Flores y Espinas HOPEV

3. Propuesta.

Kim iba de ida hacia la villa de las flores en un carruaje cómodo, pagado por el Príncipe Hoseok, la platica de la noche anterior lo había dejado pensando. 

— Te buscaré después, se como encontrar personas.—

Le había dicho, ¿Para que lo quería realmente?, aunque su alivio había sido grande cuando no le pidió un pago a la fuerza, pero le había dado mucho miedo la mirada del príncipe, había dicho algo sobre que le habían arrebatado algo, ¿Quién podría osarse en arrebatarle algo a un Príncipe? peor aún, al príncipe de guerra. 

Suspiro al ver la villa de las flores, veía a los lejos como su grupo se encontraba tomando sus lecciones en el jardín, su institutriz se acerco a la entrada al ver el carruaje, sin saber quien venían en él, habían guardias allí, ¿Será que estaba allí para su búsqueda?. El carruaje se detuvo en la entrada, el cochero bajo y abrió la puerta, permitiendo a Kim bajar de él, el grito de su institutriz alarmo a los demás floricultores.

— ¡Bendito los cielos estas bien, iban a dar inicio con tu búsqueda!—  fue recibido por un abrazo de su institutriz y agradeció haberse encontrado al Príncipe, ya que si apenas daban inicio a su búsqueda, seguramente estaría muerto.  

— Encontré ayuda de camino, espero no llegar muy tarde para la lección que estén tomando.—  Preguntó mirando lo que hacían sus compañeros, cultivo y cuidado de sus plantas. 

Lee Yoona grito su nombre, poniéndose de pie y tropezándose, volvió a ponerse de pie y corrió hacia él con lagrimas en las mejillas abrazándolo. 

— ¡No me di cuenta que te habían puesto atrás de uno de los carruajes! — dijo abrazándolo. — para la otra nos formamos temprano para que sea otra la que se vaya atrás, me alegro que este bien.—

Kim le sonrió asintió, fue con ella para que lo pusiera al corriente sobre lo que llevaban de la lección, se sintió afortunado por un instante de saber que tenía una amistad que se preocupaba por él.

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Habían pasado cuatro meses, su grupo había regresado a la ciudad pero él tomo un carruaje para pasar la temporada de cortejo con sus abuelos, estaba feliz de verlos al fin después de tanto tiempo, ayudaba a su abuelita a preparar el desayuno, comida y cena, en las tardes salía al jardín con su abuelo a regar las plantas y del pasto así como darle debido cuidado a los animales. 

No quería regresar para la siguiente temporada de cortejo, quería quedarse para siempre con sus abuelos, pero no quería ser una carga para ellos. 

— ¿Que ha pasado con aquel muchacho que te gustaba?—  le pregunto su abuelo, pasándole una fruta para comerla. — El que vino junto con tu amiga la otra vez. 

Kim pelo su mango y le dio una gran mordida, estaba tan jugoso que le callo pulpa por las mejillas, se limpio con sus dedos y sonrió.

— Le gusta alguien más abuelito—  le sonrió triste.

Su abuelo guardo silencio y se giro a verlo.

— Usted echele ganas, es un guerrero, sobreviviste sepa dios cuanto en el monte, recién nacido, tu madre te hallo y te convertiste en un hijo para nosotros, hiciste madre a mi hija aunque ella jamas pudo tener hijos debido a su atasco floral.—

Kim comenzó a llorar junto a su abuelo.

— No guardes rencor en ese corazón tuyo tan noble, hijo. —  le dijo su abuelo abrazándolo. — Recuerda siempre que tus abuelos te amamos, todo esto es tuyo, no es mucho pero lo cuidamos con mucho amor, cuando sientas que no tienes donde ir, aquí tienes tu hogar, nunca lo olvides. — Kim lloro unos minutos más junto con su abuelito, mientras seguían comiendo ese mango, su abuelita salió apurarlos para la comida, entraron a la casa para ayudarla a poner la mesa y comer juntos, al terminar se sentaron en la sala, para ver la novela que venían viendo desde su inicio. 

Jamás se había preguntado quién había sido sus padres, solo supo como su madre dio con él en sus últimos días de vida, debido a un atasco floral, producido por un corazón roto, por un hombre malo que la hirió. 

Aunque Kim, hubiera preferido quedarse allí lo que restaba del año, tenía que regresar a la siguiente temporada de cortejo, era algo que pasaría tarde o temprano, el día que tenía que partir, su abuelo le obsequió su caballo blanco, "Altamira" emocionado, ato a su caballo sus pertenencias, comida y fotos de ellos, se tardo una hora despidiéndolos, prometiendo que volvería pronto. 

Emprendió su marcha para regresar a su región en la ciudad, se detenía en las posadas para que Altamira descansara, se sentía libre con ella, como si pudiera ir a cualquier lugar, el camino fue agradable sin contratiempos, llegando a la capital, quien la recibió con túnica de cortejo fue Yoona, quien se había esperado para que los dos tuvieran al mismo tiempo esa temporada, lo cual lo ponía nervioso, seguramente la popularidad de lee había crecido, pero no se estrenaría en su cortejo, simplemente apoyaría a su amiga.

se pusieron al día, ninguno podía dormir pues al día siguiente la casa estaría lleno de floricultores buscando una formal unión. 

— Estoy muy nerviosa.—  Le dijo Yoona, quitándole flores de la cabeza a Kim. —  Mis padres me reprendieron en cuanto se enteraron de mi idea del concurso— se rió. 

— Yo te hubiera apoyado, como tu chaperona. —  le dijo a su amiga. 

— Busquemos esposos que sean vecinos en villas, para ser vecinos, tomar té en las mañanas y que nuestros hijos, sean amigos y de grandes se unan.— le dijo entusiasmada. — Ojalá nos toquen buenas personas.

Kim asintió, observándose en el espejo y se pregunto como se vería en unos años. 

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Al día siguiente, los salones de noche estaban llenos, con los mejores vestidos y pétalos por doquier, los Come flores se encontraban formados, dejando regalos al costado de sus asientos, tenían breves platicas con los floricultores, alagando sus flores o hablando de cosas triviales, evidentemente, unos se encontraban más llenos que otros, pero el de Kim no tenía ni un solo regalo, aunque estaba arreglado precioso, su familia no tenía influencia, Yoona lo había peinado encantadoramente haciéndole una corona con sus flores. 

Kim suspiro iba a bajarse de su asiento para buscar algo que merendar y perderse un poco de los cuchicheos del ojo público. cuando varios hombres fueron a él impidiéndole bajar al recibir un regalo tras otro colocándolo en sus pies. 

el desconcertado los miro sin entender, no eran come flores, eran guardias reales. 

—¿Pero que esta...

Su pregunta quedo al aire, cuando se abrió paso un hombre, los gritos ahogados, de asombro al ver al cuarto Príncipe llegaron hasta sus oídos, El principe Jung Hoseok se acerco seriamente con una sonrisa de lado, le tomo la mano al floricultor para dejar un cálido beso en los nudillos. 

— He venido por mi pago. — le dijo en voz baja. — Necesito que seas la obsesión y perdición de una persona, del Príncipe Heredero.—