19. Dependencia.

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Algunos años habían pasado y ahora Jimin era un joven apuesto de 16 años, su rutina era prácticamente la misma todos los días

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Algunos años habían pasado y ahora Jimin era un joven apuesto de 16 años, su rutina era prácticamente la misma todos los días. Su educación era rigurosa, todo en su vida iba avanzando con total normalidad, poco a poco rompiendo el cascarón que durante años se había encontrado, poco a poco comenzó a entender algunas cosas de la cotidianidad humana. A su vez, sus terapias habían ayudado mucho a convertirse en una persona un poco más abierta en algunos aspectos a pesar de todo, estaba agradecido de las oportunidades que tenía.

Un foco de atención siempre era su "relación" con su benefactor, rebobinar los sucesos como una videocasetera era una de las cosas que más detestaba, porque una parte de sus años habían sido miserables, en ciertos aspectos, pero todo lo que conlleva tiempo con Yoongi, todo era incluso demasiado perfecto. "La perfección no existe" su maestro de filosofía se lo había dicho, incluso en todo lo bueno existe una mancha que contamina y en la maldad hay una luz. ¿Él era luz o era oscuridad?

En la edad en que se encontraba comenzaba a dudar o preguntarse muchas cosas relacionadas con la vida, sus sentimientos y que cosas esperar para un futuro, prácticamente no tenía a nadie, aunque desde el suceso que su abuelo había estado esa Navidad en la casa Min, no había vuelto a saber de él. Es decir, Jimin se negaba a responder los llamados, incluso de Nayeon o Taehyung. Relativamente su vida se convirtió en la mansión y su compañía de Yoongi-Hyung. Aunque NamJoon-Hyung le decía que eso no era malo, un mal presentimiento comenzaba a invadirle a veces.

Aunque había algo que le preocupaba aún más. Era que con el pasar del tiempo Yoongi-Hyung pasaba menos tiempo con él, por razones laborales más que todo, pues tenía que hacerse cargo de las demás empresas de su padre, entonces ahí venía un pequeño problema en su zapato, el nuevo asistente de Yoongi-Hyung, Jungwon, aunque el chico no le desagradaba, el hecho de que Yoongi-Hyung le diera atención a otra persona que no fuera él, le provocaba algo que nunca antes había experimentado, cuando los veía cerca se sentía irritado.

Aunque el muchacho había sido contratado entre muchos candidatos, debía ser por algo, aparte que era muy encantador y alegre. A veces se le veía bromeando con su benefactor y lo veía curvar una sonrisa pequeña siguiendo los juegos de su empleado. Más de alguna vez había hecho una pataleta entrando a su habitación y golpeando la almohada, después su subconsciente le decía que eso estaba mal y le causaba mucho miedo, incluso el hecho de pensarlo le provocaba incomodidad pero no podía evitar ¿Como le llamas a eso?

Jimin entró a la oficina donde se sentó en el mismo sofá que conocía con total seguridad, cruzó una de sus piernas mientras esperaba por su terapeuta, minutos después entró en silencio NamJoon, únicamente se saludaron y el hombre se sentó frente a él con un cuaderno y un lapicero, dejando el expediente del menor a un lado en la mesita.

—¿Cómo estás, Jimin?

—Bien, Dr. ¿Y usted?

—Bien, gracias por preguntar. ¿Por qué no me miras cuando hablas Jimin?

El menor se sorprendió ante tal pregunta, bueno, debería de haberlo asumido, NamJoon era su terapeuta desde hacía casi 5 años. El chico se enderezó y finalmente lo encaró.

—Es solo que estoy confundido.

—¿Con qué?

—¿Alguna vez ha sentido la necesidad de arrancarle la cabeza a alguien porque no sabe que más hacer?

NamJoon disimuló lo mejor que pudo lo que el menor le estaba diciendo, suspiró tranquilo, negando con la cabeza ante la pregunta, levantó su lapicero y comenzó a anotar.

—¿Desde cuándo sientes eso?

—Desde que Yoongi-Hyung tiene un asistente.

—¿Y como se llama?

—Jungwon...

—¿Tienes celos, Jimin?

—¿Qué es celos?

—Es como cuando la persona que quieres o te gusta, ya sea familia o pareja están con otra persona y eso te molesta, aunque es más alineado a si están coqueteando o no están marcando sus límites.

Jimin lo pensó un momento. ¿Era eso lo que sentía realmente?

—La verdad es que él no es una mala persona, cuando me saluda lo hace con cordialidad y me trata con completa naturalidad amistosa pero cada vez que lo veo cerca de mi Hyung, quisiera agarrar un lapicero como el que usted tiene en su mano y enterrarlo en su ojo ¿Es eso normal?

"Dependencia emocional severa" anotó NamJoon en su block de notas. Eso no estaba bien, Yoongi se había convertido en su lugar seguro y por ende ahora Jimin todo lo que le quitará la atención de Yoongi era una amenaza, Jimin estaba siendo posesivo en sus acciones pero no sabía cómo actuar ante ello.

—Jimin, es normal que las personas interactúen con otros, entonces no puedes evitar que Yoongi tenga empleados, es su trabajo dirigir y también tiene que socializar con ellos para relajar el ambiente en momentos de estrés o tensión.

El chico se sintió culpable, se encogió en su lugar como un perrito regañado y únicamente asintio, aunque luego alzó su rostro y tenía sus mejillas bañadas en lágrimas.

—NamJoon-Hyung no quiero sentirme así, me siento culpable, pero no puedo evitarlo, no quiero esto que se siente aquí —el chiquillo señaló su corazón. —me quema y me ahoga. ¿Puedes ayudarme?

NamJoon volteó a mirar por el rabillo del ojo la puerta y se percató de quién estaba ahí, el mayor asintió, extendiendo su mano para brindar confort a su paciente.

—Tranquilo, Jimin, iremos un paso a la vez ¿Si?

—Pero necesito curarme, porque... Siento que terminaré haciendo algo que no quiero y porque Yoongi-Hyung es mío¿Verdad? —la forma tan inocente en que los ojos llorosos de Jimin lo observaban buscando aprobación de su terapeuta le hicieron que le diera arcadas, estaba yendo en contra su ética para mantener una burbuja de su obsesionado benefactor.

—Sí, Jimin, lo es...

Yoongi por su parte sentía que todo estaba yendo de maravilla, finalmente Jimin lo veía como lo que un día el sería, todo suyo. Esperó por el menor y lo sujetó de la mano para llevarlo a cenar, el chiquillo parecía más animado en ese momento hasta que regresaron a casa. Lo llevó a su habitación y el menor le dió un beso de buenas noches.

Y si Yoongi le había dicho que los besos en los labios eran inofensivos, muy en contra de lo que cualquier otra persona dijera que debían darse solo a su pareja. Así que el menor tontamente seguía creyendo en su benefactor.

¿Que tanto durará la farsa?











Entré y me dí cuenta que ya sobrepase los mil leídos, muchas gracias en serio. Entre otras cosas estoy pensando en hacer otra historia YoonMin, aún estoy cocinando la idea, cuando la tenga comenzare a publicar.

¡Gracias por leer!

F: Mefisto.

𝐌𝐘 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 - 𝗬𝗢𝗢𝗡𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora