Capítulo 11

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KyungSoo

Esa noche no dejé de dar vueltas en la cama. La liga había traído mala suerte. Me había divertido tanto con JongIn, desde aquel increíble beso en el balcón hasta sentir sus manos sobre mí mientras deslizaba la liga por mi pierna... Y, después de eso..., literalmente se acabó.

Algo en él había cambiado. Pasó de una actitud juguetona e insinuante a quedarse callado y cerrarse. Y esta actitud se prolongó durante el resto de la noche. «¿Había dicho algo malo?». Me devané los sesos, pero no se me ocurrió el motivo. Y ahora estaba acostado en su cama solo mientras él dormía en el suelo.

Después de un trayecto tranquilo a casa desde el banquete de la boda, JongIn ni siquiera había intentado que durmiéramos juntos. Lo más triste es que esta noche quizá se lo habría permitido. Sinceramente, podría haberle dejado hacer mucho más que dormir a mi lado. Mi atracción por él rozaba las nubes. Antes de que se produjera este giro de 180 grados, empezaba a pensar que, tal vez, por fin estaba listo para abrir mi corazón a alguien.

No a un hombre cualquiera.

Sino a él.

Pero justo cuando lo había aceptado, JongIn se había cerrado y habían vuelto las dudas al respecto.




*




Cuando desperté a la mañana siguiente, JongIn ya se había levantado. Tenía el pelo despeinado y estaba sentado a los pies de la cama con una taza de café en la mano.

—Buenos días —dijo con tono inexpresivo cuando notó que me frotaba los ojos.

—Buenos días —respondí, aturdido.

—Te he traído café para que no tuvieras que salir a hablar con nadie, pero ya está frío. —Se levantó—. Iré a buscarte otra taza.

—Gracias.

Me senté y lo observé salir de la habitación. Aunque estaba muy triste, no pude evitar advertir el buen culo que le hacían los vaqueros que se había puesto.

Volvió al cabo de unos minutos y me entregó la taza humeante.

Bajó la mirada hasta mi pecho, y me di cuenta de que prácticamente me lo estaba viendo. Bueno, al menos aún sentía algo en ese aspecto. Sin embargo, para todo lo demás estaba como apagado.

—¿A qué hora tienes el vuelo? —preguntó.

—A las cuatro de la tarde. Tendré que ponerme en marcha pronto. Quiero pasar a despedirme de mi familia antes de ir al aeropuerto.

—Lógico. —Inclinó la cabeza hacia atrás para apurar el café y luego cruzó la habitación hasta la puerta—. Te dejo para que puedas vestirte. —Y se fue.

El JongIn de antes se habría quedado, incluso hasta tal vez habría intentado echarme un vistazo mientras me ponía la ropa. Esto solo confirmaba mi sospecha de que algo había cambiado.

La decepción que sentía era reveladora. Vaya. Me había enamorado de él.

Después de vestirme y recoger mis cosas, JongIn llamó a la puerta. Era como si nunca nos hubiéramos besado ni hubiéramos compartido cama. Sentí que habíamos dado un gran paso atrás.

Especial Navidad | KaiSoo | ChanBaek | SeHo | ChanKai | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora