I - ESPECIAL: Reviviendo el pasado...

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...Hace una pausa en su relato, titubeando entre seguir adelante y el miedo repentino que le seca la garganta, parece tomar aire antes de continuar, pero se ve abruptamente interrumpido por la intervención de Alejandra que aprovecha su pausa - Tengo que ser honesta, tu vida era bastante aburrida - Comenta ella, su voz tiñe el aire con un matiz que oscila entre la diversión y la sinceridad más cruda. Una sonrisa irónica se dibuja en sus labios, curvándose en un arco casi burlón mientras inclina la cabeza ligeramente, permitiendo que su mirada penetrante, afilada como daga, se fije en Ismael.

Aunque Ismael había compartido con ella la anécdota, aquella misma que Alejandra le había insistido contar, pero oculto sus pensamientos y momentos más oscuros, entregando una historia de días teñidos de una monotonía gris, de una rutina constante en la que parecía que no había nada interesante. Pensó que así Alejandra perdería el interés por saber más de ese día, ya que era consciente de que ella, desde hacía tiempo, buscaba que él revelara por qué realmente había escapado de casa.

Sin embargo, los ojos de Alejandra delataban aún chispas de curiosidad, un brillo que sugería un deseo sincero de sumergirse en las profundidades aún no exploradas de la vida de Ismael.

- Supongo que aún lo sigue siendo - Responde Ismael, riendo incómodamente mientras gira su plato de postre, jugueteando con la comida, mientras evita el contacto visual, luchando internamente por mantener una fachada de normalidad mientras su mente lucha con la culpa de las verdades no expresadas a Alejandra. Sus dedos trazan círculos alrededor de los bordes del plato, manifestando su inquietud interna sobre la conversación, aunque cómoda en superficie, lleva consigo una pizca de incomodidad.

- Bueno, tu historia suena un poco aburrida, de hecho, acabas de describir el día de un chico que se despertó tarde, llegó tarde a la escuela, salió de la escuela y luego volvió a casa. Cuando prometiste contarme sobre el día que decidiste huir, esperaba algo con más... suspenso - Reprocha Alejandra, dando otro bocado a su postre. Su mirada sigue fija en Ismael, implacable, penetrante y ahora un poco amenazante. Era claro que las sospechas de Ismael eran correctas, ella buscaba entre las capas de sus palabras algo más significativo. Alejandra sabe que debe haber una gran razón para haber escapado, algo que, en tanto tiempo, él aún no le ha confiado.

- ¡EY! - Replica Ismael, fingiendo una herida por la crítica. Se inclina hacia adelante, capturando su atención con una mirada juguetona - Para empezar, tú pediste que empezara desde el principio del día - Una risa suave, pero nerviosa escapa de sus labios.

- Bueno, Bueno, pues sigue ¿Qué paso después? - Pregunta Alejandra, reajustándose en la cama para mirarlo más cómodamente. Ella esta recostada boca abajo, sus piernas oscilando ligeramente en el aire, con el mentón apoyado en sus manos, esperando atenta cada palabra, para no perderse ni un detalle, esperando a que Ismael retome la historia.

Ismael suspira profundamente, tomando un momento para ordenar sus pensamientos antes de intentar continuar - Ah, pues... después fui a la fiesta y...- Comienza a relatar, pero es interrumpido abruptamente.

- ¡WOW! ¡WOW! Espera, la fiesta empezaba a las diez, si no me equivoco. Te estás saltando unas siete u ocho horas del día - Alejandra lo recrimina con un tono de broma, levantando una ceja en un gesto dramático de incredulidad, levanta sus dedos para enfatizar las horas que Ismael ha omitido, mientras los agita. Su rostro exhibe una mezcla de seriedad y diversión, claramente disfrutando de su rol de interrogadora mientras no le permite a Ismael omitir ningún detalle.

Ismael, atrapado en su intento de acortar la historia, se defiende con una sonrisa tímida pero genuina - Pensé que querías omitir las partes aburridas - dice, tratando de justificar su omisión.

No Te Va Tan MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora