– Señores, creo que nos estamos precipitando con esto, entiendo que todo esto ha sido demasiado para sus familias, pero estamos hablando de un proyecto de escala nacional que afectará a toda la población. – intervino Yaga en el momento. – Olimpo es un proyecto de Estado, por lo que no podemos privatizarlo solo porque sí. Les aseguro que trabajaremos en resolver esto a la brevedad posible. – señaló los documentos sobre la mesa y es que esto dejaba en duda la fiabilidad no solo de los presentes, sino del gobierno como tal y dejar que algo así les restara credibilidad con las grandes familias no era opción, Yaga debía hacer todo en sus manos para apaciguar a los líderes o el gobierno se vería en un serio problema.
– Sí que tiene agallas para decir que es un proyecto de Estado. – Naobito río, Masaru y Noritoshi hicieron lo mismo momentos después. – Se llenan la boca diciendo que es algo en lo que ustedes han trabajado cuando la planeación, ejecución y financiación del proyecto ha salido de nuestras familias porque más que proteger a nuestros miembros omegas, lo hicimos para garantizar una forma viable y humana en la que podamos controlar la escasez de nacimientos hoy en día. Lo único que ustedes han hecho es dar mano de obra por la que nosotros fácilmente habríamos pagado. – culminó señalando a todos los funcionarios con su dedo índice de forma discriminatoria.
– Además, si recuerdo bien, el Ministerio de Protección de Omegas nació gracias a nuestros antepasados y hasta el día de hoy siguen siendo financiados por nosotros, no por el Estado. – advirtió Noritoshi con menos gracias que Naobito.
– Considero que es excesivo incurrir a amenazas de esta índole, en verdad les pido que nos tranquilicemos y pensemos con cabeza fría. No podemos dejar que esto afecte a miles de vidas que tienen la esperanza de ir a un lugar seguro. – intervino Utahime, sin embargo, poco o nada hicieron sus palabras para enfriar los ánimos en la sala.
Mei Mei quien es la que menos había intervenido, se encontraba redactando un informe con lo expuesto por las familias y con la información brindada en los documentos que les habían presentado, abriendo así una investigación para cada uno de los miembros involucrados. La mujer estaba poniendo al gobierno de cabeza para deshacerse de los topos en el menor tiempo posible.
– Si piensan poner más trabas al asunto, entonces lamento informarles que la familia Gojo retira desde hoy cualquier tipo de financiación y apoyo hacia este gobierno. Realmente espero que puedan hacer un buen trabajo con Olimpo. – se puso de pie y acomodó su traje, levantó su mentón con cierto deje de arrogancia y sonrió. – Sí es que pueden. – los otros dos líderes imitaron sus acciones y buscaron la salida.
Noritoshi, el más afectado de los tres, se detuvo en el umbral y los miró de reojo. – Pueden conservar cualquier avance de la investigación del centro de reproducción, pero no esperen más que eso a partir de este momento, y si alguna de sus marionetas pone un pie en el laboratorio, me encargaré personalmente de que jamás vuelva a ver la luz del día. – espetó con odio antes de salir del lugar.
– ¡No pueden hacer eso! – gritó Akimitsu desde su asiento. – ¿Cómo pueden permitir que esos tres tipos decidan lo que se hará con un proyecto de esta magnitud? Somos el gobierno, no sus mandaderos. Son ellos los que deben regirse por los mandatos del Estado, no nosotros a sus caprichos. – se dirigió al resto de funcionarios en la sala.
Yaga había entrelazado sus dedos, su impaciencia y molestia era evidente. Por una parte, les daba la razón a los líderes, pero de cierta forma Akimitsu también tenía un buen punto, sin embargo, en este punto era imposible hacer a esos hombres retractarse de aquellas palabras, no después de lo ocurrido tan solo unas horas atrás.
– ¿Eres imbécil o qué? – La voz de la subalterna de Utahime llamó la atención de todos, ya que durante la breve reunión con las familias no había pronunciado palabra alguna.
ESTÁS LEYENDO
AST - NUEVOS DIOSES
Fanfiction20 de marzo del año 2450. En el hospital nacional de Sendai por primera vez en 25 años ha nacido un omega. De piel ligeramente bronceada, inusual cabello rosa y orbes color avellana, el llanto de Yuji Itadori resuena en el hospital. Por los altavoce...