05. Otra cara.

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Jimin despertó al siguiente día con recuerdos borrosos de lo que había sucedido, no recordaba haber llegado a su habitación y como plácidamente no había tenido pesadillas, eso se sentía tan bien. Se despertó de un excelente buen humor.

Fue el primero en levantarse y tomar una ducha cuando su abuelo despertó y lo buscó en su habitación su cama ya estaba propiamente tendida y ordenada. Ayudó a su abuelito a hacer el desayuno, aunque fue solo para ellos porque se notificó que Yoongi-Hyung había salido temprano.

Jimin se sentía feliz, la noche anterior era un paso importante de tal vez ser aceptado en esa mansión que ahora era su nuevo hogar.

Las gotas de sangre escurrían en sus dedos, los palillos cubiertos con el color carmesí, los observaba sin ningún tipo de emoción, mientras que a su alrededor se creaba una escena ajena a lo que en sus pensamientos estaba "nada"

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Las gotas de sangre escurrían en sus dedos, los palillos cubiertos con el color carmesí, los observaba sin ningún tipo de emoción, mientras que a su alrededor se creaba una escena ajena a lo que en sus pensamientos estaba "nada"

¿Por qué había apuñalado a alguien con unos palillos? No había respuesta para eso, por ende no le importaba indagar sobre ello, solo recordaba haber tenido una discusión con uno de sus socios y como alguna fuerza le impulsó a hacerlo, pero tampoco sentía la necesidad de disculparse aunque todo fue un alboroto, algunos intentaban parar la hemorragia mientras otros corrían para buscar un paramédico.

—¿Yoongi, que mierda crees que hiciste?

—¿Que cosa? ¿Y tú quien eres?

—No tengo tiempo para esta mierda, dios siempre es lo mismo contigo.

—¿Crees que me conoces, Jeokum, te atreves a decir que esto es un error?!

Jeokum tembló en su lugar especialmente porque aquellos palillos estaban puestos justamente en su pecho un poco más y sería también apuñalado con ellos.

—Yo no dije eso... Solo que diremos o que haremos si se descubre que tú hiciste eso.

—¿Y que es lo que yo hice? —preguntó otra vez Yoongi.

Sin importarle nada mas ni una explicación, salió de ese lugar, subiendo a su auto para regresar a su casa, había tanto tráfico y el sonido del claxon una y otra vez, haciendo que algo dentro de él se enfureciera tanto que decidió tomar otro camino sobrepasando autos sin importar si podia causar un accidente, eso le llenaba de emoción, después de unos minutos estaba frente a su casa, entrando sin dirigir palabra alguna de los presentes, subiendo a su habitación para encerrarse por horas.

Las horas se volvieron eternas, después de que Yoongi tuviera una jaqueca en esos momentos después de que recuerdos borrosos vinieran a su cabeza. Recibió en su habitación su comida, sin ánimos de ver a nadie y por ende no necesitaba lidiar con más mierda de la que no podía entender, nadie sabía de eso y tampoco pensaba hablar de eso.

Aislarse era su mejor táctica cuando no podía comprender muchas cosas, no por temor, únicamente era su manera de defenderse de cosas que pudieran hacerle perder el control. Por lo que unas cuantas horas fueron suficientes para recobrar un poco la compostura y con descanso.

—Yoongi, tienes que cuidar mucho a tus rosas, son nuestros único recuerdo.

—Mamá tu me enseñaste a cuidarlas, tu lo haces mejor que yo.

—Lo sé pero son mi legado por lo que no debes descuidar las nunca.

—No lo haré, pero tú las cuidaras mucho tiempo porque tendrás bastante vida.

Su madre solo sonrió dando un pequeño golpe sobre el hombro de su hijo, retirándose de ahí con una enorme sonrisa en su rostro.

Yoongi despertó de golpe, recordando con viveza ese sueño, se apresuró a salir de su cama corriendo desde su habitación hasta la parte baja, apresurandose como si temiera que lo que estuviera ahí fuera a irse en cuanto él llegará, abrió la enorme puerta de madera que llevaba varios meses cerrada.

Las rosas de su madre estaban marchitas algunas apenas sobrevivian a gritos buscando un poco de agua, se apresuró a acercarse a ellas y sin importar si se espinaba las manos, las abrazó sin dudarlo.

Justamente Jimin pasaba por ese lugar y observo la escena con un poco de impresión y a la vez con curiosidad, se acercó sigilosamente.

—Yoongi-hyung ¿Está usted bien?

Yoongi volteo a mirar sin reconocer realmente quien era pero el hecho de que empujó a Jimin y lleno sus ropas de sangre por las flores, no le causó en lo absoluto ningún tipo de arrepentimiento.

—¡LARGO DE AQUÍ!

El grito se escuchó como el retumbar de un temblor alrededor de todo el lugar, los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas corriendo lo más rápido que pudo a refugiarse en los brazos de su abuelo.

Mientras tanto Yoongi seguía tocando sus preciadas rosas porque así como ellas.

Todos tenemos dos caras y una de ellas es delicada como los pétalos de una rosa y la otra es dañina como las espinas.

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𝐌𝐘 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 - 𝗬𝗢𝗢𝗡𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora