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Fernando

Cómo era de esperar, no gané esa carrera. Intenté llegar al podio pero ni eso. En fin... después de eso tendría unas bien merecidas vacaciones. Me iría con ella, con su padre y mi madre a Francia. Tenía ganas de despejarme y no pensar en nada. Ya de por sí, en el avión me estaba durmiendo. De no ser porque la tenía ella al lado mirando videos en tiktok me habría dormido.

–Baja eso, por favor... –gruñí.

–Está flojisimo.

–Ponte los airpods que para algo los tienes.

–Ehhh relaja.

Empezamos bien. Ella suspira y se los pone, ya está de mala hostia... en fin. Yo por fin pude dormir, y soñé, adivinad qué. Sí, sexo con ella. Lo que me faltaba. Debía admitir que echaba de menos el sexo con ella, era increíble. Me encantaba. Pero claro, está Russell por en medio, su padre con toda la mala hostia del mundo, yo que se supone que no tendría que fijarme en una mujer como ella... Dios... no quería estar así. Ojalá nunca la hubiera probado, ni conocido. Estaría completamente bien. Cuerdo.

–Alonso.

–Diiime...

–Como te explico...

–Quéééé... –aún estaba un poco adormilado, y tenía los ojos cerrados.

–Tú amigo está despierto.

Me desperté de golpe y en un reflejo me tapé. No sé ni para qué, si total ya me la ha visto.

–¿En qué soñabas?

–Jennifer Aniston.

–Los cojones.

–¿Qué te pasa? –fruncí el ceño sin entender nada, ¿qué le ha dado?

–No me lo creo.

–Pues no te lo creas... –volví a apoyarme en mi almohada de avión con la intención de seguir durmiendo. Solo esperaba no soñar más. Por suerte no lo hice, y me desperté de un casi ataque cardíaco en el aterrizaje.

–Por dios.

–Joder, no soy adivino... No sabía que iba a ser aterrizaje forzoso...

Ella se rió de mi, yo rodé los ojos y empezamos a desembarcar. Me llevé el equipaje de mano de los dos, ella no tenía pinta de querer llevarlo.

–¿Qué soñabas?

–No me acuerdo.

–Bueno.

No sé para qué quería saberlo.

–Os toca compartir habitación, sed buenos –dijo su padre.

Cojonudo. Ahora más difíciles voy a tener las cosas.

☆☆☆

–Me voy a duchar –me miró.

–Vale –dije con desinterés.

Se metió dentro del baño y al poco oí el agua caer. No sé para qué me avisa, que haga lo que quiera.

–¡Alonso!

–¡Dime!

–¡Me he dejado la ropa interior, está encima de la maleta, la de Victoria Secret!

La que le compré yo, vamos. Bueno, no yo, pero era mi dinero. La cogí y entré en el baño para dejarla encima del lavabo.

–Gracias.

La mampara era transparente, le veia toda la parte de atrás del cuerpo. Jesús, María y José.

la Fórmula y el número 1 [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora