Capítulo 7

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Nos vamos a ver en la entrada del Fuerte Merópide, así que estoy subiendo el ascensor, la verdad estoy nervioso, llevo arreglando mi ropa en todo el camino, y ahora estoy arreglando mi visión, no se dónde ponerla, a veces la cuelgo en mi pantalón, en mi camisa, ahora volví a mi espalda junto a mi saco, pero a veces me asusta que me la quiten... Debería dejar de preocuparme tanto.

Llegué al lugar viendo esas escaleras, tengo varios días sin salir, pero una vez los rayos se asoman, me acostumbré poco a poco con cada paso. El día es soleado, afortunadamente, aún no me agradan las lluvias. Una vez piso el último escalón, noto a Neuvillette, que está de espaldas. Sonrió y me acerqué con cautela.

—Buenos días, su Señoría. —Le saludo.

Él se da la vuelta y al hacer contacto visual, de nuevo mi corazón se aloca, debería calmarse un poco, pero me concentro en que mi rostro no me vaya a delatar, eso si lo puede notar.

—Buen día, señor Conde —me dice.

Perdí el aliento, si es que se puede expresar así, hay algo en sus palabras, en sus ojos que me tienen bajo un encanto que me hace quererlo aún más, estoy nervioso, ahora me estoy muriendo internamente, pero debería disimular, así que me cruzó de brazos y sonrió, por favor Wriothesley, se discreto.

—No tienes que llamarme de esa forma, ¿es muy formal? —le digo—, sólo dígame Wriothesley.

—Entonces es igual para ti —me responde—, solo dime Neuvillette, estoy acostumbrado a que me llames de esa forma.

Se voltea y empieza a caminar. Yo sonreía de la emoción, sinceramente creí que olvidaría las primeras cartas que le envié, solía decirle por su nombre con alguna frase en sarcasmo de su estatus, en algún punto me vi perdido, pero me recuperé con rapidez.

Empecé a seguirlo y no puedo evitar pensar que esto parece una cita. Quisiera tener una con él y poder conocerlo aún más, después de todo, estoy interesado en quién está detrás de esos ojos, de quién está detrás de ese título de Juez, pero no sé cómo preguntar sin incomodar de algún modo.

—¿A dónde vamos? —Le pregunto.

—Es... —se queda en silencio—, una sorpresa.

Me dio ternura.

—Oh, ¿su Señoría me preparó una sorpresa? Me siento honrado.

—Puedes llamarme Neuvillette.

—Perdón, la costumbre.

Seguimos caminando, sinceramente no sé qué más decir, pero me siento cómodo al caminar junto a él, a pesar de aquello que ocurrió hace unos días, ya no me siento incómodo, Hortense tenía razón, debo entenderlo e incluso Sigewinne me habló de su dificultad de entender las emociones humanas.

—Lamento lo que pasó —me dice—, no sabía qué más decir.

—Ya le dije que no hay problema, fue un error de ambos, no se preocupe.

—Era tu familia —continúa hablando—, debería haber hecho más.

—Que se preocupe de esta forma, que incluso piense y diga todo esto, me hace saber que ahora está tomando en cuenta lo que siento, pero también no quiero forzarlo a entender, al menos no tan apresurado, así que tome su tiempo, puedo esperar.

Se queda en silencio, no sé qué más decirle, quizá necesito decirle algo o hacer algo, o quizá no deja hacer nada, pero ¿cómo saberlo? Debí pensar así antes de irme de esa forma.

—¿Puedes contar otra historia? —me dice minutos después.

—Por supuesto —sonrió— ¿qué quiere escuchar? ¿Algo en específico?

El llanto del Dragón ﻌ [Fanfic] ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora