One-shots | Ellie Williams x Lectora.

♡⁠˖⁠꒰⁠ Pesadillas ꒱

Hace algún tiempo habías dejado de dormir bien después de un suceso que te dejo algunos traumas y depresión, tus sueños comenzaban a verse interrumpidos por pesadillas o fuertes ataques de ansiedad que te obligaban a estar despierta. No podías descansar bien y comenzaba a notarse, las ojeras que llevabas se iban haciendo más grandes y notorias.

Aquello no solo te preocupaba a ti, sinó también a tu novia, Ellie. Sabía que no dormías bien debido a las múltiples veces que te escuchaba levantarte y llorar por las noches, pero, por más cansada que Ellie pudiera estar, jamás te dejaba sola, solía levantarse rápidamente para saber lo que estaba pasando. Siempre le pedías que volviera a dormir, aunque la necesitarás, te sentías culpable de no hacerla descansar, sin embargo, Ellie era tan terca. En ningún momento te dejo luchar sola, podría mantenerse despierta desde la noche a la mañana solo para cuidarte y consolarte, ella te entendía.

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Te levantaste de golpe después de tu pesadilla, sobresaltada de nuevo, volvías a soñar con ese momento tan traumático que había dejado una marca en ti, estabas cansada.

Tocaste tu pecho y sentiste tu respiración agitada, así como tu corazón. Las lágrimas empezaron a caer, querías llorar tan fuerte pero no querías despertar a Ellie, no querías molestarla de nuevo. Te sentaste en la cama, abrazando tus piernas y clavando tu cara en las rodillas, tu cuerpo se sentía tan pesado.

–Amor... —murmuró una suave voz ronca a tu lado.

De alguna manera, Ellie pudo sentir tu tristeza, pudo sentir lo mal que te encontrabas incluso estando dormida, como si de alguna forma ustedes estuvieran conectadas, como si fueran una misma.

–¿Qué sucede? —preguntó apoyándose en sus hombros y rascando uno de sus ojos para despertar mejor.

–Lo siento... ¿Te desperté? —dijiste con la voz temblorosa del llanto, intentando soltar una risita amable para ella, tratando de no preocuparla más.

–No importa... Dime qué tienes —Ellie se sentó en la cama, al lado tuyo para acariciar tu espalda tensa y débil.

Te quedaste en silencio por un rato, si querer responderle de lo mal que te sentías, no solo por tu situación, también por la situación de Ellie. Tenía que lidiar y soportar todos tus lloriqueos por las noches y quedarse despierta hasta que te calmarás, no querías fastidiarla más.

–¿Otra vez te sientes mal? —su suave pregunta y sus delicadas caricias fueron lo que finalmente te rompieron, era tan dulce contigo, sentías que no merecías algo tan lindo como ella lo era.

–Estoy cansada, Ellie... Estoy muy cansada —murmuraste entre tu llanto, tu voz era tan frágil que a duras penas podía escucharse. No pudiste evitar comenzar a llorar con un poco más de libertad que antes, ya que Ellie estaba despierta y no tenías que molestarte mucho por no hacer ruido.

–Lo sé, preciosa, lo sé —se acercó más a ti, mientras hundías tu cabeza en tu rodillas de nuevo—. Llora todo lo que necesites, estoy para ti, ¿lo sabes?

Asentiste débilmente con tu cabeza, mientras seguías llorando y recibiendo algunas caricias de Ellie, pero sin poder quitar esas imágenes de tu cabeza.

–Ven aquí, abrázame —murmuró con una mezcla de preocupación y amor, era todo lo que necesitabas.

–Ya no puedo, ya no puedo, Ellie. Ya no puedo más —lloraste mientras la abrazabas, dejando tu cabeza en su hombro, tus lágrimas cayendo ahí.

–Claro que puedes, eres fuerte, eres muy fuerte, cariño —dijo con dulzura, dejando algunos besitos en tu cuello.

–No, no lo soy —comenzando a llorar cada vez más fuerte, más cansada.