13. Primer peón.

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Las clases fueron aburridas, demasiado aburridas y Jimin caminaba hacía el auto que lo esperaba afuera, hasta que escuchó una voz que venía de un costado

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Las clases fueron aburridas, demasiado aburridas y Jimin caminaba hacía el auto que lo esperaba afuera, hasta que escuchó una voz que venía de un costado.

—Eh...Jimin, Jimin, pts...
Jimin volteó frunciendo el ceño literalmente fastidiado.

—Oh, hola Onew... ¿Qué pasa?

—Tengo fiesta este fin de semana como despedida del año ¿Vienes? —el chico le extendió una invitación al menor y este solo la guardó en su mochila.

—Lo pensaré...

El chico subió al auto y unas gotas comenzaron a golpear el vidrio de la puerta del auto, fue recibido por un mayordomo que lo esperaba con un paraguas mientras se afianzaba con fuerza a su mochila. Fue recibido por todos como siempre y únicamente sonrió, subiendo las escaleras para quitarse su uniforme y ponerse su pijama.

Jimin bajó las escaleras mientras se acomodaba en la mesa dentro de la oficina de Yoongi, era normal que siempre por las tardes terminará sus tareas y como presidente de la clase tenía también otras obligaciones. Meció sus pies con parsimonia mientras movía el lápiz entre sus dedos intentando resolver unas ecuaciones matemáticas. Estaba tan concentrado que no escuchó cuando Yoongi llegó y menos cuando esté colocó detrás de él mirándolo.

—¿Cómo puedes hacer eso? Yo siempre odie las matemáticas o la escuela en sí pero me obligaron.

—Es fácil Yoongi-Hyung, es cuestión de lógica nada más. —el chico se giró sonriendo ampliamente mostrando sus maravillosos ojos media luna.

"Señor, hoy Onew le entregó al joven una invitación a una fiesta" esperaría que Jimin hablará sobre el tema pero si pudiera adelantar la parte de la espera sería mejor.

—¿La escuela estuvo bien, Jimin? —preguntó sirviéndose una vaso de whisky mientras doblaba su camiseta descubriendo sus antebrazos y sentándose en su sillón frente a la mesa de cristal, dónde se encontraba su tablero de ajedrez.

—Eh si...aburrida como siempre. —Jimin se levantó de su lugar se acercó a la mesa donde se encontraba Yoongi y se sentó frente a él.

—¿Alguna novedad?

—No, para nada. —respondió finalmente el menor moviendo una pieza.

Yoongi lo escudriñó con la mirada parecía demasiado tranquilo, aunque ya sabía sobre la dichosa fiesta de Onew esperaba que Jimin le dijera algo al respecto.

—Jimin ¿Te gustan los niños?

Jimin lo volteó a mirar con extrañeza, frunciendo el entrecejo y presionó sus labios hasta tornarlos hasta rojos.

—Yoongi-hyung, que preguntas hace.

—A mi sí — respondió tranquilamente cruzándose de piernas, mientras daba un sorbo a su vaso de whisky.

—Pero usted iba a casarse con Nayeon...

—Si, Jimin, pero me pueden gustar las mujeres así como los hombres, no hay tanta diferencia para mí.

Jimin se mordió la mejilla por dentro de su boca, estaba ligeramente incómodo con eso, la verdad que su sexualidad o gustos jamás habían sido cuestionados antes y tampoco tan abiertamente.

—Yo no sé..., porque no sé qué es el amor, tampoco sé que es todo eso, ni siquiera he dado mi primer beso.

—¿No?

El chiquillo negó, literalmente abochornado, aunque su corazón dió un vuelco de 180 grados. Justamente cuando el rostro de Yoongi se encontraba a escasos centímetros del suyo, su rostro se enrojeció y se vio tentado a voltear a otro lado pero no lo hizo, únicamente se quedó petrificado sin saber que hacer o decir, no se dió cuenta que casi pierde el equilibrio cuando creía que iba su rostro a impactar, la mano de Yoongi-Hyung sujetando su nuca lo sorprendió.

Ambos se miraron y justamente cuando estaba por rozar sus labios, Jimin se apartó con total rapidez y salió corriendo de ahí, cerró la puerta tras de sí y su corazón latía con la fuerza de 10 caballos feroces galopando en una pradera.

"¿Qué era todo eso?" Pensó corriendo a su habitación para encerrarse ahí. Por su parte Yoongi hojeó unas páginas del cuaderno del chico y encontró la dichosa invitación, la sujetó entre sus manos y la estrujó hasta hacerla un pedazo de papel, sonrió victorioso, acercándose al tablero, moviendo una pieza más así como la de su plan, prontamente llevaba a Jimin por el camino que él deseaba, era simplemente perfecto.

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𝐌𝐘 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 - 𝗬𝗢𝗢𝗡𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora