IV.II - Refugio de pixeles

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Ismael tocó la puerta suavemente, primero con un golpecito discreto, y luego otro. Desde el lado contrario de la puerta, una voz exasperada y cargada de frustración estalló, asumiendo que el intruso no era más que su madre.

– ¡Mamá! Te dije que no me molestaras, tengo que terminar la tarea y necesito concentrar... - La voz de Oscar, teñida de molestia, resonaba con la tensión de quien se siente constantemente interrumpido.

Sin embargo, al abrir la puerta y encontrarse no con su madre, sino con Ismael, la expresión de Oscar cambió drásticamente. La irritación se disipó como niebla bajo el sol, dando paso a un rostro lleno de sorpresa y luego de alegría genuina.

– ¡Ismael! ¡Amigo!... No pensé que llegarías tan pronto — Exclamó, con una sonrisa que transformaba todo su semblante. El alivio y el contento de ver a su amigo eran evidentes.

- ¿Tan pronto? Hace más de una hora desde mi mensaje idiota... supongo que si necesitas concentrarte para terminar la tarea - Ismael lanzó estas palabras con una mezcla de ironía y diversión, arqueando ligeramente una ceja levantada en un arco divertido, observando la reacción de su amigo.

Tras un breve instante de pausa, en el que la sorpresa de Oscar se mezcló con la ironía de Ismael, ambos estallaron en carcajadas - Pasa, pasa, ya estoy terminando la campaña del otro juego que te recomendé - Comentó Oscar con renovado entusiasmo, abriendo la puerta completamente. Con un gesto amplio y acogedor, invitó a Ismael a entrar.

Ismael, aún con una sonrisa en su rostro, cruzó el umbral y entró en la habitación, que estaba bañada en una luz tenue proporcionada por tiras de LED que recorrían el perímetro del cuarto. Una vitrina cuidadosamente iluminada exhibía una impresionante colección de figuras de acción, meticulosamente dispuestas y claramente queridas. Las paredes, adornadas con posters vibrantes de videojuegos, aportaban color y carácter al espacio.

Sobre el escritorio, los libros de estudio se mezclaban con el ocio; un control de videojuegos descansaba junto a un teclado, y la pantalla del ordenador mostraba un juego en pausa, listo para ser reanudado en cualquier momento.

Ismael recorrió la habitación con la mirada, absorbiendo cada detalle como si se tratara de una galería de arte más que de un dormitorio. La transformación que Oscar lograba en cada visita nunca dejaba de impresionarlo, convirtiendo el espacio en un reflejo vivo de sus pasiones y evolución personal.

- Oh, wow, agregaste las LED – Comento Ismael, su voz teñida de genuino asombro. Recordaba claramente la conversación de hace unos días donde justo Oscar le había comentado sobre estas. La implementación resultó ser tan impactante como lo había descrito.

- Seeh, como te había dicho, ¿Quedaron bien, no es así? - Respondió Oscar con una sonrisa orgullosa, observando cómo Ismael examinaba las luces y la disposición general de la habitación. Se acercó al escritorio, donde Ismael se inclinaba para ver mejor la pantalla del ordenador.

- Y este juego, bueno, es uno de los mejores lanzamientos del año. Te va a encantar - Añadió, Oscar, observando cómo el interés de Ismael se intensificaba al ver la pantalla que ahora mostraba el menú principal del juego, prometiendo aventuras y desafíos. La luz de la pantalla iluminaba sus rostros con un brillo suave, añadiendo un toque mágico al ambiente ya cautivador de la habitación.

Ismael asintió, su atención capturada no solo por los gráficos impresionantes y la promesa de una historia envolvente, sino más profundamente por el intrincado trabajo detrás de escena.

- Es increíble pensar en todo el desarrollo y los códigos que hacen posible que todo esto funcione - Comentó, su voz teñida de admiración y un matiz de curiosidad profesional. Su fascinación siempre había estado en las entrañas del proceso creativo, en entender cómo se tejían líneas de código en experiencias envolventes y mundos imaginarios.

Oscar arqueó una ceja, aunque no le sorprendía en absoluto que de la boca de Ismael surgieran comentarios sobre el interés técnico detrás del juego. Así que sonrió con comprensión y asintió, reconociendo la profundidad de la curiosidad de su amigo - Es verdad, el equipo realmente se superó. Incluso he leído que implementaron algunas técnicas extrañas para los NPCs. Supongo que eso añade una capa extra de complejidad y realismo.

Ismael se inclinó hacia adelante, su interés claramente avivado por la mención de innovaciones en la programación de los personajes no jugables - Definitivamente tienes buen gusto para esto. ¡Vamos a probarlo! - Dijo Ismael, animado por la energía de la habitación y el entusiasmo de Oscar.

Mientras se acomodaba en una silla extra junto al escritorio, Oscar ajustó los ajustes finales y seleccionó el modo historia, un brillo de orgullo en sus ojos. Era evidente que estaba emocionado de compartir este momento con su amigo, especialmente sabiendo cuánto apreciaría Ismael los detalles técnicos y creativos del juego.

Así fue como juntos se sumergieron en el mundo digital, un espacio donde las estrategias y las risas se entrelazaban sin esfuerzo. En un lugar donde no había tiempo para emociones negativas Sin que Ismael lo notara explícitamente, o que Oscar lo hubiera planeado intencionalmente, el ambiente que habían creado se convirtió en un refugio de positividad.

No Te Va Tan MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora