Capítulo 12

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Neuvillette.

Él está frente a mí, no lo entiendo, pero él está ahí. No me puedo mover, tan sólo lo miro mientras empiezo a llorar, tengo miedo, estoy asustado, me siento pequeño, incapaz de moverme, incapaz de decir algo, incapaz de seguir pensando.

Él se acerca con lentitud, quiero huir, no quiero que se acerque, no debe acercarse, pero no lo evito, tan sólo lo espero. Me abraza sin decir nada, tan sólo me permito llorar aún más. Lo abrazo de igual forma, estoy seguro de que él sabe algo, pero deseo que no sea de ella, no debería ser de ella, es una melusina, ella puede vivir demasiado tiempo, vivir, un largo tiempo... Por mucho tiempo.

—Lo siento —me dice.

—¿Qué pasó? —pregunto nervioso.

—Enviaron un grupo de rescate, hoy llegó alguien a mi oficina, había un cuarto grupo, ellos...

Se detiene. Me alejo un poco, él evita verme.

—¿Ellos que? ¿Por qué te disculpas? —le digo, pidiendo que no responda lo que pienso.

Sigue en silencio y baja la mirada.

—Neuvillette, dime.

No debería pedirle eso, no quiero saberlo.

—Eran distintos a los demás —suspira antes de volver a mirarme—, uno de ellos se arrepintió y confeso todo recién vio que el barco zarpó, ellos... No querían que ese barco regresará, por eso esta retrasada.

—¿Qué? ¿Qué quieres decir?

Todo se torna silencioso, la lluvia cae sobre nosotros, su mirada es oscura, sus ojos se muestran tristes.

—No volverá —suelta luego de varios minutos.

Intento soltarme, pero Neuvillette me toma con fuerza.

—¿A dónde vas?

—A buscarla, ella debe estar bien.

—Wriothesley —intento irme, pero sigue siendo más fuerte que yo—, basta, por favor.

—Ella debe estarme esperando.

—Wriothesley.

—Ella está bien, lo se.

—Wriothesley.

—Ella...

—¡Ya no está! —me detengo—, el barco salió hace más de un día, tiene horas de retraso, es imposible.

—No, no lo es, mientras no la vea, yo...

Me siento cansado, mi cabeza empieza a doler, mi cuerpo tiembla, el sonido de la lluvia se va, veo que Neuvillette me habla, pero no lo escucho
Ahora que lo pienso, estos días ¿pude dormir? Me desespero, no puedo sentirme así, no ahora, debo estar loco, debo soportar, debo moverme, debo buscarla, debo...
  
  
  
Tenía varias horas que Wriothesley se había desmayado, Clorinde lo mantenía al tanto de la búsqueda mientras Neuvillette cuidaba del conde, tratando de disminuir la fiebre que recién se había asomado, podía apostar que, aun durmiendo, estaba sufriendo, su mente lo llenaría de recuerdos y le negaría la realidad, una realidad donde su mejor amiga, ya no estaba.

—Llame a la enfermera del fuerte, no tardará en llegar —menciona la pelinegra.

—Gracias —responde Neuvillette—, ¿puedo pedirte un favor?

—Dígame.

—Agradezca de mi parte a la señorita Navia, nos ha ayudado mucho en la búsqueda.

—Le contaré, no se preocupe —da una ligera mirada al conde, quien tiene la piel pálida, con sus mejillas sonrojadas y el ceño fruncido—, con permiso, me retiro.

El llanto del Dragón ﻌ [Fanfic] ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora