Alrededor de siete meses después
Esa mañana, como las anteriores, Draco despertó antes que ella.
La observó durmiendo con el ceño levemente fruncido y se detuvo a contar las pecas que adornaban el puente de su nariz. Era tan hermosa.
Deslizó una mano con suavidad para acariciar la enorme curva de su vientre, sintiendo como su hijo pateaba con fuerza, provocando un jadeo en Hermione, que abría los ojos con suavidad, enfocándolos en él.
Si a Draco Malfoy le hubieran explicado lo que se sentía amarla, no lo habría creído. La felicidad de verla cada día, de abrazarla y poder decir que era suya era lo mejor que tenía en la vida. Ella y sus hijos. No sabía que había hecho para merecerla, pero por Merlín si no agradecía a su suerte.
-Estas muy pensativo esta mañana. - susurró ella, con una pequeña sonrisa, para luego fruncir el ceño ante una nueva patada del bebé en su vientre.
-¿Estás bien? - preguntó él, preocupado, acariciando su mejilla.
-Sí, es sólo que tu hijo está más inquieto que de costumbre hoy.
Draco sonrió.
-Venga, Granger, te ayudo a llegar al baño.
-¿Acaso me ves tan enorme que crees que necesito ayuda hasta para eso? - gruñó ella, sentándose en la cama con dificultad. - ¡Oh, Merlín! - exclamó, observando el charco que se acababa de formar a su alrededor.
Se volteó a mirar a Draco, que se había quedado paralizado, más pálido de lo normal, si es que eso era posible.
-Creo... creo... - comenzó ella, abriendo mucho los ojos y con los labios formando una pequeña o.
-Granger, no te pongas nerviosa. Vamos a llevarte a San Mungo, voy a enviarle un Patronus a Padma. Le avisaré a Potter. Tengo que decirle a Muffly que se quede con Caelum. Todo va a estar bien, solo tienes que estar quieta y calmada. Muy calmada.
Mientras hablaba, se había levantado y comenzado a vestirse, con una rapidez como Hermione no lo había visto nunca.
-Draco. - dijo ella. Él seguía murmurando instrucciones para sí mismo. - Draco. ¡Draco!
El corrió hasta colocarse a su lado.
-¿Estas bien? ¿Te duele? Nos iremos pronto. Tengo que ayudarte a vestirte. No te preocupes, que todo va a estar bien.
Ella colocó su mano en la mejilla sonrojada de él, que se había agachado, para estar a su altura.
-Estoy bien. Tengo un poco de dolor, pero recuerda que Padma nos dijo que era normal. Ahora, quítate esa camisa, porque te la pusiste al revés, y ayúdame con unos hechizos de limpieza para poder irnos para el hospital.
Draco asintió, mecánicamente, siguiendo las instrucciones de Hermione al pie de la letra.
Diez horas después, el fuerte llanto de Scorpius Malfoy inundaba el pasillo de San Mungo donde un pequeño grupo de personas se habían reunido para darle la bienvenida.
Nueve años después
-¡Mamá! ¡Scorpius escondió mi varita! ¡Mamá!
-¿Podrías explicarme por qué tu hijo está aporreando nuestra puerta a las siete de la mañana? - murmuró Draco levantando la boca de sus pechos, que había estado besando con devoción hasta ese instante.
Hermione suspiró, indicándole a su esposo que se apartara para volver a vestirse. Draco hizo un puchero, mientras tomaba la mano de ella y la colocaba sobre su enorme erección. Ella lo apartó, con una leve promesa susurrada: ¨Después¨.
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Segunda Oportunidad (Dramione)
FanfikceHan pasado 10 años de la Batalla de Hogwarts y todo ha cambiado. Tras una traición, Hermione está divorciada, trabajando en el Departamento de Seguridad Mágica Internacional, mientras Draco es Auror, el segundo al mando en una oficina dirigida por H...