XIV

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Uniforme

Después que el hombre de seguridad se aleja. Vuelvo a encender mi linterna y camino velozmente hacia el viejo estudio donde Martín guarda la información de sus empleados. Más bien es un viejo almacén, pero antes era más que eso. Volteo la cerradura, convenientemente está abierto. Así que agradezco que ya no se tomen el tiempo de cerrarlo. Miro a mi alrededor y al verme completamente sola, entro.

Bien, ahora se supone que encuentre el listado de los empleados del año pasado. Espero que los hayan clasificado...

La verdad es que viendo la cantidad de expedientes, libretas y documentos sueltos que hay frente a mí... como que se me quitan un poco las ganas de buscar solita. Pero, no tengo de otra. No pienso esperar a mañana para saber si Suárez realmente trabajó aquí. Y menos esperar a que alguien venga a ayudarme.

Comienzo por los expedientes. Están rotulados, así que leo cada portada. Eso me ayuda a ir descartando rápido.

•Sueldos
•Puestos de trabajo
•Horarios
•Tareas
•Reglamento
•Documentos legales

NO. Nada de eso me sirve. El resto de los expedientes repiten los mismos títulos, así que dejo de buscar en ellos y comienzo a fijarme en las libretas. Que realmente parecen libros de carpeta dura. Son las mismas libretas que usan en el hotel para llevar los registros de los huéspedes.

No tiene título en la primera hoja, pero cuando adelanto un par de páginas encuentro un listado de nombres. Son apellidos de empleados ubicados por orden alfabético. Sin pensarlo mucho sigo adelantando páginas como una demente hasta llegar a la "S". Según mis recuerdos debería encontrar algún Suárez que tenga nombre con "L"...

Tres Suárez. Hay tres Suárez en la lista.

Suárez, A.
Suárez, F.
Suárez, T.

Ninguno es él.

Quisiera estampar la libreta contra la pared de la frustración que tengo, pero eso causaría demasiado ruido. Así que respiro hondo y aprieto mis puños con fuerza.

Dándome por vencida cierro la libreta. Pero, antes de devolverla a su lugar noto que en la parte trasera lleva escrita una fecha. Una muy antigua.

Así que... estaba buscando en la equivocada.

Sonrío irónica.

Busco todas las libretas y leo las fechas que llevan escritas en la parte de atrás. Tardo bastante, son demasiadas y están en desorden. Busco hasta que efectivamente encuentro la que coincide con el año pasado.

Entonces, vuelvo una vez más hasta la sección de la "S".

Un sólo Suárez... indiscutible.

Suárez, L.

Te encontré.

Esta vez sonrío victoriosa.

Además del apellido, hay una dirección y un número de teléfono.

Escribo los datos en mis notas y vuelvo a poner en su lugar la libreta. Dejo todo en orden, justo como estaba cuando entré. Pero, no puedo irme sin darle una mirada a la documentación que hay sin archivar. Tomo varios papeles sueltos y los coloco en el suelo para darles un mejor vistazo. Son alguna fichas de empleados. Pero, entre ellas no consigo la de Suárez.

Eso sí, encuentro un sobre con fotos. Son los distintos grupos de seguridad que han trabajado para Martín.

Me emociona la idea de encontrarlo en una de ellas. Así que no me detengo. La escasa luz me limita un poco, pero cada grupo tiene su año grabado en el reverso. Eso es lo mejor que pudieron hacer. El sólo hecho de tener que suponer cuál de todas sería me hubiese tomado mucho más tiempo e investigación. Dejándome guiar por las fechas encuentro la foto, pero al voltearla veo que uno de los empleados está tachado. No se ve su rostro. Alguien se encargó de borrarlo y estoy segura de que se trataba de él.

¿Por qué alguien tendría razones para borrarlo? ¿Por qué siento que todo conspira en mi contra, para intentar convencerme de que él no es más que un fantasma? Como si no existiera...

¿Por qué eres un misterio? ¿Por qué ni siquiera mi memoria es capaz de recordarte?

Creo que nadie extrañará esta foto... Nadie entra aquí a no ser que sea a dejar más documentos, para que se llenen de polvo en este lugar.

Tomo la foto y todo lo demás lo guardo. Después de asegurarme varias veces de que todo está bien, salgo... y corro de vuelta a mi habitación.

🎵 (War of Hearts - Ruelle)
Antes de entrar, vuelvo a recordarlo.
—¿Despierta a estas horas, Ricitos negros? —me apunta a la cara con una linterna.

Es que lo recuerdo y no puedo evitar sonreír.

Al parecer daba la ronda nocturna. Con su uniforme... y su porte de guardaespaldas.

¿Debería odiarme por olvidarlo?

Entro a mi habitación y aunque me recuesto no logro quedarme dormida. No puedo dejar de mirar la foto que tomé. No puedo dejar de imaginarme su rostro. Lo imagino de tantas formas... pero, ninguna es suficiente. Sé que ni siquiera me acerco.
🎵

Despierto cuando siento el primer rayo de luz, después de haber dormido unas cuatro horas. Me apresuro a darme un baño y a prepararme. Sé que hoy es la entrevista. Es uno de esos días peculiares. Pero, antes de que Martín aparezca debo preguntarle a alguien de seguridad por la foto... o más bien por Suárez.

Corro escaleras abajo y rebaso a Margarita a medio camino. Salgo por la puerta principal y me dirijo hacia el garaje porque sé que allí se encuentra alguien de seguridad inspeccionando el auto que usaremos hoy.

—¡Buenos días! —saludo con una sonrisa.
—¡Buenos días, Señorita! —saluda el hombre —El auto aún no se ha terminado de inspeccionar.
—Descuide, no he venido por eso.
—¿Entonces, en qué puedo ayudarle?
—Tal vez le parezca extraño, pero... —saco la foto de uno de los bolsillos en mi pantalón —¿De casualidad sabe quién era el sujeto de aquí? —señalo a quien está tachado —¿Cualquier cosa de él?
—Estuve ahí —dice al mirar la foto —Eso fue el año pasado, en verano. Casi como para estas mismas fechas. Si recuerdo bien, ese de ahí era Suárez.
—¡Sí! ¿Qué pasó con él? ¿Ya no trabaja aquí?
—No, ya no trabaja aquí. Hace mucho se fue —responde aún pensativo —Nunca supe lo que pasó. No compartí muchos turnos con él. Pero, era muy bueno el Leo...
—¡¿El Leo?! —le interrumpo con una pizca de emoción.
—Sí, Leonardo Suárez.... Recuerdo que así se llamaba.

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