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Mara

Después de organizar todo durante meses, ya teníamos sitio y quedaba poco para el día. Nos íbamos a casar en la Playa del Vilar, en La Coruña, será romántico y especial. Como ya dije, habíamos invitado a todos, porque había acabado haciéndome amiga de toda la parrilla. Con sus más y sus menos, eran todos increíbles. Fernando estaba emocionado, no dejaba de sonreír. Se notaba que él también tenía ganas. Él siempre estuvo presente para organizarlo todo, y mi suegra, fue la que me ayudó con el vestido. Como yo hice con ella en su día. Era una madre para mí.

–Qué culo te hace este –suelta ella, toda sincera y sin escrúpulos.

–Joder –reí. Era como su hijo, sin pelos en la lengua.

–¿Qué? No me fastidies, date la vuelta y mírate en el espejo.

Me miré, era el vestido perfecto. Y tal y como ella decía, me hacía un culo precioso. Me encantaba.

–¿Y bien?

–Me lo llevo. ¡Es precioso!

–Eso es. Se le va a caer la baba –me codea ella riendo.

–Seguro.

Ella me sonríe con orgullo, y después de comprar el vestido, salimos de allí alegremente en dirección a la cafetería más cercana. Hoy nos apetecía hacer día de chicas para estar solas y poder hablar de todo. No sabía en qué momento, pero me daban ganas de llorar de lo mucho que la quería.

–¿Y con mi padre todo bien?

–Todo estupendamente. Aún no asimila que os vais a casar, ya sabes que siempre ha estado obsesionado con mi hijo y sus victorias en ese hotwheels así que…

–Pues Fernando está a punto de retirarse.

–Sí, me lo ha comentado. Se retirará de la fórmula, pero su plan no es dejar de correr.

–Lo sé.

–Menos mal, como no te lo hubiera contado iba a matarlo…

–Me lo cuenta todo.

–Eso es lo que tiene que hacer. Veo que lo he educado bien. Él siempre ha tratado bien a las mujeres, ¿sabes? Pero obviamente, algunas tienen poca cabeza y mucho espacio entre las piernas.

–No, si ya…

–Me ha contado que no se ve con ninguna más después de ti, si es que hay un después…

–Y si lo hace lo mato.

–Es más probable que se muera él solo de tristeza, hija mía.

–Probablemente.

Ella ríe. Nunca me había imaginado lo que era que te quisieran de esta manera. Mi madre nos abandonó y trato de volver múltiples veces para poder llevarme con ella a su vida de rica con el hombre con el que puso los cuernos a mi padre. A lo mejor, algún día vuelva a verla y podamos recuperar esa relación… Algún día.

–Siempre supe que había algo entre vosotros, de alguna manera, pero no sé cómo… surgió, todo esto, quiero decir.

–Creo que ambos sabíamos que algo iba a pasar desde el primer momento que nos vimos

–Y en vez de matarte a tortazos te mató a pollazos, genial.

–Básicamente.

–¿Qué tal fue la primera vez? –ríe ella–, todo lo que he oído sobre eso es que es un burro.

–Un burro para quien no le guste, en ese sentido ambos somos iguales y a lo mejor nos gusta con más intensidad y con cosas para jugar.

–Yo era igual a tu edad, creo que eso de la burrería y las ganas de jugar las ha sacado de mí.

la Fórmula y el número 1 [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora