Los meses habían pasado y la vida de Jimin se convirtió en un constante bucle donde se repetía todo en automático, su refugio era aquella mansión, aunque a veces tenía salidas pequeñas con Taehyung, no se sentía seguro si Yoongi-Hyung no estaba cerca, pero él también le prohibía acercarse a Taehyung, aunque dentro de sí, sabía que el chico no era una mala persona, no podía evitar haber desarrollado una fobia hacia las personas porque no conocía sus intenciones hacia él, por eso incluso se negaba a asistir a reuniones.Únicamente se la vivía leyendo o practicando su baile, si, después de tantas negociaciones que al inicio parecían ser inútiles, después de tanta insistencia Yoongi, le permitió tener su propio salón de baile y un profesor privado, poco a poco iba perfeccionando el dominio de su cuerpo y realmente eso le hacía sentir tan feliz.
Iba avanzando en sus clases también, se esforzaba demasiado por obtener conocimientos de toda índole, también se le permitía después de tantas negativas cuidar el jardín de la señora Min, Jimin había levantado un altar para honrar la memoria de la difunta señora de la casa y por ende así poder presentar su debido respeto, las puertas se abrieron de aquel lugar que durante tanto tiempo había estado cerrado y la casa poco a poco se fue llenando de vida.
El lugar que siempre parecía bastante lúgubre fue recobrando vida, incluso hasta se veía menos tétrico cuando las cortinas se abrían, cuando tenía tiempo para preparar alguna comida que le gustaba, aunque eso era más a escondidas porque si Yoongi-Hyung lo encontraba o sabía de eso solía regañarlo.
Jimin comenzaba a retomar un poco de su brillo pero a la vez el recuerdo de lo que le había sucedido seguía latente en su mente, una noche investigando buscó maneras de superar traumas y lo primero era contactar con un terapeuta.
Jimin no sabía si preguntarle a Yoongi-Hyung, pero decidió que no lo diría al menos no por ahora, por lo que hizo una cita en línea con la terapeuta primeramente, intentaría que fuera de esa manera para evitar problemas luego. Él día llegó y para su suerte no había nadie en casa, estaba encerrado en su habitación.
El sonido de la notificación de llamada entrante le asustó al inicio pero cuando el rostro de un hombre alto, con unos lentes, le sonrió presentandose primeramente.
—Me llamo Kim NamJoon, es un placer conocerte. ¿Min Jimin?
—Un gusto conocerle, señor Kim, sí me llamo Min Jimin.
—Siempre hacemos la presentación introductoria por obligación, pero me gustaría que me contarás un poco de lo que te llevó a tomar la decisión de tomar terapia.
—Oh sí —comentó avergonzado rascándose su otra mano con nerviosismo —es que tuve un evento traumático que me ha limitado de vivir, especialmente mi mente me dice que no tengo que confiar en nadie, únicamente en mi benefactor y no sé, eso es muy extraño.
—¿Tienes benefactor, Jimin?
Él chiquillo asintió con un poco de entusiasmo y brillo en sus ojos.
—Yoongi-Hyung es mi benefactor, fue muy generoso en darme un apellido y también hacerse cargo de mi, nunca entendí bien todo ese cambio, al inicio creí que me odiaba porque era una molestia por ser pequeño de edad y no ser de mucha utilidad en la casa, yo llegué con mi abuelito, él era mayordomo de la familia Min, mi mamá y abuelita murieron en un accidente, a veces las extraño mucho ¿Sabe? Quisiera una última vez verlas y poder despedirme de ellas. —el jovencito limpió las pequeñas lágrimas que escapaban de sus ojos. —pero ahora tengo a Yoongi-Hyung y también a mi abuelito, tengo a Taehyung también.
—Entiendo, Jimin has pasado por mucho, te gustaría contarme sobre lo que sucedió que te tiene tan traumatizado.
—Fui a una fiesta, en parte creo que es mi culpa por haberme escapado y no decirle a mi Hyung, pero es que temía que me dijera que no y yo realmente tenía curiosidad, un tipo intentó propasarse conmigo, lloré muchísimo, me sentí tan sucio, denigrado y usado aunque no hubiera pasado a más, empecé a tenerle miedo a la gente y a los que me rodean, pero por alguna razón en los brazos de Hyung se siente bien y no quiero separarme de él, NamJoon-Hyung. ¿No es eso enfermizo?
NamJoon en sus adentros sabía que era eso, una dependencia emocional bastante arraigada a quien las personas buscan sentir seguridad y quién pueda brindarla, estaba a punto de darle la razón, porque su ética profesional no le permitía engañar a las personas pero cuando su vista fue al frente escucho el sonido del gatillo del arma cargado, provocando que se sintiera nervioso.
—Claro que no Jimin, yo recomiendo que de hecho te acerques más a tu lugar seguro, creo que te hará bien, poco a poco tienes que ir superando el trauma pero será despacio, ahora tienes que estar con quién te mantenga seguro.
A NamJoon casi le sangra la boca por decir eso, estaba dando un consejo que no era bueno pero no tenía otra opción. Siguió escuchando al chiquillo hablar y hablar sobre su vida hasta que la hora de acabar la sesión llegó y finalmente se despidió del chiquillo, colgando la llamada
—¿Ya estás contento?
Yoongi, sonrió curvando su boca, manteniendo el arma apuntando la cabeza de NamJoon.
—Te recuerdo que también soy tu paciente y me mandaste a la Dra. Choi para que me prescribiera medicamento.
—¿Y la has tomado?
—Deje de hacerlo hace ratos NamJoon crees que me interesa estar tomando esa mierda, claro que no, estoy bien.
—No Yoongi, no lo estás, tienes que mantenerte constante con el tratamiento, ibas bastante bien...
—¡CÁLLATE! Mi atención ahora está puesta en otra cosa y eso es lo que importa, seguirás siendo el terapeuta de Jimin, le ayudarás con su trauma pero ante cualquier idea de él de alejarse o si quiera apartarse de mi, te juro que te perseguiré hasta siempre hasta clavarte dos palillos en los ojos.
Yoongi le lanzó un fardo de billetes al regazo de NamJoon, el hombre se sobó el puente de su nariz con tanta molestia y únicamente pudo levantarse y observar a Yoongi irse, antes de que subiera a su auto lo observó, se veía al espejo, pero su propio reflejo le causaba una ira inimaginable y era porque Yoongi veía otra versión suya en su reflejo, lo solía llamar Agust, en una sesión comentó que tiene una cicatriz en su ojo izquierdo y tiene los cabellos largos negros. "¿Que es lo que quiere, Agust de ti, Yoongi?" "Quiere que mate"
Yoongi golpeó el vidrio del auto pero no se quebró únicamente abrió la puerta y entró al vehículo y seguramente volvía a su mansión. Y así fue, cuando llegó su mano dolía del golpe, Jimin lo salió a recibir con un abrazo fuerte y cuando observo su expresión de molestia al tocar su mano, la sujetó con cuidado y se asustó al ver sus nudillos enrojecidos, tiró con cuidado de la mano de su Hyung y le colocó una comprensa de hielo, Yoongi podía notar la preocupación auténtica en Jimin, una que nunca antes ni sus padres le habían demostrado y eso era algo que no permitiría jamás que se lo arrebataran.
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𝐌𝐘 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 - 𝗬𝗢𝗢𝗡𝗠𝗜𝗡
FanfictionLa familia Min es millonaria, no tiene necesidad de absolutamente hacer nada en la vida, su hijo solitario que jamás tuvo una figura de hermano, hasta que todo cambia cuando un pequeño llega a su vida y pone su vida completamente de cabeza. -¿Hyung...