⭐especial 1000⭐

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— ...No, No, No... – la mujer agitaba el cuerpo sin vida de su prometido, esperando que despierte. Ellos y sus hermanos habían estado acurrucados tranquilamente, Raphael sujetandolos y los otros dos hermanos a los costados de la pareja feliz, el había estado allí con ella segundos atrás... Descansando sobre su pecho. Y ahora solamente era un cadáver sin más. — ¡No, Donnie, por favor, despierta! –

Leonardo abrió los ojos al sentirlo y escucharla, se enderezó para salir de los brazos de Raph y vio a su cuñada con una expresión de horror tratando de despertar a su hermano gemelo.

Él la agarro de los hombros y la alejo de Donatello, por más que ella peleará por ir con el y hacer algo.

— ¡Espera, no! ¡Aún puedo hacer algo! ¡Le daré toda mi fuerza si es necesario! – forcejeaba para salir y ir a ver a su prometido con todas sus fuerzas, las cuales eran pocas por las noches en vela desde la noticia de la infección de Donnie. Vio a Casey pasar a su lado y acercarse a su tío fallecido con cautela, seguido de April. — ¡Espera un poco, solo un poquito más! – grita ella, y pierde todas sus fuerzas en sus gritos. Cayó al suelo de rodillas, con las manos fuertemente agarradas de su larga capa blanca.

Se encontraba frente a los hermanos, que cargaban al cuerpo de su amado, el hombre que fue el amor de su vida. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y su corazón se sentía como si estuviera siendo destrozado en mil pedazos. El viento sopló suavemente, llevando consigo el eco de sus sollozos mientras en su mente retumba el nombre de su amado.

El lugar está envuelto en un silencio abrumador, solo interrumpido por el sonido de sus sollozos ahogados. T/N se aferró a una fotografía de ellos dos juntos que siempre guardaba en su bolsillo, recordando los momentos felices que compartieron y sintiendo un profundo dolor al darse cuenta de que nunca más podrá abrazarlo, ni escuchar su risa, ni sus aburridas explicaciones sobre ciencia las cuales no entendía, pero valían la pena escuchar por ver sus ojos brillando de emoción. Y ahora eso se había perdido.

El dolor en su pecho era insoportable, como si un agujero negro se hubiera formado en su interior y amenazara con engullirla por completo. Siente la ausencia de su amor de una manera tan intensa que le resulta difícil respirar, como si el aire se hubiera vuelto denso y pesado a su alrededor.

Se arrodilla frente a él tumba, con las lágrimas resbalando por su rostro mientras le habla en un susurro, expresando todo el amor y la tristeza que siente en su corazón. En ese momento, la tristeza más profunda la envuelve por completo, recordándole la fragilidad de la vida y la intensidad del amor que una vez compartieron.

— T/N, se que duele... Pero...- – la mujer rechazo el abrazo que Leonardo le habia propuesto, y con una expresión que dejaba al tanto su corazón roto... Se levantó.

— No, Leonardo. – hablo, y Leo se sintió extraño al escucharla, pues su nombre entero nunca había salido de sus labios desde hace mucho tiempo, menos con esa seriedad. — Por favor, solo déjenme tocarlo... Permítanme abrazarlo una última vez... – suplicó, viendo el cadáver de su marido en las manos de Raphael.

in war, there is no loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora