Un amor a la luz de las velas - Capítulo 5

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MinSeok

Menudo día tan horrible. Entre la tensión del encuentro de padres y profesores y la reunión inesperada de personal que ha convocado el director, estaba agotado mentalmente. Por suerte, era el último día antes de las vacaciones de Navidad.

Reuní fuerzas para levantarme y prepararme para la exhibición de esta noche. Había planeado hacer galletas y repartir cacao y necesitaba lucir una sonrisa en todo momento, pero tal vez encendería las luces un poco más tarde de lo habitual para darme antes un baño caliente y relajarme.

Al entrar en mi calle, apareció ante mí una imagen loquísima. Aunque mi casa estaba a oscuras, ya que no había encendido las luces todavía, la de JongDae resplandecía más que nunca. Bueno, menuda ironía de imagen.

Y no solo eran las luces.

«Madre mía, ¿qué ven mis ojos?».

Detuve el coche en seco en mitad de la calle, sin molestarme siquiera en aparcar en la entrada de mi casa.

En cuanto apagué el motor, me di cuenta de que había música. En un altavoz sonaba el tema de... ¿La guerra de las galaxias? A los pocos segundos, comprendí por qué había elegido esa canción. JongDae había montado un belén con figuras de La guerra de las galaxias a tamaño real. Han Solo sostenía un rifle junto a una cuna. Me asomé y vi a Yoda dentro. Jesús era un bebé Yoda. Chewbacca, Darth Vader y Jabba el Hutt estaban en fila, supongo que como los tres reyes magos. R2-D2 y C-3PO estaban al otro lado del césped a modo de pastores. Y había palmeras y ciervos, y... ¡vaya! También había puesto muchas más luces.

«¿Qué diablos?».

Cuando la puerta se abrió y JongDae salió afuera, casi me da algo.

—¿Pero a ti qué demonios te pasa? —le pregunté—. ¿Se te ha ido la olla?

Lo miré de arriba abajo. JongDae se había puesto una peluca con moños a los lados y llevaba un... vestido blanco.

—Alguien tenía que ser la princesa Leia. —Se encogió de hombros—. No puede haber una escena de La guerra de las galaxias sin ella. No la tenían, así que fui a una tienda de disfraces que hay a cincuenta kilómetros de aquí. Tenía que conseguir una para el equipo.

Miré alrededor.

—Y vaya equipo...

—Por cierto, has dado en el clavo. Al final perdí la cabeza, mi tóxica cabeza. Necesitaba cambiar de chip. —Subió los brazos—. Porque de eso se trata, ¿no?

—Claro, ¿qué sería la vida sin un belén de La guerra de las galaxias? —Sacudí la cabeza—. ¿Qué te ha pasado?

—Te lo enseñaré. —JongDae desapareció en el interior de la casa durante un momento. Cuando volvió, me tendió una tarjeta. Enseguida me di cuenta de que se trataba de una felicitación de Navidad de la familia de ChanYeol.

—Me llegó a mí por error —dijo—. Le eché un vistazo a la cara de ChanYeol y comprendí a un nivel más profundo por qué cada año te esforzabas y sacabas adelante todo esto. Su espíritu me hizo reflexionar sobre mí mismo. Me di cuenta de que vivir con miedo no es vivir. Y, entonces, también decidí que, si no puedes con el enemigo, únete a él.

—Definitivamente, lo has hecho. No sé ni qué decir.

—¿Qué tal algo como «que la fuerza te acompañe»? —Me guiñó un ojo.

—Parece apropiado dadas las circunstancias —reí.

Se crujió los dedos.

—Por cierto, ¿qué les das a los espectadores de esta noche?

Especial Navidad | KaiSoo | ChanBaek | SeHo | ChanKai | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora