Lo que me parecía algo inimaginable, pasó. Iba de camino a Destin, a mi casa, y con Kai Parks.
Anoche me fui a mi habitación en cuanto acabó la película. Si hubiera sido por mi no me hubiera ido, pero teníamos que descansar.
-- No le hagas mucho caso a mi madre, puede llegar a ser muy pesada... -- le dije, mientras conducía concentrado. Quería advertirle antes de que se asustara o sintiera acosado.
-- No tienes de qué preocuparte. Se enamorará de mí. – sonrió.
-- ¿Por qué estás tan seguro de eso?... – le miré de reojo.
-- Porque su hija lo ha hecho.
-- No te soporto. – puse los ojos en blanco. Me había pillado, sí, pero no le iba a dar el gusto de subirle el ego. Más aún.
Aparcamos frente a mi casa, no me podía creer que estuviera allí. Hasta que no pisé la entrada, no me di cuenta de lo que la había echado de menos. Quizá irme fue un error, pero bueno, si no lo hubiera cometido y no hubiera seguido los pasos del idiota de Milo, no hubiera conocido a Kai.
-- ¿Preparado?. – le dije a Parks, con las llaves preparadas.
-- Espera. – me agarró del brazo. Parecía preocupado.
-- ¿Te has arrepentido?. – bromeé.
-- Juliet...
-- Sí. – arrugué mis cejas.
-- Tengo que cont...
-- ¡Hija!. – mi madre abrió la puerta de golpe, al parecer nos había visto llegar.
-- ¡Mamá...!. – le abracé, un poco rabiosa porque había dejado a Kai con la palabra en la boca, pero enseguida se me olvidó. La echaba de menos, le respondí el abrazo con fuerza.
-- Entonces... tú eres el amigo de Juli. – mi madre se apartó de mi, y se quedó observándolo. Me mordía el labio, os prometo que me iba a echar a reír, pero me contuve. Kai estaba poniéndose colorado. Vaya, Kai Parks avergonzado. Y por mi madre.
-- Un placer señora. – Kai estiró su brazo, para estrechar su mano con la de mi madre.
-- Dame un abrazo hombre. – lo apretujó, y Kai no se lo esperó, en absoluto. – Qué guapo eres. Me gustas. – y tan discreta como siempre. Lo dijo mientras se metía para dentro de casa. Kai me miró y le guiñé el ojo.
-- Creo que le has caído bien. – le dije, bajito.
-- Te dije que se enamoraría de mí. – era tan sobrado, tan creído... Me encantaba.
Entramos con nuestras bolsas hacia el salón, y ahí estaba mi hermano, tirado en el sofá jugando a los malditos videojuegos.
-- Vaya, vaya. Llegó el dragón de la casa. – Colin gracias por llamarme así delante de Parks.
-- Sí, el dragón soy yo. – miré a Kai, aclarándoselo, porque le vi confundido. Se aguantó la risa. -- ¡Colin, yo también te he echado de menos!.
-- Dame un abrazo hermanita. – vino hacia nosotros, estrechándome entre sus brazos. Le quería mucho. – Tú debes ser... -- intentaba hacer memoria, pero no recordaba su nombre.
-- Kai. Kai Parks. – estiró su brazo, y ahora sí, mi hermano estrechó su mano con él. Pero le acercó, dándole un pequeño abrazo con golpecitos en la espalda. Muy macho todo.
-- El gran Kai Parks. El enorme Kai Parks. – bromeó mi hermano.
-- No seas idiota Colin. – dije.
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Susúrrame al oído
Ficção AdolescenteJuliet cree tener la vida perfecta. Pero no al novio perfecto. Se enamoró de Milo en el instituto, fue amor a primera vista. Ella cree en el amor ciegamente, pero hace meses que las cosas con Milo no funcionan del todo bien. Él vive centrado en él...