XVIII

1 0 0
                                    

Despedida

Respiro hondo y saco valor de donde no lo tengo.
—¿Cómo fue? —pregunto mientras comienzan a salir las primeras lágrimas.

La verdad es que esa respuesta... la sabía muy bien. Tanto misterio, tanta protección... sólo debía ser por una razón. Que no me culpara de lo sucedido.
—En el accidente, el auto se salió del puente golpeando el despeñadero y luego cayeron al lago. Pero, nuestro compañero, que iba de pasajero, no tuvo la misma suerte que usted.

Entonces, es mi culpada. Yo lo...
Reprimo el dolor que siento.

—¿Su compañero? —pregunto intentando mantener la calma.
—Después que terminó su trabajo aquí, se unió al cuerpo de la policía.

Claro, eso explica todo.

—Quiero verlo.
—Eso no será posible. El golpe que ha sufrido lo dejó irreconocible. El forense ha podido identificarlo por su ADN. Su funeral será mañana mismo. Ya nosotros nos hemos encargado de todo, justo como él lo quería. Le hemos dejado toda la información con su familia. Lo siento.

🎵 (Recovery - James Arthur)
Mis piernas comienzan a fallar. Como si mi cuerpo ya no pudiera sostenerse.

Asiento en silencio, doy media vuelta y vuelvo hacia mi moto. Me subo a ella y antes de que intenten detenerme, acelero.

Conduzco lejos de aquí. Voy hacia el único lugar donde me he sentido plena en estos días. Me dirijo hacia la costa.

El sol ha comenzado a salir. Va quemando mi espalda. Pero, nada me consume tanto como el dolor que llevo dentro.

Nada como ese dolor...

Llego a la playa y corro hasta la orilla. Entonces, después de soltar mis cosas, me dejo caer de rodillas en la arena y mirando hacia el horizonte... GRITO.

Grito de dolor, de culpa, de impotencia...

Sólo busco una manera de liberarme, de reconstruirme entre las olas que me golpean. Me levanto y dejo que el océano me arrastre dentro de él.

La sal, el agua, el viento son reconfortantes. Como ese abrazo que tanto necesito en estos momentos.

Me sumerjo por un instante como si debajo del agua ya no pesara tanto la culpa. Es aquí donde conteniendo mi respiración puedo volver a imaginarlo a mi lado. Hasta que mi cuerpo no resiste más y me veo obligada a emerger.

Al salir de vuelta a la orilla, veo la pantalla de mi teléfono encenderse. Luca ha vuelto a la vida, al parecer ya sabe la noticia. Pero, lo ignoro. No quiero saber de nadie.

Me recuesto sobre la arena y ahí permanezco los próximos minutos.

Esperando despertar de esta pesadilla. Esperando que alguien me diga que todo ha sido mentira. Esperando que el dolor se apague como si tuviera un estúpido interruptor.

Esperando... esperando cosas que nunca llegarán. Pero, de eso se trata la esperanza ¿no?

¿No es eso lo que nos mantiene vivos?

Lloro amargamente... sin consuelo.

Buscaba una razón para su ausencia, pero no esta. Me niego a creer que está muerto, porque yo lo vi.

Yo lo vi...
🎵

Vuelve a encenderse la pantalla de mi teléfono. Lo noto luego de que este vibra, llamando mi atención. Es Luca una vez más. Pero, no respondo. Si hay alguien con quien quisiera desahogarme en estos momentos es con Marcos.

Me levanto del suelo, recojo mi bolso y al tomar mi teléfono llamo a Marcos.
—Vamos, Marcos por favor —suena muchas veces, pero en ninguna obtengo respuesta —Mierda.

Ayúdame a recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora