Capítulo 8

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Lo primero que notó Hermione cuando se le pasó el leve mareo del viaje intercontinental, fue que la mujer que estaba ante ella era terriblemente hermosa. Eso y que sus ojos dorados estaban fijos en Malfoy, quien, parado junto a Nott, miraba a su alrededor, aparentemente distraído.

-Buenos días, mi nombre es Carolina Goncalvez, usted debe ser Hermione Granger – le dijo aquella mujer con un acento gutural, enfocando sus ojos en ella por primera vez y extendiéndole la mano. Hermione la tomó con seguridad, asintiendo.

-Un placer. Deje que le presente al equipo: este es Theodore Nott, y el jefe de nuestros Aurores es Draco Malfoy. Los demás son: Samuel MaCaffel, Lilian Holmes, Jules Smith, Blaise Zabinni y Robert Watson. –Hermione los iba señalando uno a uno a medida que mencionaba sus nombres. Carolina asentía y les daba la mano, demorándose una milésima de segundo más en Draco, lo que tampoco pasó desapercibido para Hermione.

Luego de las presentaciones y saludos de rigor, la representante del Ministerio de Magia brasileño les indicó el camino hasta una sala de reuniones que tenían preparada para el caso de Greyback. El edificio donde estaba emplazado el Ministerio tenía un diseño antiguo y extremadamente adornado, similar a las construcciones del siglo XVIII. Hermione apreció los decorados de yeso y las lámparas de araña. También tenía muchas ventanas muy altas, las que daban una gran luminosidad a todas las estancias, parecía más un museo que un edificio gubernamental.

En su recorrido notó un elevado movimiento de personal por los amplios pasillos y como varias mujeres enviaron miradas apreciativas al grupo de Aurores masculinos que la acompañaban. Hermione suspiró para sus adentros, decidiendo no prestar atención a nada que pudiera distraerla de la investigación actual. La prioridad era el caso y cualquier aspecto de su vida personal por resolver tendría que esperar a su regreso a casa.

Una vez llegaron a la sala de reuniones y tomaron asiento alrededor de una enorme mesa de madera tallada, Carolina agitó su varita y comenzaron a aparecer diversas imágenes ante ellos.

-Atrapamos a su hombre, Fenrir Greyback, mientras llevábamos a cabo una investigación paralela, que no puedo detallar, más allá de que implica a nuestra escuela de magia, Castelobruxo. Fue precisamente en uno de los peines que realizamos por el Amazonas, en las áreas cercanas a la escuela, que dimos con él. Estaba herido, aparentemente fue atacado por uno de los miembros de la manada de hombres lobo a la que se incorporó a su llegada. Lo detuvimos, inicialmente, porque no teníamos registro de su llegada al país y por su marcada agresividad, que nos resultó altamente sospechosa. – explicó Carolina.

-Entiendo. – comenzó Hermione – Sin embargo, eso no explica el empleo de Veritaserum. ¿Sus hombres estaban buscando algo más?

-Tiene razón, señorita Granger...

-Llámeme Hermione, por favor.

-Bien, Hermione. El interrogatorio con Veritaserum se dio a raíz de su falta de cooperación en el otro caso que les comenté. Imaginamos que podría estar involucrado, al menos indirectamente. Sin embargo, no fue así. Sólo mencionó el objeto al que me referí cuando contacté a su gobierno. Dada su carencia de información sobre cualquier elemento que ataña al gobierno brasileño y los crímenes de guerra a los que debe responder en Gran Bretaña, solicitamos que su gobierno se haga cargo del detenido y lo juzguen bajo sus propias leyes.

-Por supuesto, el Ministerio de Magia Británico les agradece su cooperación y que hayan atrapado a Greyback. Sin embargo, como cabría esperar y dada la mención del objeto que usted refirió, es imprescindible para nuestro gobierno, recuperarlo antes de regresar a Inglaterra. – dijo Hermione, mirando a la otra mujer a los ojos. Carolina no dejó traslucir ninguna emoción en su dorada mirada.

Segunda Oportunidad (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora