Capítulo 10

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Neuvillette regresa al Palacio Mermonia luego de otro largo juicio y varios minutos esperando en la estación, suele hacer eso a diario, con la esperanza de ver a cierto humano, pero no ha tenido éxito ni excusa para ir a verlo.

Su viaje es tranquilo, como suele suceder, el aire es fresco, y el sol cálido, como suele ser, a excepción de los días que se siente triste. Los cielos se vuelven oscuros, la brisa fría y el día frío, pero mejor evitaba pensar en el tema o se volverían así.

Hoy es un día especial, distinto a los demás, pues es su cumpleaños, y siempre había melusinas preparando una sorpresa para él, sonríe ante la idea, se siente afortunado de tenerlas a su lado, a esos pequeños seres que le causaban felicidad y siempre le ayudaban en algún problema que tuvieran.

Llega a la estación y antes de bajar, escucha a la melusina quien fue guía su camino de regreso.

—Feliz cumpleaños, su Señoría.

Neuvillette agradece con una sonrisa y baja sin más. Camina volviendo a su rostro serio, saludando a algunos guardias, pero sin vista de alguna melusina, suele ver algunas fuera del Palacio, así que era seguro que estarían adentro.

Una vez pasa las puertas de la entrada, nota a un pequeño grupo, el que espero ver afuera, de melusinas, ellas corrieron hasta llegar frente a él y hablaron al mismo tiempo.

—Feliz cumpleaños, su Señoría.

El tono fue perfecto para el lugar, alegrando su frío corazón, pero sin llamar mucho la atención.

—Muchas gracias, a todas —responde junto a una sonrisa.

—Le trajimos algunos regalos —dice una de ellas.

—¿Los puede aceptar? —añade otra.

—Seguro se esforzaron en elegirlos —menciona poniéndose de cuclillas—, los aceptaré con gusto.

Las melusinas dieron algunos saltos con alegría y una por una entregaron sus bolsas y cajitas con los regalos que habían planeado por un año entero, el cumpleaños de Neuvillette era el más importante para ellas, junto al de Sigewinne, quienes dieron mayor apoyo para que ellas fueran incluidas en Fontaine.

Una vez que Neuvillette termina lleno de regalos, las melusinas terminan por regresar a sus puestos de trabajo, él sonríe despidiendo la tierna escena que cada año podía disfrutar. Camina hasta estar frente a su oficina, pero sus manos estaban ocupadas, así que antes de su intento en empujar las puertas, estas se abren, notando a aquella figura que estuvo esperando ver.

—Feliz cumpleaños, Neuvillette.

Wriothesley sonríe antes de extender sus manos para brindarle ayuda. El peliblanco niega un par de veces y entra sin decir nada.

Wriothesley cierra la puerta y camina tras el juez, curioso por todos los pequeños obsequios que tenía en sus manos y terminaron en su escritorio.

—¿Te puedo ayudar en algo? —le pregunta al más joven.

—Solo vine a dejarte un regalo —responde y después muestra una corta sonrisa—, algo que prometí.

Su corazón late con curiosidad, si es que ha sido así, desde el día en que Wriothesley salió del Fuerte Merópide, su corazón late un poco más fuerte de lo común y su mente se pregunta sobre su siguiente movimiento, sobre lo que hará después.

—Ahí está —Wriothesley se cruza de brazos y señala con su cabeza a un lado de todos los obsequios que recibió minutos antes.

Neuvillette nota un gran regalo envuelto, parece el marco de una foto, ¿serán las flores que le prometió? Toma el regalo entre sus manos y lo examina con curiosidad.

El llanto del Dragón ﻌ [Fanfic] ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora