One-shots | Ellie Williams x Lectora.

メ˖⁠꒰ Academia ꒱⁠

Ellie Williams y tú se odiaban y no era un secreto para nadie. Ninguna de las dos se tomaba importancia hasta hace apenas unos meses atrás, cuando todo explotó por unos problemas entre ambas y la competencia entre ustedes inició. Siempre compitiendo por quién era mejor en tal cosa, peleando como gatos callejeros por la más mínima cosa.

Eras una porrista conocida y querida en la escuela, mientras que Ellie era una excelente jugadora de baloncesto. Por razones como esas, era que siempre tenían cercanía y, ambas lo odiaban. Odiabas tener que pasar tiempo cerca de ella, odiabas la idea de tener que animar al equipo en el que ella estaba, era molesto. ¿No podía destacar en otra cosa que no fuera un deporte?

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Estabas tomando un descanso con tus compañeras porristas después de practicar las coreografías de la semifinal. La semifinal estaba a la vuelta de la esquina, eso significa dos cosas: tu desgaste físico practicando las coreografías diariamente sería mayor; Ellie estaría presente, también practicando en su equipo y, al mismo tiempo, molestándote todo el tiempo justo como lo era hoy.

–¿Lista para admirarme y bailar para animarme, bonita? —se acercó Ellie con la excusa de tomar una botella de agua, claramente burlándose de ti.

–Prefiero admirar y bailar para los raritos de la clase antes que a ti —soltaste una risa sarcástica mientras lo decías. Miraste tu cuerpo sudoroso y su cansado rostro.

Bueno, será la persona más molesta del jodido mundo pero, lo guapa no se lo quita nadie, te detuviste a pensar mientras la observabas tomar agua como un animal salvaje. Parecía no haber bebido agua desde hace siglos.
¿Cómo puede ser más linda que yo?

–Seguro —se burló, haciendo una pausa para respirar—. Sabemos que me amas.

–Creo que tú me amas a mi —reíste, poniendo los ojos en blanco.

–No lo creo —respondió de forma firme y segura.

–Williams, ¿puedes largarte? Intento descansar por cinco minutos, joder —reclamaste con molestia.

–Lo siento, florecita, no sabía que eras tan sensible —su molesta risa engreída te tocaba los nervios.

–¡Fuera! —le lanzaste una botella de agua casi vacía.

–Vete a la mierda, loca —se alejó, dándote la espalda.

Justo cuando ya sentías paz y alivio, te diste la vuelta. Error.
Un balón de básquet salió disparado hacía tu cabeza, su duro material te movió el cerebro, el fuerte golpe te dejo mareada, casi tambaleante.

–¡Eh! ¡¿Qué mierda, idiotas?! —te giraste molesta para encontrarte con Ellie riendo a carcajadas, siendo evidentemente la culpable.

–¡Lo siento, no te he visto! —gritó entre risas.

–¡A la mierda, Ellie! ¡He soportado lo suficiente! —le gritas mientras te acercas a ella, tu grupo ni siquiera se molestó en detenerte— ¿Te crees comediante, eh?

–Por supuesto, tengo un doctorado en ello —bromeó de forma irónica.

–No voy a seguir soportando que me sigas molestando, Ellie —demandaste, cruzada de brazos.