メ˖⁠꒰ Buen servicio ꒱

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Te aferrabas a la cama al mismo tiempo que tus amigos te jalaban para sacarte de ahí.

–¡Eres una mala perdedora! —gritó uno de ellos.

–¡Una apuesta es una apuesta, y tú perdiste! —siguió tu amiga.

–¡No lo haré! —tus uñas se aferraban a las sábanas, almohadas y cobijas, arruinando la elegante cama tendida— ¿Qué haré si me descubren? ¡Me meteré en un gran problema por una apuesta!

–Vamos, esa chica lleva años vendiendo drogas y nadie la descubre aún —tu amiga jaló tu pierna—. Ahora ve y cumple nuestra apuesta.

La demandante voz de tu amiga te espantaba. Tus otros amigos hacían que el horror creciera más.

¿Por qué acepte esa estúpida apuesta?, renegaste al darte cuenta en el lío que te habías metido.

Perdiste y tenías que cumplir con el castigo: ir con la traficante de la escuela, pedirle marihuana y después decirle que no tenías dinero para pagarle. Eso era un castigo total.

Va a matarme cuando sepa que es una broma..., pensaste con nervios.

La insistencia de tus amigos solo incrementaba cada vez más y no podías hacer otra cosa, tenías que cumplir.

—⁠☆

–No puedo hacerlo... —gemiste, recargando tu espalda y tu cabeza contra la pared.

–Ya estamos aquí, ahora muévete —tu otro amigo te empujó en dirección a la habitación de la dichosa dealer.

Los miraste una vez más antes de verlos huir y dejarte abandonada, sin saber lo que podía pasar.

Ni siquiera va a creerme, suspiraste estando ya frente a su puerta. No eras el tipo de chica que consumiría marihuana o cosas así, tampoco tenías la pinta de ser así. Ni siquiera estabas tan enterada del tema, ¿cómo se supone que ibas a pedir un poco de marihuana si no sabías nada acerca de ese tipo de situaciones?

Tu mano subió temblorosa y lenta hasta su puerta para proceder a tocar. Los nervios te mataban lentamente cuando comenzaste a escuchar los pasos de alguien acercarse a la puerta y, tu corazón se disparó cuando viste la puerta abrirse lentamente.

Ellie, la traficante, te miró de arriba a abajo, analizando tu apariencia. Sorprendida, jamás te vio como una persona que consumía drogas incluso si no te conocía del todo. Pocas veces se toparon por el instituto y hablaron en pocas ocasiones, cosas normales como preguntas, trabajos o saludos. Realmente no pasaron de eso.

–Es tarde —la voz de Ellie sonaba cansada y ronca. Su piel de veía más pálida que nunca y sus ojeras se resaltaban aún más.

–Lo sé, lo siento —luchaste por hablar—. Uhm, ¿puedo hablar contigo un momento?

Ellie levantó una ceja, sabiendo lo que venía, jamás se había esperado que una chica como lo eras tú fuera a comprar algún tipo de droga.

–Seguro —murmuró tranquilamente, aún un poco sorprendida, incluso sintiéndose algo interesada.

–¿Podrías... Uhm —hiciste una pausa para aclarar tu garganta—. ¿Podrías venderme algo de marihuana?

Evidentemente, Ellie se sorprendió aún más al ver que te habías atrevido a pedirle marihuana. Te analizó de nuevo de arriba a abajo, preguntándose cómo era que tú querías consumir drogas.
Llegó a pensar que eras algún tipo de ayudante para que consiguieran atraparla. Saco la cabeza de su cueva, mirando de un lado a otro por los pasillos.

One-shots | Ellie Williams x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora