One-shots | Ellie Williams x Lectora.

♡⁠˖⁠꒰⁠ Reflejo ꒱

Desde hace tiempo habías comenzado a tener problemas con tu cuerpo, sintiéndote mal o asquerosa cada que mirabas tu reflejo y no eras lo que querías.

Intentaste hacer ejercicio, dietas y saltar muchas comidas pero, seguías con esa imágen de tu cuerpo que te causaba repulsión.
Todo ésto lo escondías lo mejor que podías de Ellie, tu novia.

Por más discreta que fueras, Ellie había notado lo diferente que eras últimamente, notaba lo mucho que te mirabas al espejo y las expresiones que hacías, notó como escogías con estrategia tus prendas holgadas para no mostrar tu cuerpo, notó lo delgada que te ponías y lo triste que estabas últimamente, notó que ya no te gustaba tener relaciones con ella. Por más que quisieras engañarla, ella te conocía más que a cualquier otra persona, sabiendo lo que pasaba por tu mente con ver tus expresiones y tus acciones.

El hecho de verte tan distinta la hizo preocuparse bastante por ti, necesitaba saber que sucedía contigo. Sin embargo, siempre la ignorabas o evitabas sus preguntas, a veces respondiendo de manera seca y negando absolutamente todo, Ellie se sentía tan estresada al no saber lo que pasaba exactamente y no poder ayudarte.

—⁠☆

Ibas a ir a hacer unas compras para la casa con Ellie, lo que antes te tomaría menos de diez minutos en arreglarte para salir, ahora te tomaba casi una hora.

–¿Estás lista? —se recargó en la puerta de la habitación.

–No... Aún no —respondiste, de nuevo frente al espejo y sin dejar de mirarte y odiarte.

–Eso se te ve precioso —sonrió tontamente.

–No me gusta... —te miraste con desprecio, fuiste al armario para escoger algo más.

Ellie se acercó lentamente tras de ti, abrazando tu cintura y plantando lindos y suaves besos en tu mejilla y cuello.

–A mí me gusta mucho como te ves —murmuró en tu oído, balanceando sus caderas de un lado a otro mientras seguía dejando besos.

–No se me ve bien, Ellie —bufaste, aún buscando algo.

–Se te ve hermoso —intento ayudarte—. Mírate, te ves tan preciosa.

–No me gusta, me veo terrible con esto.

–¿Por qué ya no usas este vestido? —sacó uno del armario—. Se ve muy lindo en ti.

–No... Tira eso, no me gusta —ignoraste por completo a Ellie.

–¿Por qué? Te veías tan bonita cuando lo usabas.

–Ellie, para ti siempre me veo bien.

–Por supuesto, es porque siempre te ves bien.

–No quiero discutir contigo sobre eso ahora —la forma en la que le hablaste a Ellie la golpeó y tú ni siquiera notaste lo mala que fuiste.

–Bien, ¿qué sucede contigo? —cruzó los brazos.

–¿Qué sucede conmigo? —te volviste hacía ella.

–Sí, ¿qué sucede contigo? —siguió mirándote fijamente, analizando todas tus expresiones.

–Sucede que soy un puto asco, Ellie. Sucede que soy una tonta niña fea jugando a ser bonita —la voz se te quebró y te rompiste totalmente, dejando salir todo lo que intentaste esconder todo el tiempo—. Sucede que no soy lo suficientemente bonita o delgada, sucede que soy tan reemplazable.