prueba y error para poder encontrar un plan de visita e interacción entre los menores que no afecte la salud de ninguno, ni su día a día.

Les tomó dos horas llegar a la residencia de los Itadori. En la entrada ya los esperaban Jin y Kaori, junto a Yuji, quien se veía bastante desanimado.

Se presentaron rápidamente, y antes de interactuar con la familia, Emi los puso al tanto de la situación de familiar y el comportamiento del pequeño omega. Unos minutos después, como con la familia del pequeño alfa, Nanami conversaba con los padres sobre el protocolo, reglas y consecuencias de cualquier incumplimiento, no fue muy diferente a la conversación que tuvo con los Gojo. Haibara por su parte se encontraba con un poco animado Yuji que se aferraba a su peluche. La vista era hermosa, ya que el jardín contaba con innumerables árboles de cerezo que iban en sintonía con la rosácea melena de la familia.

- Que bonito peluche. - Haibara intentó acercarse un poco pero solo obtuvo un suave gruñido al intentar tocarlo. - No quieres que lo toque porque te lo dio Satoru, ¿verdad? - Yuji asintió sin decir palabra alguna.

- Sabes, hoy fui a ver a Satoru. Lo vi antes de venir aquí. - comentó el azabache captando la momentáneamente la atención de pelirrosa. - Está muy emocionado por verte mañana. - comentó y de inmediato se percató como el amargor del aroma del pequeño se dulcificaba. - Veo que eso te ha puesto de mejor humor. - sonrió al menor. - No estoy aquí para lastimarte o alejarte de él. Estoy aquí para ayudarlos a llevarse bien y cuidar de la salud de ambos, por lo que es importante que me cuentes algunas cosas. Eso podría ayudarnos a establecer mejor un horario en el que puedas ver a Satoru más seguido. - ¡Bingo!, por fin tenía la atención completa del menor.

Tan simples palabras había hecho que el pequeño sol volviera a sonreír.

- ¿Qué quieres saber? - cuestionó con inocencia.

Haibara sacó su libreta de apuntes y comenzó a anotar. - Podrías decirme como fue ver a Satoru por primera vez. - le entregó un geranio que había tomado del jardín de la residencia de los Gojo y que había sido impregnado por Satoru.

Por primera vez en casi 3 días, Yuji había soltado su peluche para tomar la flor que le estaban entregando. - No lo vi, estaba haciendo mucho viento y sentí un aroma que me gusto mucho, pero no era como el de cualquier flor, era algo más dulce y algo en mi - señaló su corazón - me decía que tenía que encontrarlo. - bajó la mirada - Lastimé a mi mamá porque no quería soltarme. - su boca formó un puchero como si intentara contener sus ganas de llorar.

Aquella imagen enterneció a Haibara, quien comprendía que era muy complicado para el menor expresar sus sentimientos con palabras, después de todo a los 4 años el manejo de emociones es casi nulo. Y ahí estaba ese pequeño, intentando con todas sus fuerzas expresarse.

- Cuando pasamos por cosas nuevas, la primera vez nos pueden dar mucho miedo, pero eso no implica que sea algo malo. - comentó con suavidad. - ¿Estás triste porque no has visto a Satoru? - los ojos del pelirrosa intentaban sin éxito contener unas cuantas lágrimas que traviesas se escapaban de sus preciosos orbes dorados.

AST - NUEVOS DIOSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora