Capítulo 4

7 3 0
                                    

SeHun

Decidí jugar a Little Chicken.

¿Recordáis ese juego? Dos conductores echan una carrera como si fueran a chocar frontalmente. Uno tenía que desviarse para evitar que lo arrollaran, lo que, normalmente, determinaba quién tenía más pelotas.

—¿Señor Oh? —Rosé, mi asistente, llamó a mi despacho—. Su cita de las tres en punto ha llegado.

—Genial, dame cinco minutos antes de hacerle pasar.

Recogí los papeles del caso de otro cliente esparcidos por el escritorio y saqué una carpeta amarilla del cajón, donde estaban mis extractos bancarios personales. Hoy sería yo el que tendría más pelotas. Aunque, a veces, en contadas ocasiones, ninguna de las partes cedía y la colisión era inevitable. Eché un vistazo a la carpeta y di la vuelta a algunas de las páginas en la parte superior para que el nombre de la cuenta no se viera.

Rosé llamó a la puerta y abrió justo a tiempo. Me levanté y me abroché la chaqueta antes de situarme frente al escritorio.

Choi MinHo entró en el despacho como si fuera suyo.

¿Siempre era tan gilipollas y arrogante?

Exhibí una sonrisa ensayada y falsa y le tendí la mano.

—MinHo, encantado de verte. Me alegro de que hayas podido venir hoy.

—Las tres en punto de un puto viernes. El tráfico es horrible —refunfuñó.

—Lo siento, era el único hueco que tenía libre.

Bueno, excepto esta mañana a las diez y ayer a las once, doce o una en punto, y el día anterior prácticamente a cualquier hora. Ya casi era Navidad; no es que los clientes hicieran cola en la puerta para reunirse con el abogado de su divorcio. Pero supongo que olvidé mencionar esas otras horas disponibles cuando llamé a MinHo y le dije que teníamos que vernos antes del juicio de la semana que viene. Ups, culpa mía. Ponme una denuncia.

—Por favor, toma asiento.

Me acerqué a las sillas libres y levanté una pierna para sentarme en la esquina de mi escritorio de manera informal. La postura es muy importante en el transcurso de una negociación. No era una coincidencia que esta tarde mirara al señor Choi desde arriba. Me coloqué bien la corbata y cogí la carpeta de mis extractos bancarios del escritorio.

—Mientras llevábamos a cabo la investigación de las posibles cuentas encubiertas a nombre de tu esposo, nuestro equipo se ha topado con otra cuenta. Esta información me acaba de llegar.

Sostuve firmemente la carpeta por un lado y la agité de manera que no pudiera leer su contenido, pero sí ver lo suficiente como para saber que los extractos bancarios estaban dentro.

—¿Mi esposo tiene otra cuenta? Sabía que ocultaba algo.

Apreté la mandíbula.

—No, se trata de una cuenta a tu nombre.

—¿Qué cuenta?

—Bueno, supongo que es de la que no me has hablado. —Me crucé de brazos y me preparé para el que seguramente sería el mayor farol de mi carrera. Un farol que podía estallarme en las narices—. Parece que se financió con retiradas transferidas de un fondo de inversión de algún tipo.

MinHo no parecía sorprendido en absoluto.

—Oh, eso. La cuenta del Banco Popular. No está a mi nombre. Está a nombre de TaeMin. Yo solo soy el beneficiario.

—Perdona, ¿quién es TaeMin? —pregunté con el ceño fruncido.

—Mi chico.

—Ah, ya veo. Así que esta es una cuenta nueva que se abrió a raíz del abandono de la vivienda marital, ¿no es así?

Especial Navidad | KaiSoo | ChanBaek | SeHo | ChanKai | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora