020

23 2 0
                                    

Amelie (____)

Temía terminar hartando a Pit con mi efusividad.

Un problema que yo tenía es que era intensa. Nunca había tenido una relación, y se notaba a leguas que estaba ansiosa de contacto físico. Quería tener cercanía con Pit, quería sentirme amada por alguien después de siglos de ser despreciada por la humanidad.

Era patético, pero no podía evitar preocuparme. Quería que ambos fuéramos felices, no solo yo. Me encontraba buscándolo, cuando lo vi siendo molestado por unos ángeles más altos y probablemente más grandes que él. Lo estaban acorralando contra una pared. A pesar de la distancia lograba ver la expresión de susto del castaño, deseando que alguien viniera a rescatarlo.

No podía creer que el que me había derrotado le daban miedo unos bravucones sin importancia como ellos. Pero no podía culparlo, después de todo, hasta el más fuerte siente miedo alguna vez. Es algo intrínseco en los seres vivos.

Con un movimiento de mano, hice que mi Albatros los espantara. Y así lo hizo, amenazando con morderlos mientras abría sus alas para aterrizar en el suelo. Para mi suerte apenas lograron escapar, lo que me hizo reír un poco por lo gallinas que demostraron ser. Me acerqué a Pit, quien todavía estaba procesando lo sucedido, apretando la tela de su pecho.

—¿Estás bien?

—Sí... estoy bien.

—Si quieres los mando a volar ahora mismo.

—No es necesario, de verdad. — insistió.

—No es molestia.

—No, y no era necesario que les...

Sinceramente me había cansado de escucharlo negar que había sido algo en verdad grave. Lo tomé del mentón y me abalancé sobre él, apenas con centímetros separándonos.

—Escúchame. Eres un ángel muy puro, Pit, incluso ahora. — miré sus labios temblando momentáneamente, devolví mi vista a sus ojos azules. — No me importa si quieres que lo haga o no, yo los haré sufrir de todas formas. Porque te amo, y no dejaré que nadie te haga sentir menos.

—¿Es así...?

Ambos caímos al suelo, sentados. Aparté un mechón de cabello de su rostro para poder admirarlo en su totalidad, el castaño se sonrojó por mi toque delicado como una pluma. Sonreí por lo lindo que se veía en este momento.

—Por primera vez, sentí que podía obrar más que destrucción y sufrimiento. — seguí bajando, encontrándome con sus labios. — Por primera vez me sentí capaz de amar. Y todo es gracias a ti.

Lo tomé de la mano, abriendo el portal hacia mi mundo. Me siguió sin soltarme en ningún momento, confiando plenamente en mí. Estábamos en un silencio cómodo dirigiéndonos al templo. Al cruzar las ciénagas y entrar al lugar rodeado por una energía cósmica, lo embosqué por detrás y planté un beso desesperado en sus labios. Descolocado me correspondió, aferrándose a mí.

Un minuto después de contener la respiración para evitar que se terminara, me separé del beso jadeando. Su rostro estaba rojo.

—De verdad, ¿tienes una idea de cuánto te odio?

Pit se mordió los labios. Sabía que lo que estaba diciendo era lo opuesto a lo que de verdad sentía, y sinceramente ya no le importaban este tipo de comentarios míos. Solo queríamos pertenecerle al otro.

—¿Me odias?

—Sí, te odio.

—Bueno, ódiame. — y volvió a besarme.

Caminando en reversa, nos dirigimos a mi habitación. Me subí encima suyo y continué acariciando su cabello, mientras que él me tomó de la cintura. Eso era justamente lo que más le preocupaba a Palutena. Que lo corrompiera, que él deseara algo tan vergonzoso como besar a una chica o incluso más.

Pero realmente estaba en buenas manos. A pesar de ser alguien que obraba el mal (que más bien era la tan ansiada justicia pero de una manera tan perjudicial y cuestionable), nunca le haría pasar malos ratos.

Me sostuvo de una manera que me jodería por el resto de mi existencia. Pit comenzó a perder el miedo y me besó él mismo, mientras que nos movíamos uno contra el otro. La repentina necesidad de unirnos fue incomparable, fue algo químico. Lo único que importó, es que estábamos juntos y que, aunque los demás no estuvieran de acuerdo, eso no cambiaría nunca.

✓ KARMA, pit.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora