23. Posesión.

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Mi mente es mi propia celda, mi mente es la que no me deja tranquilo.

Yoongi se siente volar, generalmente había escuchado que la mente humana cuando está tranquila debe ser un mango blanco con tranquilidad, pero su mente era algo diferente, habían manchas oscuras y especialmente todo era turbio, su capacidad de entender la realidad con la ficción era muy complicado, él no quería sufrir, no sabía cómo manejar las situaciones y por ende usando la manipulación o lo que él conocía como la manera de mantener a la gente a su lado, pero desde que Agust llegó a su vida todo era malo.

-Entonces me tienes miedo Yoongi.

Escucha una voz detrás suyo, ahí está Agust sentado frente a él en una enorme silla oscura, mirándolo con burla, sonriendo con sorna. Sientate, tenemos tiempo para discutir.

—No te tengo miedo, Agust.

-¿Ah no? -Agust, se acerca a Yoongi apoyando sus codos sobre sus rodillas y su marca en su ojo brilla. -Entonces por qué no haces lo que te pedí.

—No te voy a entregar a Jimin...

—Jamas te has negado a mis deseos, ni los sacrificios de tu madre y los asesinatos que has cometido bajo mi dominio han sido difíciles de persuadir. Lo quiero a él.

—¡No te lo daré!

Agust se levanta y sujeta el cuello de Yoongi, afixiandolo. "Te crees con el poder de mandarme a mi, maldito Yoongi, soy Agust y yo hago lo que quiero" lo empuja con fuerza y cae de la silla, entonces Agust juega con una navaja en su mano.

—Despierta ahora, pequeño imbécil. —escupe Agust, caminando en dirección contraria.— Pero recuerda, lo tendré sea como sea.

Yoongi despierta de golpe, encontrando a Jimin a su lado sujetando su mano y durmiendo tranquilamente, Agust lo quería solo para él y él no estaba seguro si quería dárselo. Únicamente se quedó ahí dejando que los minutos hicieran su trabajo y contemplaba al menor en medio de su disociación, tocó la mejilla regordeta del joven y su devoción ante esas facciones se volvieron casi de forma religiosa su adicción.

"Serás mío por siempre" dice en voz baja más para sí mismo y sus ojos arden en deseo por encerrarlo del mundo. Esa noche contempló a Jimin sin siquiera él lo supiera hasta que el doctor apareció al siguiente día con instrucciones estrictas. Tiempo libre eso era lo que necesitaba por lo que le recomendaron que se tomara unos días de su casa y fuera a un lugar alejado de la ciudad, Yoongi no estaba acostumbrado a eso, por lo que al inicio se negó rotundamente ante la idea pero Jimin intervino, solicitando que lo considerara, entonces usó su mejor carta, la manipulación.

—¿Por qué no vienes conmigo, Jimin?

—¿Yo? Pero es que tiene que ir usted, necesita tranquilidad.

—¿Acaso no te preocupas por mi, Jimin?

—Si lo hago Yoongi-hyung, pero...

—Entonces deberías venir conmigo, no puedo con esto solo que pasa si luego intento volver a hacerme algo.

Jimin palideció, en su cerebro, Yoongi había plantado la culpa de si no lo acompañaba y sucedía algo sería su culpa. Jimin no tuvo de otra opción que aceptar, Yoongi sonrió triunfante.

𝐌𝐘 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 - 𝗬𝗢𝗢𝗡𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora