Al día siguiente despertamos casi al mismo tiempo. Nos quedamos mirándonos, ignorando lo que pudiera estar sucediendo allá afuera. Solo existíamos nosotros, en nuestra atmósfera de suspiros y pequeños roces. Fue así hasta que ____ desvió la mirada y se levantó, decidiendo que ya era hora de empezar el día.
No había prisa alguna para levantarse de esa manera tan abrupta. El pensamiento de que no quería estar conmigo oprimió mi corazón, ya que apenas la noche anterior me había admitido a mí mismo que era algo más que una figura de admiración.
Me sirvió de desayunar un pan francés, el cual le había quedado delicioso. Comimos en silencio uno frente al otro, después de habernos deseado los buenos días. Nada más allá.
Pensé en lo mucho que me gustaría hablar con ella sobre lo nuestro. No parecía sentir algo por mí aparte de amistad, pero quería corroborarlo. No me importaba para nada Lady Palutena y mucho menos lo que me dirían los demás, solo me concentraba en ella. Porque sabía que la quería. Lo peor que podía decirme era que no y que por favor nunca volviera al templo a no ser que fuera por asuntos de conflictos entre los dioses.
Cuando terminó de comer y salió de la sala, la seguí en silencio. Se dirigió al jardín, arrodillándose frente a un enorme rosal. Le retiró las espinas a algunas rosas y aspiró su aroma con tranquilidad, como si yo no estuviera ahí. Como si nada más existiera.
A pesar de que se veía tranquila y feliz, se notaba que esa era su rutina del día a día, y que yo era el único con el que conversaba. Ese pensamiento egoísta me hacía convencerme de que le gustaba mi presencia. Y que le gustaba yo.
No me había dicho que me fuera, y la conocía lo suficiente para saber que de quererlo me lo comunicaría. Era bastante honesta. Entonces tenía esa ventaja por el momento: tenía que aprovecharla.
—¿Te gusto?
—Bueno... tienes lindas piernas. — respondió con una rapidez que me impresionó. Casi parecía que había estado esperando esa pregunta. Avancé un paso hacia ella para empezar a confesármele, cuando se reincorporó y retrocedió velozmente. Su expresión de distorsionó en miedo. — No te me acerques tanto.
Me le quedé viendo, pasmado por su brusco movimiento. Me hice reaccionar con una pequeña sacudida cabeza.
—Oh, está... digo, de acuerdo. — me hice para atrás dos pasos, algo incómodo y desanimado.
Sentí que mi corazón se rompió un poco por esa reacción tan inesperada.
—No es eso, es que... — negó con la cabeza, apretando los labios. — Pit, soy peligrosa para ti, no quiero que si me tocas te llegue a pasar algo. ¿Lo entiendes?
—Sí, pero... puedes controlarlo, ¿no?
—En realidad... no tanto. Hay veces en que yo misma me hago daño, porque aunque sea la Diosa del Karma, no es que pueda controlarlo. Debo de impartir justicia sin miramientos, aunque sea a mí misma.
—No pasa nada, no me herirás. Quiero conocerte, quiero que tú también me conozcas. Que, aunque sea de a poco, nos convirtamos en lo que siempre estuvimos destinados a ser.
—No, tú... no quieres conocerme. — murmuró. — Solo te voy a decepcionar. Estar conmigo hará que te pasen cosas malas, lo mejor es dejarlo hasta aquí.
—Créeme que he pasado por cosas malas. Y tú no lo eres. Te necesito, ____. Por favor no me dejes.
Me sentía ridículo suplicándole, pero es que la idea de que me dejara era horrible, inaudita para la vida que había imaginado para ambos. Según yo, estábamos destinados desde el momento en que encontré ese diario.
Me miró a los ojos, pensando bien en lo que estaba a punto de hacer. Que, de salir aunque sea una mínima cosa mal, nos afectaría a ambos por igual. Quizá más a ella que a mí. Pero la verdad es que no nos importaba, me parecía el ser más perfecto que podía existir.
Plantó un beso en mis labios, moviéndolos con lentitud y timidez. Le correspondí sintiendo las mismas ganas que tuve la noche anterior, profundizándolo. Ella iba a ser mi perdición.
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✓ KARMA, pit.
Fanfiction⩉:⩉ « ִ ۫ ❝𝗘𝗟 𝗞𝝠𝗥𝗠𝝠 𝗘𝗦 𝗨𝗡 𝗗𝗜𝝝𝗦.❞ 𖥻 ━ ¿𝒬𝓊𝑒́ 𝓅𝒶𝓈𝒶𝓇𝒾́𝒶 𝓈𝒾 𝑒𝓈𝑒 𝒟𝒾𝑜𝓈 𝒻𝓊𝑒𝓇𝒶 𝓊𝓃𝒶 𝓂𝓊𝒿𝑒𝓇? Se sabe que existe, pero nadie la ha visto nunca, o al menos nadie que viva ha tenido el privilegio de hacerlo. Es más...