Flores y Espinas HOPEV

29. Tensión

Las hermanas del Cuarto Príncipe se habían hecho muy cercanas al floricultor pues emocionadas le ayudaban a los preparativos de la boda, que sería privada solo para la familia real, pero aún así tenían que pasar por el pueblo a saludarlo, presentarse en a cámara de Lores y recibir sus nuevos títulos. 

Todo el palacio se alegraba de tener una boda en puerta, esto ocultaba las manifestaciones de los mercaderes, el Rey seguía con sus fallidos intentos de despojar el camino, el comercio ya estaba empezando afectar a su Reino, muchos comenzaban a inmigrar en busca de asilo en otros lugares. 

Agatha en cambio no notaba ningún cambio de actitud en el floricultor, los observaba en la cena, furiosa se espero a la media noche, ya no había tantos brujos rondando el palacio, no entendía bien el plan de Su Majestad El Rey, poco le importaba, bajo a la planta mas baja del palacio, antes de bajar por las lúgubres escaleras de las calabozos. 

La bruja estaba allí esperando, Agatha miro tras de si para asegurarse de que nadie le siguiera. 

— ¿Qué pasa? — preguntó la bruja.

— ¿Qué pasa?— preguntó con incredulidad. — No haz hecho nada, yo los veo muy felices a ambos.

La bruja suspiro. 

— No he podido entrar en sus sueños. — 

— ¿Por qué no?

La bruja quería reírse pero se contuvo. 

— Ninguno de los dos ha dormido, no puedo entrar a los sueños solo si se dormitea casi al amanecer y las siestas en la tarde tampoco.— 

— ¿Cómo es eso que no han dormido, por qué? — dijo Agatha sin entender. 

la Bruja se estaba poniendo de mal humor. 

— Usted que cree, Su Alteza, acaban de anunciar su compromiso. 

Agatha sintió un enojo subito.

— ¡Hace cuatro días de eso! — grito susurrando.— la boda se acerca y no puedo permitir que se casen— suspiro— En cuanto al Cuarto Príncipe, ¿Tienes algo lo que sea para que, no sé, quiera verme y sea amable conmigo?—

La bruja suspiro más de cansancio e histeria, sacando de su túnica unos pergaminos muy diminutos. 

— Escriba aquí los sueños que quiere que le haga llegar al Floricultor, no durara mucho en que regresen a su sueño normal, quiero creer, démelos en tres noches, que el Rey me tiene ocupada con otras consignas.— le dio la espalda a su Alteza sin reverencias. 

Agatha se escondió los pergaminos y sigilosa y cuidadosamente regreso a su alcoba para comenzar a escribir para que en tres días le entregara lo que le había pedido la bruja.  

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 El cuarto príncipe se encontraba con su floricultor sobre su pecho desnudo, durmiendo plácidamente mientras pensaba, algo no le daba buena espina, llevaban ya dos semanas en el palacio, ciertamente quería regresar ya a Kingston Hall, pero con los preparativos de su boda, Taehyung había pedido quedarse, pues sus hermanas le estaba ayudando a los preparativos. 

El tema que lo había puesto tenso fue cuando Taehyung le había hablado entusiasmado de llevarle el mismo las invitaciones a sus abuelos, un amargo dolor y recuerdo de lo acontecido azotó su mente al recordar como sus abuelos se despedían de él antes de sacrificarse.

Taehyung se removió en sus brazos ante el sonido de las trompetas del palacio, alzo sus brazos y rodeo al Príncipe, le sonrió cálidamente, el príncipe le iba a dar un casto beso, pero el floricultor lo atrajo nuevamente hacía él para besarlo, lo cual se rió entre beso dandole una risa ahogada. 

— Tenemos tiempo.— hizo haciendo puchero.

El príncipe asintió. 

— Unos quince minutos antes de que vengan a vestirte.— dijo besándole el cuello colocándose encima de él. 

— Más que suficiente para mi.— rió cálidamente Taehyung ante los cosquillosos besos del Príncipe. 

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El cuarto Principe y el floricultor habían llegado tarde al desayuno, disculpándose con los reyes, aunque para su sorpresa ellos habían comenzado a desayunar, en cambio la Princesa consorte y el Principe heredero ya habían terminado y solo tenían su bebida en la mesa.

— Sabemos ya que bajan casi media hora después, ¿Qué les toma tanto tiempo? — preguntó la Reina. 

— Lo mismo que le tomo a usted, Su Majestad.— le contesto el Príncipe. — en Kingston Hall estamos acostumbrados a despertarnos un poco tarde de lo habitual. 

el Rey intervino, interrumpiendo a la Reina repentinamente.

— ¿Ya saben donde vivirán después de casarse? — Preguntó 

Hoseok le iba a responder a su padre, cuando unos guardias reales interrumpieron el salón excusándose, se veían bastante alterados. 

— Su Majestad, lamentamos la interrupción, unos mercaderes trataron de cruzar el camino pero el maleficio los ha encerrado a todos entre ramas, hay niños también.— 

El príncipe Hoseok se puso de pie rápidamente pues era un protocolo reaccionar y llevar a la guardia, el Rey y el Príncipe heredero se pusieron pie, para dirigirse hacía allí, antes de salir del salón Hoseok se acerco a su guardia personal.

— Taehyung tiene estrictamente prohibido abandonar el Palacio, no importa las noticias que escuchen, no puede salir por ningun motivo.—

Yoongi asintió haciendole una reverencia y observando al floricultor que con cara preocupada había dejado su plato intacto y acercado a la Reina igual que las Princesas, de tan repentina interrupción.