- Siempre seré esa persona que te amará... Pero tú nunca vas a amarme a mi. Te daré la última pizca de mi carne pero aún estarás insatisfecho al ver que conservo mis huesos - Narre, con aquella hoja de papel en mis manos, un texto profundo escrita por mi misma - He de intentar abrazarte y esperar que me abraces también, aún que se que tus brazos estan cerrados y la puerta a tu alma también. Me dispuse a buscar en una caja llena de llaves, tratando de buscar una que encajé, así abrire la puerta a tu corazón, así tal vez me dejes entregarte mi amor. - transmitir un mensaje a través de mis letras era algo que me hacía sentir viva, me hacía sentir bien, y era el único pasatiempo que realmente disfrutaba y continuaba por gusto propio - Pero la llave ya fue tomaba, otra persona me la arrebato. Tardaré en darme cuenta que nunca tendre la llave, mucho menos tu corazón. - finalicé, escuchando un leve aplauso de parte de mis nuevos compañeros.
Acomodo mi falda, la cual era ya la única que me quedaba luego de que los chicos fueran a buscar mis cosas. Igualmente, no podría venir con esos vestidos a la escuela, son demasiado... Llamativos, a palabras de mis amigos.
Volví a mi asiento, incómoda al recibir los halagos vacíos de mis compañeros. ¿Como es que ponen a 30 alumnos en la misma clase? ¿No es incómodo? Acostumbro ver únicamente a 10 chicas en mi salón, y una es la profesora.
Realmente, no me importaba mucho lo que dijeran, la única opinión que me importo fue la de April al decir que mi poema era bello, así como yo antes hable bien de el suyo.
La clase termino, al igual que nuestro horario escolar. ¿Que se hace después de la clases? Aún no tengo ni idea, pero April prometió mostrarme lo que significa ser una adolescente, no una Lunaria.
Como salimos solo cinco o seis veces juntas en la superficie, aún no me acostumbro a todo lo nuevo. Mi camino es corto para llegar a mi nuevo hogar ahora que vivo en las alcantarillas con los chicos, solo paso al callejón que esta al costado y abro un portal. Llegando justo a tiempo para ayudar a Mikey con el almuerzo y terminar con mis tareas escolares.
Caminábamos a una heladería de la que ella me habló por semanas, diciendo que sería una fantástica idea ir allí a tomar un heladito y conversar. Al llegar, me doy cuenta del por qué a April le gusta tanto esta zona.
¡Es una heladería con gatitos!
Pedí el mismo helado que pedí al primera vez que April me invitó uno, Chocolate y limón. Mientras que ella pidió chocolate y menta granizada.
Nos sentamos en una mesa que estaba justo a un lado de un rascador. Un gatito pelirrojo de ojos café se me acercó, justo a su lado venia otro gatito color negro con profundos ojos verdes.
Hablábamos mientras tomábamos nuestro helado, contando tonterías al azar y riendo de cada una de ellas a la par que acariciábamos gatitos.
- Y por eso los peluches merecen que los tratemos bien y les hablemos bonito, tienen sentimientos. - hable yo, tomándome bastante serio ese tema tan "absurdo" y "poco lógico".
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in war, there is no love
Fiksi PenggemarDonatello siempre fue alguien dedicado a su trabajo como científico, creyendo únicamente en lo que su amada ciencia le decía ¿Magia? ¿Cuentos de hadas? ¡Eso es una perdida de tiempo! Pero quizás... Esta chica de especie desconocida pueda volverse su...