-¡Draco! – exclamó Hermione al verlo, corriendo hacia él y tomando su rostro entre las manos.
-Cuidado – susurró, pegando su frente contra la de ella.
-Estas herido... Hemos tardado mucho en encontrarte. Lo lamento...-sollozó, con lágrimas corriendo por sus mejillas.
-Estaré bien...
Hermione se apartó para verlo mejor, conteniendo un grito al detallar la cantidad de cortes que surcaban su pecho y abdomen, algunos eran terriblemente profundos y la cantidad de sangre que había perdido. Draco cerró los ojos durante un momento, disfrutando de la cercanía de ella, mientras Harry se cernía sobre él.
-¡Necesitamos aparecernos en el hospital! – exclamó ella. El Auror Da Silva le indicó a uno de sus hombres que realizara una aparición conjunta.
-El reloj de arena... está en la habitación. Estaré bien. – murmuró Draco.
Ella asintió con los ojos anegados en lágrimas, pidiéndole a Harry que se alejara con una mirada y dejando que los aparecieran a ambos en el hospital.
Harry Potter no pudo ir con ellos, principalmente porque en el piso, a sus pies, se encontraba Carolina Goncalvez, inconsciente.
-Incarcerous- murmuró apuntándole con la varita. –Renervate.
La mujer abrió los ojos y, notando su posición y la pérdida de la ventaja comenzó a gritar como loca.
-Silencio. – dijo Harry, provocando que los labios de la otra se sellaran y ningún sonido saliera de ellos. –Auror Da Silva, llevaremos a la prisionera a las celdas del Ministerio. Espere un instante squí con ella, que debemos recuperar el objeto.
Se dirigió a la otra habitación, notando enseguida el pequeño reloj de arena en la mesita de noche, junto a la cama. ¨Mujer pretensiosa¨ pensó, mientras regresaba a la sala de estar destruida.
-Listo – dijo al entrar, dirigiéndose a Da Silva. - Nos apareceremos los tres juntos, usted guíenos, por favor.
El hombre asintió, tomando a Carolina del brazo y poniéndola de pie sin mucha delicadeza. La mujer lo miró con odio en sus entrecerrados ojos dorados, antes de dirigir una mirada envenenada a Harry.
Cuando se aparecieron en la celda, Da Silva hizo que la prisionera se sentara en la silla dispuesta y modificó sus cuerdas para sustituirlas por unos hilos mágicos dorados que le lastimaban la piel si intentaba moverse.
Potter le hizo una señal al hombre, para que no abandonara la habitación. No podía olvidar que estaban fuera de su jurisdicción, aunque tuvieran los permisos necesarios. Realizó una floritura de varita e interrumpió el hechizo que mantenía callada a la otra mujer. La cual, sin embargo, no intentó retomar sus gritos.
-Carolina Goncalvez, está acusada por el Ministerio de Magia Brasileño de secuestro y asesinato, así como por el robo de objetos mágicos ancestrales e intento de resucitación de un mago oscuro. El Ministerio de Magia Británico la acusa de secuestro, tortura e intento de asesinato del Auror Malfoy, además del robo del objeto que es propiedad de mi gobierno, claro. Según la ley de la Confederación Mágica Internacional, será juzgada por un tribunal supremo. ¿Tiene algo que alegar para su defensa? – recitó Harry.
-Eres un idiota engreído. Lo pude notar desde la primera vez que te vi. Sabía que el equipo de Aurores inglés estaba dirigido por hombres, pensé que, si los enviaban a ellos, podría seducir a alguno y me ayudaría en mi misión. Sin embargo, enviaron a la pequeña insulsa, debería haberla matado el primer día. – respondió, escupiendo todo su veneno.
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Segunda Oportunidad (Dramione)
FanfictionHan pasado 10 años de la Batalla de Hogwarts y todo ha cambiado. Tras una traición, Hermione está divorciada, trabajando en el Departamento de Seguridad Mágica Internacional, mientras Draco es Auror, el segundo al mando en una oficina dirigida por H...