𝐌𝐘 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 - 𝗬𝗢𝗢𝗡𝗠𝗜𝗡

07. Fijación.

Jimin no había vuelto a visitar a Yoongi después de esa noche en qué arrullo sus sueños, pero era porque su abuelo había tenido que hacer una diligencias y tuvo que llevarse al menor consigo, no podía dejarlo sólo porque conocía a su jefe Yoongi y aparte en esa recuperación tan lenta que estaba teniendo sus constantes dolores de cabeza, no le ayudaban en nada. Se la vivía encerrado en su habitación comiendo y sobre todo durmiendo, ignorando por completo su teléfono.

El lugar parecía bastante tranquilo sin el sonido de unos pies corriendo de un lado a otro, era extraño de admitir pero el chiquillo que llevaba ahí unos pocos días, lograba darle un poco de vida a ese lugar. Finalmente esa mañana se había animado a salir y ir a su estudio donde deseaba pasar un rato escuchando un poco de música clásica en su tocadisco, leyendo algun libro o jugando ajedrez.

Así fue, bebió su ice americano como todos los días mientras degustaba su desayuno, leyendo una revista de música, sus gustos eran variados pero le interesaba la música, la decoración, etc. Cuando finalmente fueron retirados sus platos sucio, se concentró en el ajedrez de cristal frente a él, solía jugar con su padre antes, ahora no había nadie.

Los pasos fuertes regresaron y la alegría de aquellos que convivían en aquella mansión ante la llegada de Jimin, animando el ambiente a veces bastante gélido.

-¿Alguien ha visto a Yoongi-Hyung?

-Si Jimin, está en su estudio.

-Muchas gracias, iré a saludarlo.

El chico corrió hasta la puerta del estudio de Yoongi, con alegría en su rostro, había extrañado esa enorme casa a pesar de que fueron solo unos pocos días. Abrió la puerta y se encontró a Yoongi sumido en sus pensamientos escuchando una pieza de Tchaikovsky.

Jimin dentro de su ser ese tipo de música nunca antes la había escuchado, porque no podía su madre costearse comprarle un toca discos, pero aquello era tan delicado, tan ameno que sin dudarlo, comenzó a bailar con elegancia, a pesar de que nunca lo había comentado, al chiquillo le encantaba la danza, por lo que conforme la melodía avanzaba así lo hacía su gracia para bailar, mostrando una disciplina en sus movimientos elegantes como los de un cisne y con fineza.

Yoongi observo desde su lugar como el chico danzaba, no estaba acostumbrado a ver algo así, por lo que le pareció intrigante el hecho de que parecía que esa afición de Jimin era apasionante.

-Perdón, me emocioné, Yoongi-Hyung, lo extrañé mucho.

El chico se acercó para sentarse al otro lado de aquella mesita frente al tablero de ajedrez.

-¿Te gusta? -preguntó Yoongi.

-Si es muy bonito, aunque no puedo jugar.

-Te enseño.

Jimin, sonrió, animado, Yoongi empezó por lo básico para que no fuera tan tedioso para el menor entender, después de una media hora jugaron la primera partida, Jimin se esforzó lo más que pudo pero sus piezas terminaron siendo derribadas por la agilidad de Yoongi para mover las piezas y terminar en un jaque mate.

-Necesitas más práctica.

-Yo se que puedo, solo necesito otra oportunidad más.

Yoongi asintió, colocando las piezas de vuelta y solo por esta vez dejó que Jimin ganará jugando muy mal -adrede- solo para ver aquel niño sonreír orgullo de haberlo vencido, corriendo a cantarle a los 4 vientos que había vencido al invicto Yoongi-Hyung en un juego de ajedrez, por primera vez Yoongi sonrió ante la escena.

Su mirada se ensombrecio, levantándose de su lugar para ir directamente hasta la cocina donde encontró a Jaewol, Yoongi se apoyo sobre el marco de la puerta y lo miró.

-¿Jimin va a la escuela?

-No. -respondió el señor.

-Desde ahora me haré cargo de eso, Jimin irá a la escuela.

Jaewol lo miró con extrañeza y quiso objetar ante tal cosa pero no le dió tiempo cuando Yoongi había desaparecido, regresando a su habitación, no sin antes mirarse al espejo, observando a quien se encontraba a su lado, no estaba solo -al menos eso le mostraba su mente-

"Va ser tuyo, lo verás" escuchó una voz, que lo hizo sonreír ante la idea. "Lo será" se respondió a sí mismo.