-- Buen trabajo amiga. – le choqué la mano a Kay, cuando terminó su serie de volteretas y quedó frente a mi. – Mañana lo vas a bordar.
-- Lo vamos a bordar. – me guiñó un ojo, divertida.
-- Se intentará.
-- No seas negativa. – Kay fue directa hacia su bolsa, que estaba junto a la colchoneta, apoyada en la pared. – Me voy, que tengo que recoger mi traje, ya ha llegado a la tienda. Descansa amiga. ¡Mañana es el gran día!. – se acercó hacia mi, y me dio un pequeño abrazo cariñoso.
En efecto, mañana era 'homecoming', y en efecto, yo no había terminado mi traje. Estábamos desde primera hora de la mañana en el gimnasio, entrenando. Las dos primeras horas junto a Ava y el resto del equipo, pero después, tan solo nos quedamos los que tuvimos la suerte de que nuestros profesores no nos contabilizaran la no asistencia a clase. En mi caso, y en el de Kayley, nuestros profesores apoyaban al máximo al equipo, así que no hubo ningún problema en no asistir esa mañana a clase.
Mi traje aún no estaba terminado, de hecho tan solo tenía la tela cosida, armada, quedaba toda la decoración. Cami me había ayudado con la costura, le había pedido prestada a su compañera de clase una máquina de coser, y una mañana cuando llegué me había dejado encima de la cama la camiseta y la falda, totalmente a mi medida. Del resto me encargaría yo, no podía contar con su ayuda, Cami estaba llena de exámenes y no quería perjudicarla, suficiente me había ayudado.
Me duché a toda prisa, como siempre hacía, la verdad que si hubiera un cronómetro que contabilizara mi tiempo en el vestuario, parecería que no soy parte del equipo.
No me sequé el pelo, como de costumbre. Salí del gimnasio, con la mente puesta en llegar a mi habitación y centrarme en el gran planazo que me esperaba esta noche. Tenía pinta de que la noche iba a ser muuuy larga.
-- ¡Juliet!. – alguien me llamó por detrás, justo cuando bajé las escaleras de salida.
-- Bella, ¿qué haces aquí?. – me aparté el auricular, que me estaba colocando antes de que apareciera la hermana de Parks.
-- Necesito hablar con alguien, y no quiero volver a casa. – se abrazaba con fuerza.
-- ¿Estás bien?.
-- No mucho.
-- Ven conmigo. – pasé mi brazo por encima de sus hombros, y comenzamos a andar, retomando el camino hacia mi residencia.
-- Pero no quiero que me vea mi hermano. – me miró preocupada.
-- Descuida, mañana es 'homecoming', así que tu hermano no volverá pronto de entrenar. – pareció convencida con mi respuesta. Se relajó bajo mi brazo y anduvimos en silencio hasta mi habitación.
Cami no estaba allí cuando llegamos, seguramente se había quedado en la biblioteca estudiando, así que por esa parte, mejor.
-- Ponte cómoda, como si estuvieras en tu casa. – bromeé.
-- Gracias por dejarme venir. – se sentó en mi cama, aún preocupada por algo.
-- Bueno, cuéntame qué te pasa, porque salta a la vista que te pasa algo. – me senté a su lado, le agarré las manos y la miré, intentando que se sintiera lo más cómoda posible.
-- Mi novio me ha dejado.
-- ¿Qué novio, el chico con el que te vi la última vez?.
-- Si.
-- ¿De verdad aún seguías con ese chico?. – agachó la cabeza, avergonzada. – Vale, perdona. No pretendía ser tan bruta. Bella, ese chico no es bueno, vi cómo te trató, cómo te habló. Tú no te mereces a alguien así. – me escuchaba atenta. – Mírate. Eres guapísima, y salta a la vista que tienes un corazón enorme. Déjame decirte que te lo has llevado todo, a tu hermano no le has dejado ni un poquito. – Bella se rió. La primera sonrisa desde que la había visto bajando las escaleras de salida.
ESTÁS LEYENDO
Susúrrame al oído
Novela JuvenilJuliet cree tener la vida perfecta. Pero no al novio perfecto. Se enamoró de Milo en el instituto, fue amor a primera vista. Ella cree en el amor ciegamente, pero hace meses que las cosas con Milo no funcionan del todo bien. Él vive centrado en él...