📌 Actualización 3/3
Al estar con llave le dio a los menores unos segundos para despedirse por si las cosas no salían bien. – Para mí solo existe Yuji, en mi corazón el único que ha reinado desde hace casi 8 años has sido solo tú. – beso su nariz y se acercó lo suficiente para juntar sus frentes. – Sé fuerte. No grites, no les demuestres que tienes miedo. Yo estoy aquí para cuidarte. – Yuji llevó sus manos a las mejillas de Satoru y con cuidado junto sus narices en un beso esquimal, ese beso que con frecuencia compartían y que era su contacto más íntimo.
– Dentro de 2 semanas celebraremos mi cumpleaños, así que debes preparar todo aquí porque quiero que seas el primero y el único en cortejarme, ¿si? – rogó con voz quebrada mientras contenía sus lágrimas.
Un estrepitoso sonido anunció que la cerradura finalmente había cedido. Satoru no tuvo tiempo de responder a la última petición de su omega. Se dio la vuelta y se puso de pie dejando al pelirrosa detrás de él para protegerlo. Si debía usar su propio cuerpo como escudo lo haría. Resistiría hasta que alguien llegara a ayudarlos, hasta que alguien pudiera poner a Yuji a salvo.
Satoru sentía su estomago contraerse y cada uno de sus músculos tensarse estaba listo para defenderse, pero más aún para atacar. Recordaba muy bien esa sensación que detonaba el aroma amargo de Yuji, su instinto, su alfa estaba despertando del letargo en el que había estado sumido la última semana. El golpe de feromonas fue más intenso de lo que esperaba, pero ahora era capaz de mantenerse consciente para no cagarla.
Un ruido seco causó que la puerta se abriera de golpe, dejando ver a 3 alfas y 2 betas. Todos entraron con cautela a la habitación. Uno de los alfas río ante la escena y los betas soltaron más de un comentario burlón, que solo provocó que Satoru soltara un grave y gutural gruñido, una advertencia de que no estaba jugando.
– Si nos entregas al fenómeno detrás de ti, no te mataremos. – dijo uno de los orgullosos alfas que lentamente se acercaban.
– ¿Huh? ¿Eres imbécil o qué? No pienso dejar que se lo lleven. – el alfa rubio gruño en respuesta, pero aquello no intimido ni un poco a Satoru, se mantenía firme en su posición cubriendo a Yuji.
– No esperaba menos de un cachorro de una familia de generaciones de alfas, pero eso no te servirá mocoso. Entrega al bastardo y daremos esto por terminado. No compliques las cosas. – 2 de los beta se adelantaron. – Lo haremos sin armas para mayor placer. – dijo el rubio y todos guardaron sus pistolas.
– Veamos de que estás hecho mocoso de mierda. – un alfa pelinegro se abalanzó sobre Satoru, sin embargo, el que supiera defenderse los tomó por sorpresa, se sabía que los Gojo eran los más diplomáticos de las 3 grandes familias, así que no veían venir que supiera pelear.
Los dos beta se incorporaron a la pelea, aunque Satoru intentaba defenderse era imposible no recibir unos cuantos golpes. Los golpes de los beta no dolían tanto, pero los de los alfas, esos eran otro cuento. Los mantuvo a raya un buen rato, pero comenzaba a cansarse, su visión comenzaba a ponerse borrosa por los golpes que había recibido en el cráneo y que lo habían hecho sangrar. 1 de los betas estaba noqueado, pero aún quedaban los 3 alfas, en el pasillo se escuchaban más pasos, así que temió lo peor.
– ¡Yuji! – gritó para decirle que corriera al baño, pero ese pequeño descuido hizo que el alfa rubio le asestara un golpe de lleno en el rostro, cosa que otro de ellos aprovechó para tumbarlo al suelo y someterlo.
Patadas y golpes le llovían por igual, se sentía desfalleciendo, hasta que un grito desgarrador lo trajo de vuelta a la realidad. Uno de los alfas había atrapado a Yuji, su Yuji. El pequeño mordía y rasguñaba desesperado. Lloraba a cántaros ante las risas de esos bastardos. Y con ello vino una nueva ola de feromonas rancias. Miedo, desesperación, tristeza, frustración, ira, asco, y odio, era lo que aquella esencia transmitía. Era un cúmulo de emociones negativas, Satoru lo sentía mediante el lazo y aquel aroma solo potenciaba esas sensaciones, sentía como aquellos sentimientos oprimían su pecho. Su alfa gritaba con desesperación al ver a su omega lastimado, exigía la sangre de los malditos que habían perturbado la paz de su destinado, pero su conciencia seguía resistiéndose a seder a su instinto.
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AST - NUEVOS DIOSES
Fanfiction20 de marzo del año 2450. En el hospital nacional de Sendai por primera vez en 25 años ha nacido un omega. De piel ligeramente bronceada, inusual cabello rosa y orbes color avellana, el llanto de Yuji Itadori resuena en el hospital. Por los altavoce...