Marina es una chica muy soñadora que solia ser muy alegre y estar llena de energía, tal como cualquier otra persona de su edad, sin embargo, en algún punto de su corta vida su luz comenzó a apagarse lentamente hasta el punto de no poder ni reconocer...
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Aunque suene ridículo, hubo un tiempo en donde mi mayor inseguridad era mi cabello, era algo que me acomplejaba constantemente, sobre todo su color y forma, cambiarlo era lo único que queria. No sé por que, pero mi deseo era tener el cabello rubio, tan rubio como el de una barbie y ojos de un azul mucho más intenso. No me consideraba fea pero si extraña, mi cabello de zanahoria y ondas rebeldes me hacia pensar que lo mejor que podia hacer era teñirlo y cortarlo.
A los 14 años comencé a mirarme con más atención en el espejo, pensando en todas las cosas que deberia cambiar de mi, empezando tal vez por mi voz (obvio) y mi cuerpo. Mis tías me decian que estaba mal querer cambiar y que debia estar feliz por ser como soy, ellas pensaban que era especial.
Eres inteligente.
Eres hermosa.
No hay ningún problema contigo.
Eres perfecta tal como eres.
Fueron muchas de sus palabras.
Solia compararme todo el tiempo con las personas que veia en las revistas o en la televisión, triste de no poder verme exactamente igual. Una parte de mi pensaba que si fuera rubia las personas me querrian mas, ¿Quien no amaria a alguien tan bello? ¿No? Ser bella era mi meta.
Creia que eso era la belleza, verte exactamente igual que todos y cumplir cada estereotipo: mismo tipo de cabello, mismo tipo de nariz y de cuerpo, etc. La belleza no se trata de verte igual a tu celebridad favorita ni tampoco encajar en la sociedad mediante tu aspecto, todos tenemos belleza y no hay nada más hermoso que el hecho de que todos somos diferentes. Ya ha pasado tiempo, ahora tengo 17 años y puedo decir que he cambiado mi forma de ver las cosas, de verme a mi. La verdad no fue fácil pero me siento en un momento en el que puedo verme y decir que me gusta como soy, me gusta mi cabello de zanahoria, mis ojos azules opacos, mi nariz no tan perfilada y mi cuerpo. He cambiado mucho y sigo aprendiendo a quereme con mis características.
Entendí que no necesito verme como las chicas de Instagram para sentir que soy bonita.
Todas las mujeres somos bonitas.
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Las cosas en el hotel han estado un poco aburridas desde que Riko volvió a su país, sus vacaciones han terminado y no se cuando volverá. Riko se había vuelvo una linda compañia, con frecuencia caminaba conmigo por lo pasillos mientras charlabamos y reiamos, ibamos al gimnasio juntas y los fines de semana haciamos pijamadas con Jane. Ya se estaba haciendo costumbre el reunirnos las tres. En cuanto al instituto solo diré que todo esta muy movido con el temas de las tareas, examenes y sobretodo la planeación de lo que sera el baile de graduación. Megara no ha parado de insitirme que vayamos de compras, ella dice que es importante que encuentre mi vestido perfecto.
La idea de que en unos pocos meses me voy a graduar me asusta y me emociona al mismo tiempo.
