🩵🩷 MINI MARATÓN 2/3🩷🩵
- ¿Y bien? - preguntó Nanami mientras conducía.
Soltando un tendido suspiró, Haibara se acomodó. - Digamos que es un poco preocupante. El niño abandonó por completo su rutina, y además de mostrar claros signos de ansiedad por separación, su consumo de alimentos disminuyó en un 67%, lo que es alarmante considerando la edad que tiene. - hojeó sus anotaciones.
- Estoy seguro de que la situación del omega no es diferente. Podría apostar a que es incluso peor. - ellos han trabajado juntos en innumerables casos, pero es la primera vez que lidian con algo como esto, por lo que incluso ellos están en un proceso de prueba y error para poder encontrar un plan de visita e interacción entre los menores que no afecte la salud de ninguno, ni su día a día.
Les tomó dos horas llegar a la residencia de los Itadori. En la entrada ya los esperaban Jin y Kaori, junto a Yuji, quien se veía bastante desanimado.
Se presentaron rápidamente, y antes de interactuar con la familia, Emi los puso al tanto de la situación de familiar y el comportamiento del pequeño omega. Unos minutos después, como con la familia del pequeño alfa, Nanami conversaba con los padres sobre el protocolo, reglas y consecuencias de cualquier incumplimiento, no fue muy diferente a la conversación que tuvo con los Gojo. Haibara por su parte se encontraba con un poco animado Yuji que se aferraba a su peluche. La vista era hermosa, ya que el jardín contaba con innumerables árboles de cerezo que iban en sintonía con la rosácea melena de la familia.
- Que bonito peluche. - Haibara intentó acercarse un poco pero solo obtuvo un suave gruñido al intentar tocarlo. - No quieres que lo toque porque te lo dio Satoru, ¿verdad? - Yuji asintió sin decir palabra alguna.
- Sabes, hoy fui a ver a Satoru. Lo vi antes de venir aquí. - comentó el azabache captando la momentáneamente la atención de pelirrosa. - Está muy emocionado por verte mañana. - comentó y de inmediato se percató como el amargor del aroma del pequeño se dulcificaba. - Veo que eso te ha puesto de mejor humor. - sonrió al menor. - No estoy aquí para lastimarte o alejarte de él. Estoy aquí para ayudarlos a llevarse bien y cuidar de la salud de ambos, por lo que es importante que me cuentes algunas cosas. Eso podría ayudarnos a establecer mejor un horario en el que puedas ver a Satoru más seguido. - ¡Bingo!, por fin tenía la atención completa del menor.
Tan simples palabras había hecho que el pequeño sol volviera a sonreír.
- ¿Qué quieres saber? - cuestionó con inocencia.
Haibara sacó su libreta de apuntes y comenzó a anotar. - Podrías decirme como fue ver a Satoru por primera vez. - le entregó un geranio que había tomado del jardín de la residencia de los Gojo y que había sido impregnado por Satoru.
Por primera vez en casi 3 días, Yuji había soltado su peluche para tomar la flor que le estaban entregando. - No lo vi, estaba haciendo mucho viento y sentí un aroma que me gusto mucho, pero no era como el de cualquier flor, era algo más dulce y algo en mi - señaló su corazón - me decía que tenía que encontrarlo. - bajó la mirada - Lastimé a mi mamá porque no quería soltarme. - su boca formó un puchero como si intentara contener sus ganas de llorar.
Aquella imagen enterneció a Haibara, quien comprendía que era muy complicado para el menor expresar sus sentimientos con palabras, después de todo a los 4 años el manejo de emociones es casi nulo. Y ahí estaba ese pequeño, intentando con todas sus fuerzas expresarse.
- Cuando pasamos por cosas nuevas, la primera vez nos pueden dar mucho miedo, pero eso no implica que sea algo malo. - comentó con suavidad. - ¿Estás triste porque no has visto a Satoru? - los ojos del pelirrosa intentaban sin éxito contener unas cuantas lágrimas que traviesas se escapaban de sus preciosos orbes dorados.
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AST - NUEVOS DIOSES
Hayran Kurgu20 de marzo del año 2450. En el hospital nacional de Sendai por primera vez en 25 años ha nacido un omega. De piel ligeramente bronceada, inusual cabello rosa y orbes color avellana, el llanto de Yuji Itadori resuena en el hospital. Por los altavoce...