11. Control.

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Jimin despertó ligeramente mareado, no recordaba muy bien que había sucedido anoche, únicamente talló sus ojos y se percató que no se había despejado de su traje de gala, sonrió divertido, entró a la ducha para darse un baño rápido y vestirse prop...

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Jimin despertó ligeramente mareado, no recordaba muy bien que había sucedido anoche, únicamente talló sus ojos y se percató que no se había despejado de su traje de gala, sonrió divertido, entró a la ducha para darse un baño rápido y vestirse propiamente.

Era domingo y el lugar era silencioso parecía que era el primero que había despertado pero no, el olor a pancakes y café llegó a su olfato, se encontró a Nayeon batiendo un poco de mezcla.

—Jimin, ven siéntate ¿Tienes hambre?
Jimin asintió con una cordial sonrisa, acercándose a la barra de la mesa donde se subió a una de las sillas. La chica le extendió un plato delicadamente adornado con tres pancakes, una pizca de miel de maple y unas fresas cortadas en trocitos.

Jimin agradeció por la comida y tomó unos trozos de fresa con unos palillos y saboreo la textura de tal fruta así como de los pancakes derretirse en su boca por la exquisitez.

—¿Cómo aprendiste a cocinar algo así?

—Mi abuela me enseñó, ella me mostró diferentes platillos para preparar a mi futuro esposo.

—¿Abuelita? Yo extraño al mío pero no sé que sucedió solo se fue..., me gustaría saber de él.

—¿Y has intentado hablar con Yoongi y saber si te permite ir con el o buscarlo?

El chico negó, acongojado siguió comiendo en silencio. Nayeon sintió un poco de pena y extendió su mano sujetando la de Jimin.

—Veré que puedo hacer —la chica le guiñó un ojo y sonrió de forma cordial siguiendo en su labor.
Jimin sonrió tomando la palabra de aquella chica que no conocía. Lo que ambos no sabían era que Yoongi se encontraba justamente detrás de la puerta escuchando la conversación y un enojo tremendo llegó a su cuerpo, apretaba tanto sus puños hasta que se marcaron de color rojizo, pero no diría nada.

La mañana fue tranquila y Jimin decidió entrar a una de las habitaciones y se encontró con un amplio espejo al frente, justamente de esos que se usa para bailar ballet. Nayeon lo acompaño unos minutos después.

—¿Te gusta el baile?

—¿A mí? Bueno... Si un poco.

—Así empecé yo, soy bailarina profesional. ¿Te gustaría practicar?

—Sí claro que sí.

La chica colocó en un tocadiscos que se encontraba ahí. Nayeon se movió con delicadeza, a los minutos le siguió Jimin, el jóven la dejó completamente impresionada con su dominio corporal y también la delicadeza y agilidad con la que sus extremidades. El chico comenzó a reír al compás de la música y como Nayeon y él se entendían la pasión por la música. Finalmente Nayeon le agradeció con una leve reverencia la oportunidad de practicar con ella.

La chica caminaba por uno de los pasillos buscando la habitación que compartían con Yoongi, de pronto la mano de aquel hombre la sujetó con fuerza y tiró de ella, casi manteniéndola sujeta contra la pared, la chica abrió sus ojos con asombro y a la vez terror de la expresión en el rostro de su prometido.

—¿Quien te crees que eres, Nayeon?

—¿Por... Por qué? —comentó temerosa.

—No puedes decirle a Jimin que lo recomendaras para la Academia donde aprendiste a bailar, con que derecho lo haces cuando me preguntaste acaso, no puedes decidir sobre él, yo soy su benefactor ¿Entiendes?

Nayeon intentó soltarse del agarró de Yoongi pero este la mantuvo fuertemente cautiva contra la pared.

—Yoongi basta, me lastimas.

—Conoce tu lugar, Nayeon y con esto digo, el compromiso se rompe, vete de acá y no vuelvas a acercarte jamás a Jimin, ni a meterle ideas locas en la cabeza, el control de su vida lo tengo yo.

Los ojos de Nayeon se abrieron de asombro y una parte de su corazón se rompía en mil pedazos, dejó de forcejear y cuando finalmente estuvo libre, se quitó el anillo de su dedo, colocándolo sobre la mano de Yoongi y ahí en su mirada lo entendió el estaba obsesionado con ese niño y eso le causó tanto miedo. La chica corrió a su habitación y tomó lo que restaba de ropa y salió con tanta rapidez de ahí, no sin antes voltear a mirar en aquel enorme ventanal, Yoongi charlaba con Jimin y el chiquillo le sonreía de forma honesta e incrédula.

Nayeon sintió el peso de la culpa, pero no dejaría que Yoongi arruinara a ese niño, tampoco que fuera su muñeco por lo que tenía que contactarse con Jaewol y hablar seriamente con él sobre el futuro de Jimin en manos de Yoongi.

Yoongi charlaba compartía más tiempo con Jimin y se la vivían jugando por las tardes o ayudando en su tarea, Jimin era brillante y sin hablar de su arte para el baile, él era un cisne que estaba abriendo sus alas pero detrás estaba Yoongi siendo la jaula que lo mantendría cautivó y quemaría hasta las cenizas.

Yoongi charlaba compartía más tiempo con Jimin y se la vivían jugando por las tardes o ayudando en su tarea, Jimin era brillante y sin hablar de su arte para el baile, él era un cisne que estaba abriendo sus alas pero detrás estaba Yoongi siendo l...

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𝐌𝐘 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 - 𝗬𝗢𝗢𝗡𝗠𝗜𝗡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora