-- Que tengas un buen lunes 'ma chérie'. Te quiero. – Camille me dio un abrazo cariñoso de despedida mientras rebuscaba en el armario.
Los lunes eran menos lunes con ella. ¿Quién no los odia?, porque lo he hecho durante toda mi vida, sin duda es el peor día de la semana. Aunque ahora era diferente. Estaba viviendo la vida universitaria, había conocido a dos chicas increíbles, y estaba lejos de mis padres, lo que significaba hacer lo que quisiera...
Se te olvida algo.
Sí, y hay algo que hace que me apetezca ir a clase.
¿Algo, o alguien?.
Alguien. Lo reconozco. Pesadilla de conciencia...
Ir a clase sabiendo que allí iba a estar Parks, no sé, pero me entraba un no se qué, que qué se yo... La cosa era que tenía ganas de ir, de saber que en cierta manera ese chico estaba pendiente de mí. Cosa que mi propio novio dejó de hacer en cuanto pisamos la universidad. De hecho, no hemos vuelto a hablar desde lo que pasó. Y tampoco me apetece. ¿Creéis de verdad que estaban haciendo un trabajo?, porque algo me dice que lo que estaba es 'trabajándose' a mi novio.
No pienses tan mal Juli, tienes que creerle...
Lo sé, pero mi abuela siempre me decía que piensa mal y acertarás...
Bueno, no des nada por hecho, tenéis que hablar.
Aún no quiero hablar con él, en otro momento, quizá.
Me dolería tanto que Milo fuera capaz de engañarme... No quiero ni imaginármelo.
Preparé todas mis cosas, metí varios libros en la bolsa y también todo lo necesario para el primer entrenamiento. Sí, habéis leído bien, primer entrenamiento. Hoy empezábamos a entrenar. Hoy era la presentación oficial del equipo de animadores. Conoceríamos a Ava mejor, al resto de compañeras, supongo que nos asignarían los tríos... Y bueno, también tendría que estar cerca de Giorgia. Pero me daba igual. Nada me iba a amargar mi primer día en mi nuevo equipo. Estaba cumpliendo un sueño.
Bajaba en el ascensor, comprobando que había cogido todo. Botella de agua, ropa de entrenar, desodorante..., cuando el ascensor se abrió en la planta baja y vi a mi compañera de habitación apoyada en el mostrador. Fruncí el ceño nada más ver su pie, me pareció todo muy sospechoso. Pie jugueteando tontorrón, dedo entrelazando su pelo... Uy.
-- Pensaba que te habías ido ya... -- me acerqué a ella con una sonrisa pícara. Y no se esperaba verme.
-- Ay Juliet... estaba... yo... estaba aquí... -- no sabía qué decirme. Pillada, amiga.
-- Estaba pidiéndome una copia de la llave. – Sully estaba igual de sorprendido que ella ante mi presencia. ¿Una llave?....
-- Ya... -- sonreí, obviamente me di cuenta. Y ellos también. La situación no era del todo incómoda. Pero un poco sí. Ellos sabían lo que hacían, y yo sabía qué estaban haciendo. Algo pasaba ahí. Pero no me iba a meter. – Bueno, me voy que me espera un día muy largo. Por cierto Cami, tienes dos copias de sobra en el cajón de tu escritorio. – le guiñé un ojo a mi amiga mientras me alejaba de ellos. Se puso completamente colorada cuando se lo dije. – Adiós Sully. Que tengas un buen comienzo de semana. – el chico levantó la mano, en modo de despedida. Ambos sabían que me había dado cuenta. ¿Pero sabéis qué?, me gustaba que Camille estuviera tonteando con él. Se merecía un buen chico, y Sully lo parecía.
Sonreí nada más poner un pie fuera de mi residencia. Y saqué mis auriculares para amenizar un poco el camino. Quería parar en la cafetería, sí, empezar el día con un buen batido era la mejor opción de todas.
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Susúrrame al oído
Novela JuvenilJuliet cree tener la vida perfecta. Pero no al novio perfecto. Se enamoró de Milo en el instituto, fue amor a primera vista. Ella cree en el amor ciegamente, pero hace meses que las cosas con Milo no funcionan del todo bien. Él vive centrado en él...