XVII

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Hogar

Marcos dijo que venía. Le he llamado miles de veces en las últimas tres horas. Ya son casi las 5:00 de la tarde y no llega.

Estoy preocupada por Luca y ahora también me está asustando el no saber de Marcos.

Quisiera seguir esperándolo, pero no puedo. Necesito ir a esa dirección.

Tomo mis cosas y salgo de la mansión intentando que nadie me vea. En el garaje busco mi moto, subo a ella y me voy. No soy buena con las direcciones, pero activo el GPS en mi teléfono.

Cada instante que me acerco, surgen más preguntas, más temores. ¿Qué pasa si no encuentro nada? ¿Será peor que haber encontrado algo que termine por romperme? No lo sé.

Con las palabras de Nana "la vez que te fuiste de aquí" ya voy entendiendo porqué este último año fue diferente. No fui a las clases de tango, me alejé de mis amigos, no volví a la pista de circuito... ¿Pero, cómo es que me fui? ¿Cómo logré alejarme del imperio de Martín? Llevaba años intentando salir de esa jaula. ¿Qué cambió? ¿Leo?

Una hora después, las indicaciones me traen hasta una casa. Una casa muy bonita en medio del campo. Dejo mi moto a un extremo y camino hacia el porche. Está todo oscuro y no hay nada alrededor. Me asusta lo que pueda encontrar adentro, pero no me detengo. Sostengo en mis manos la cerradura y la volteo.

Cerrado. Sí, es lo que esperaba. Pero, si yo fuese quien viviera aquí... ¿dónde ocultaría una llave?

Miro a mi alrededor. Hay varias macetas de plantas, un par de sillones, una mesa y lámparas colgantes. Entonces, me fijo en la pared. Una parte de esta es en piedra. Camino hacia ella y comienzo a buscar entre si... hasta que la encuentro, una pequeña llave cae en mis manos.

🎵 (Constellations (piano) Jade LeMac)
En este instante parada frente a la puerta sólo escucho el latir de mi corazón en mi garganta y una vez que abro... mis recuerdos parecen cobrar vida a mi alrededor. Enciendo una pequeña lámpara de luz tenue que encuentro a mi paso y entonces observo cada detalle del lugar.

Nos veo, tomados de la mano. Le sigo.
Nos veo, haciendo la cena o más bien tirándonos el uno al otro con cada ingrediente.
Nos veo, abrazados en el sofá como si fuésemos uno.
Nos veo, en la terraza... mirando las estrellas.

Este lugar está impregnado de nosotros. Todo aquí me grita su nombre.

Recuerdo de esas peleas que se tornan en besos y de esa caricias que ni aunque olvidando se pueden borrar...

En la sala hay un cuadro... somos nosotros abrazados. Él de espaldas con su traje, yo la persona más sonriente y en mi mano una rosa blanca y el anillo. Que para nada es igual al de mis amigas...

Cierro mis ojos con fuerza, pero aún así las lágrimas brotan.

No puedo entender como algo tan nuestro se nos fue de las manos.

Cada recuerdo tiene un sabor dulce y amargo. Que me llena y vuelve a drenarme cuando se desvanece.

Continúo mi camino hasta el dormitorio principal. Todo está impecable, pareciera que nunca me hubiese ido de aquí. Está lleno de nuestras cosas. No sé qué pretendo encontrar, pero comienzo a buscar en cada gaveta y es entonces cuando veo que dentro de mi caja de joyas hay una placa militar.

Lleva su nombre grabado. Así que la tomo y el sostenerla es como si sus labios chocaran contra los míos.

¿Dónde estás?
¿No sabes que te necesito?

Me arrojo sobre la cama y aquí permanezco hasta que me duermo. O hasta que comienzo a vivir mis recuerdos...
🎵

Despierto en la madrugada. No puedo creer que me haya quedado dormida en este lugar.

Mi teléfono dice que son las 2:00 de la mañana.

Debe haber un caos en la mansión por mi ausencia...

Bueno, da igual.

🎵 (Dancing with your ghost - Sasha Sloan (2:19))
Me levanto y aún sosteniendo en mis manos su placa comienzo a observar sus cosas por toda la habitación.

Su ropa, aún carga su olor...

Ojalá pudiera encajar todas las piezas de una vez. Y así entender qué pasó...

¿Algo así podría tener algún final?
¿Por qué no estaba cuando desperté?

No entiendo...

Lo único de lo que sí estoy segura es que su recuerdo, me seguirá persiguiendo toda la vida. Porque él, se volvió mi hogar.
🎵

...

Después de caminar toda la casa me decido por llamar otra vez al número que encontré en el registro de empleados. Quería esperar a Marcos, pero aún no sé nada de él y aguantar no es lo mío. Así que sin pensarlo, llamo.

Suena.

Suena varias veces...
                         hasta que responden.

—¿Sí, buenas noches? —es la voz de una mujer —¿Hay alguien ahí?

🎵 (Cómo cuándo y dónde - Sofia Carson (1:52))
Cuelgo.
Mi mente crea mil historias en mi cabeza. Pero, no acepto ninguna. Me niego.

Sólo camino hasta salir a la terraza y así justo como lo recuerdo, me siento en uno de los sillones con mi vista hacia arriba. Intentando convencerme de que no estamos tan lejos el uno del otro, de que hay una buena razón que explique su ausencia y de que... volveremos a encontrarnos.
🎵

...

A primera hora de la mañana regreso a la mansión. El lugar está lleno de patrullas. Hay policías por todos lados.

¿Qué está pasando?
¿Todo esto lo han montado porque no volví anoche?

Dejo mi moto en la entrada, frente a la rotonda y camino hacia el porche.

Están todos afuera: Martín, Edith, Elisa, los guardaespaldas e incluso Nana. Hablan con la policía.

Cuando me ven llegar, todos se quedan en silencio y una punzada de desconfianza se clava en mi costado.
—¿Qué ocurre? —no recibo respuesta —¿Qué demonios está pasando? Necesito saber —grito alterada.
—¿Helena Fisterra? —pregunta el policía a cargo.
—Sí, soy yo.
—Venimos a informarle que esta madrugada hemos encontrado el cuerpo de su esposo, Leonardo Suárez.

🎵(Cómo cuándo y dónde - Sofia Carson (1:52))
NO.

NO.

Antes no estaba rota, sólo había perdido un par de pedazos. Pero, ahora sé que esas piezas no volverán... jamás.
🎵

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