Un amor a la luz de las velas - Capítulo 2

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JongDae

Todos los hombres necesitan un poco de tranquilidad, ¿no?

Había llegado la hora de mi afeitado mensual. Me quité la ropa y me situé frente al espejo del cuarto de baño, concediéndome un momento para admirar los frutos del duro trabajo en el gimnasio.

Cuando me giré para alcanzar la maquinilla de afeitar, pensé en el loco de mi vecino MinSeok. Aunque le había dado bastante por culo, la verdad es que era muy lindo. Una pena que me recordara a alguien que quería olvidar y me sintiese tan incómodo cerca de él.

MinSeok. Él podaba su árbol al otro lado de la calle mientras que yo me dedicaba a la poda de los setos que me rodeaban la polla.

Riéndome para mis adentros, empecé a afeitar la primera sección cuando me quedé a oscuras. La luz del baño se había ido.

—¿Qué cojones?

Estaba bastante seguro de que había afeitado algo que no pretendía. Apagué la maquinilla y salí del baño para descubrir que también se había ido la luz en el resto de la casa.

Miré por la ventana. Las demás casas de la calle también estaban a oscuras. Entonces caí: MinSeok. Hoy era la primera noche de su decorado navideño. Por poco me había dejado ciego cuando había vuelto de tomar algo con unos amigos. ¿Era la primera noche de sus travesuras festivas y de repente se iba la luz? Era imposible que esas dos cosas no estuvieran relacionadas.

No veía una mierda, pero logré llegar al armario y cogí lo que parecían unos vaqueros. Resoplé y me los puse antes de buscar una camisa.

Bajé las escaleras con cuidado y cogí una linterna de debajo del fregadero de la cocina. Luego crucé la calle hasta la casa de MinSeok. No parecía haber nadie en las casas de los demás vecinos. Ahora tenían los adornos apagados, pero no había visto sus luces antes. Estaba claro que MinSeok había fundido todas las luces de la calle.

Él ya estaba enfrente de su casa cuando llegué, como si me hubiera estado esperando.

Tenía los brazos en jarras.

—Pues... Tu deseo se ha cumplido —dijo—. Ahora no solo se han apagado mis luces, sino que todo el barrio está a oscuras. ¿Contento?

«No puede ser verdad. ¿Me está echando la culpa de esto?».

Sacudí la cabeza.

—Sí, me temo que me encanta escribir a oscuras cuando se acerca un plazo de entrega. Sobre todo si mi portátil no está cargado y ni siquiera puedo acceder al manuscrito. —Sacudí la cabeza—. ¿Esto pasa a menudo cuando te apoderas de toda la energía del vecindario?

—No me cargues con el muerto. No es culpa mía que se haya ido la luz. Tengo la impresión de que tu energía negativa es peor que el hecho de que haya empleado un poco más de electricidad que de costumbre.

Me reí.

—¿Un poco más de electricidad? Eso es como decir que las Kardashian están un poco sobreexpuestas.

MinSeok tenía una pista de patinaje en la entrada de su casa con media docena de patinadores a tamaño real que se movían al ritmo de la puta música navideña y eso no era ni una mínima parte de la mierda que tenía.

—A lo mejor has sido tú el que ha cortado toda la luz —contraatacó—. Te he visto pasearte con sierras y cosas por el garaje. ¿Con qué herramienta eléctrica estabas jugando cuando se ha ido la luz?

Casi me hizo reír. Vale, había estado jugando con una herramienta eléctrica... Me aclaré la garganta.

—¿Cuánto suele durar un apagón?

Especial Navidad | KaiSoo | ChanBaek | SeHo | ChanKai | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora