Capitulo 3

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[Siete años después]

Neuvillette me dijo que pensara en que hacer cuando saliera, y lo decidió, después de todo, el contribuiryo en eso.

Voy camino a mi libertad, dejo atrás mis años de arduo trabajo, pues al conocer como era el mundo subterráneo, entendí que ese mundo es algo distinto y algo como mi tipo, un lugar donde todo se maneja en reglas y es más sencillo tener el controla al ser un lugar pequeño y sabe dirigir.

Durante varios meses, estuve mandando cartas a su señoría, pues mi arduo trabajo fue visto por el Palacio Mermonia, y rechace su oferta de trabajar en un lugar así, sin embargo, siguió insistiendo y fue del modo que contacte con Neuvillette y me propuso entrar para tener más abierto el campo de trabajo, y fue del modo que aceptar y descubrí que ese lugar era un camino directo a ser Alcaide del Fuerte Merópide, no supe cómo, pero yo quería tener ese lugar, después de todo, ese. lugar es el intermedio entre la justicia y lo ilegal, conocí mucho tipo de ciudadano fontaines que era parte de distintos grupos, tuve que vivir de engaños mutuos para conseguir cupones y ganas dinero, no todos lograron saber cuándo junte tanto, pero igual, no importa mucho, me lo quitaron hace un día, y hace unas horas, por cierto, el Alcaide se retiró, por fortuna, que todo eso lo había juntado para quitarle el puesto y ya no lo necesitaba, ahora sólo debo recibir el asesoramiento de su señoría. y conseguir el puesto.

Luego de siete largos años, la luz del sol vuelve a tocar mi rostro, una extraña comezón me hace sonreír. Y al bajar la mirada, notó que cumplió su promesa, Hortense está esperando del otro lado de ese puente.

Me apresuro, corro mientras dejaba ver mi visión que había estado oculta por tantos años, y la cuelgo en mi pantalón, y sigo corriendo hasta llegar a ella, me agachó y recibo su abrazó, cálido como la sopa que alguna vez me regalo cuando estaba abandonado, la extrañe demasiado.

—Cumpliste tu promesa —le digo.

—Sí, quería ser la primera —se aleja—. Ya puede salir, su señoría.

Me levanto y Neuvillette se deja ver luego de estar escondido tras un pilar del lugar.

—Enhorabuena. Por fin ha descubierto lo que quieres hacer —me dice—, y estoy dispuesto a ayudarte.

Le suena, pero él no lo hace, tan sólo me mira con ese mismo rostro tan misterioso.

—Su señoría —dice Hortense— venga, le invitamos un café y una rebanada de pastel.

—¿Abriste tu panadería?

—Con todo y café.

—Gracias por la oferta —Neuvillette se da media vuelta—, pero estoy ocupado.

—Espero que vaya pronto —se despide mientras él se aleja—, la oferta seguirá en pie.

—Eres muy amable —le digo.

—Sí, pero él también lo es —toma mi mano— le conté de mi promesa y se oculto para que me vieras a mi.

Sonrió antes de caminar junto a Hortense, sabía que él no era tan frío como solía aparentar, seguramente necesitabas sacar ese lado bueno, pero eso era especialidad de las melusinas, después de todo, él lo había estado sacrificando todo para que vivieran aceptas en Fontaine. .

Caminamos de regreso a la ciudad, había extrañado ese ambiente, además, podía ver todo con más libertad, pasar frente a los guardias sin el miedo de que me terminen persiguiendo.

Pasaron varios minutos y llegamos a una pastelería, era muy alegre, estaba pintada en tonos azules pastel y el nombre "pastelería de Hortense" con letra llamativa en tono rosado. Entramos y noto a dos jóvenes atendiendo el lugar.

El llanto del Dragón ﻌ [Fanfic] ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora